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La segunda vez que se vieron, Renjun no venía empapado ni corriendo porque perdía el bus, si no que subía a tiempo junto a la poca gente que se subía en aquella parada.
Se fue a sentar a su sitio habitual, encontrándose con que el chico del día anterior seguía ahí. Lo miró con algo de molestia, aunque luego se encogió de hombros. Ese sitio no era de nadie, de todas formas.
Se fue a sentar en el mismo sitio que en el día anterior, sacando sus auriculares y conectándolos al teléfono. I would de Day6 comenzó a sonar, haciendo que se sintiera en las nubes. De veras que estaba enamorado de las vocales de aquel grupo.
Los minutos fueron pasando, y de repente ya estaba pulsando el botón rojo para poder bajarse del autobús. Se dirigió a la puerta trasera, sujetándose de un lado para no caer por el movimiento del autobús.
El autobús se paró, y las puertas se abrieron. Renjun estaba a punto de bajarse del solitario vehículo cuando una mano lo frenó.
—Ey, se te cayó esto. —se dió la vuelta, mirando al chico, quién le sujetaba en la mano la tarjeta del bus. La tomó, dedicándole una sonrisa. Visualizó de pasada una placa donde aparecía "Park Jisung" grabado. Al parecer el chico iba a la institución privada que había cerca del lugar.
—Gracias. —se apresuró a bajarse del autobús para después ver cómo se alejaba.
Recordó las suaves facciones del chico, sintiéndose familiar con él. ¿Dónde lo había visto antes?
En cuanto el autobús desapareció de su vista, comenzó a caminar hacia su casa, esperando que la comida esté preparada para poder dormirse toda la tarde.
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