Extra-parte 6

674 89 46
                                    

En un parpadeo, Qiren dejó de ver a sus niños jugar y simplemente crecieron. El único que continuaba correteando por la sala poniendo en peligro las reliquias familiares era Wen Ning, pero casi siempre era regañado por su hermana mayor cuando era visto corriendo por la casa, no por las cosas si no por los problemas de salud del pequeño.

Qiren sabía que no debía dejar la responsabilidad de cuidar al pequeño a su hija mayor, pero ella estaba feliz de cuidar de su hermanito en sus tiempos libres, cosas que sus padres agradecer internamente.

—¡Jiejie! mi maestra me felicitó por mi tarea —dijo alegremente el niño ni bien pisó la sala luego de volver del colegio.

La joven sonrió a su hermano menor y lo invitó a sentarse a su lado.

—¿Estás durmiendo bien jiejie? Papá dijo que los estudiantes de medicina no duermen...

Sabiendo la cantidad de café que consumía su hija a diario tanto en la casa como en la universidad, sabía que lo que ella diría sería mentira, pero Qiren no la regaña, primero porque su hija ya tenía veinte años y ya era lo suficiente mayor como para saber qué cosas estaban bien y cuáles mal; y la segunda es que a pesar de la diferencia tan grande de edad, ambos se querían y se preocupaban mucho el uno por el otro, así que era claro que el niño se preocuparia si sabía que su hermana llevaba mucho sin descansar.

—Papá dice esas cosas porque él salía mucho de fiesta mientras estudiaba —dijo la chica mientras cerraba uno de sus libros y lo dejaba a un lado.

Wen Ning se rió al escuchar a su hermana y luego miró a Qiren quien solo sonrió y negó suavemente mientras acomodaba los papeles que tenía en frente en una pila y los dejaba sobre la mesa frente al sofá, para levantarse e ir donde estaban sus hijos.

—Ni siquiera sé si quiero saber de donde sacaste esa información —dijo Ruohan dejando su abrigo sobre una silla, todos se sorprendieron al escucharlo, pero luego el niño soltó una leve carcajada.

—Tengo mis fuentes —respondió ella con una sonrisa y luego señaló el libro que estaba a su lado—. ¿Cuando tengas un rato libre me explicas algo?

Ruohan asintió mientras leía la portada del libro.

—Sabes que llevo más de veinte años sin ejercer, ¿no? Y muchos más desde que terminé de estudiar ¿tanto confías en tu padre? —preguntó con una sonrisa, pero Qiren sabía que la cantidad de libros de medicina y demás cosas del Wen solo aumentaba con el paso del tiempo—. Además según tu solo salía de fiesta mientras estudiaba.

—A-Ning, dile a papá que me ayude —dijo en voz baja la mayor, pero el tono era completamente audible para sus padres—. Te compraré dulces.

Los mayores se rieron levemente, pero no duró mucho, Wen Ruohan comenzó a reír a carcajadas cuando su hijo fue a hablarle claramente para conseguir lo que su hermana le había pedido. Ruohan finalmente accedió hacerlo más tarde y los hermanos chocaron sus manos.

Qiren negó suavemente ante las actitudes de su familia y miró el reloj. En ese mismo momento la puerta de entrada se abrió y cerró pocos segundos después.

—Ve a lavarte las manos hijo —dijo Qiren al oír que sus sobrinos e hijo estaban en casa.

El niño hizo caso, luego de unos segundos su hija se levantó y siguió a su hermano menor, pocos minutos después ambos volvieron y se sentaron listos para comer.

Luego de ellos, sus dos sobrinos se sentaron en los lugares que ya estaban acostumbrados y simplemente se quedaron en silencio. El contraste entre las familias se notaba muy fuertemente al verlos tan de cerca.

¡A-Huan, quiero un bebé! - XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora