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"Quizá en otro universo, no nos dijimos adiós."

— Bien jovenes, abran su libro en la página 65. — El profesor miraba a sus alumnos con cansancio. Ya era la última hora y nadie cooperaba para hacer las actividades.

El clima era frío, diciembre apenas había comenzado, un invierno en el cual te paraliza la circulación de la temperatura que hay.. un invierno más.

— Joven Miya, comience a leer. — Todos guardaron silencio y le prestaron atención.

Su nombre es Miya Hisoshi. Es un chico con cabello anaranjado y ojos azules, su estatura no era algo llamativo, era algo bajito pero muy guapo. Tiene un estatus social alto ya que al venir de una familia acomodada, todos lo respetan.

— Según una leyenda japonesa, se dice que tu rostro es el rostro de la persona que más amaste en tu vida pasada. La cara que ves en el espejo es la que más adorabas ver sonreír, así como.. — La directora entró y solicitó al profesor por lo que la clase se vio suspendida.

Hisoshi se sintió algo extrañado por esa frase, al parecer se había enamorado de alguien muy guapo en su vida pasada. Río para si mismo y se sentó.

A la salida del colegio, Miya iba con sus amigos cruzando la calle cuando vio a un chico alto de cabello marrón ayudando a una pareja de ancianos a cruzar la calle, al parecer era de otra preparatoria.

Sus amigos jalaron al chico y aunque tenía una altura envidiable, lo tumbaron de manera rápida.

— ¡O-Oigan! — Hisoshi se detuvo al ver la apariencia del chico, se veía.. familiar.

Ambos hicieron contacto visual rápidamente, mientras uno veía el azul del océano, el otro veía una taza de café, café que produce desvelos.

"¿Dazai?"

Los amigos se quedaron confundidos, no sabían que se conocían, por lo que rápidamente miraron a Hisoshi de mala manera.

"¿Chuuya..?"

El chico se levantó y noqueó a uno de los matones de un golpe para luego mirar al más bajo. Con esto bastó para que los demás huyeran, no querían ser los siguientes.

Quizá no se reconocían físicamente ya que sus memorias lo habían olvidado, pero los ojos los reconocieron, esos bellos ojos que amaban encontrarse para apreciar la belleza del otro.

"Dime Chuuya.. si tú y yo hubiéramos sido novios.. ¿No crees que un abrazo hubiera bastado para arreglárselo todo..?"

Desde ese día los dos comenzaron a hablar más. No estaban seguros del por qué, pero habían conectado desde el primer instante.

Pasaban días y noches juntos, aunque la mayoría juzgaba aquello, poco les importaba, ellos por fin eran felices juntos.

Perdieron tal noción del tiempo que cumplieron los 20 años, llevaban conociéndose un poco más de 5, por lo que su confianza era bastante.

Un día, Hisoshi visitó a Yuuta. Le sorprendió que no estaba, por lo que se quedó en su habitación esperándolo.

Había regado un vaso de agua, por lo que decidió buscar por la habitación algo con que limpiarlo. Al abrir el primer cajón, observó un montón de medicamentos.

Todos eran para controlar los ataques al corazón.

En ese momento, Hisoshi tuvo una visión. Vio cosas en donde el fallecía por una vacuna.. la última persona a la que vio era a Yuuta.. ¿Dazai? ¿Yuuta? No entendía nada. Había otra mujer, a ella no la recordaba, no sabía quién era.

"¿Ane-san?"

"Y en todos esos universos.. eso nunca termina bien.. "

Paso el tiempo y Yuuta no venía.. no, era Dazai. Bajo rápidamente no había nadie.. ¿Qué estaba pasando? Se supone que no debía tardar, había ido a la estación, debía de estar en camino.

Una notificación llegó a su teléfono, haciendo que sonriera inconscientemente esperando un "ya casi llego"

"Noticia de última hora. Un joven sufre un paro cardiaco y cae a las vías del tren, su nombre era Yuuta S-"

Ayer por ti, hoy por mi ~ Soukoku HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora