Monarca: Capítulo 9

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Desperté rodeado por la penumbra de una habitación que no reconocía. Las paredes, altas y oscuras, se cernían sobre mí como si estuvieran cerrándose lentamente, sofocando cualquier intento de respirar con normalidad. El silencio era denso, roto solo por el leve crujido del tatami bajo mi cuerpo cuando me moví ligeramente. Intenté acomodarme, pero sentí una punzada de dolor en cada músculo, recordándome que no pertenecía a este lugar. La cama baja en la que estaba era demasiado lujosa para alguien como yo, cubierta por sedas que parecían burlarse de mi situación.

Mis dedos temblaron cuando rozaron la fina tela del edredón, acariciando inconscientemente los bordados dorados que representaban dragones y tigres, símbolos de poder que solo me recordaban al hombre que gobernaba mi vida. El monarca... él.

Cerré los ojos con fuerza, tratando de alejar el recuerdo de su mirada feroz, de la cicatriz que marcaba su rostro como una señal de advertencia. Pero el vínculo que compartíamos era un tirón constante, una cadena invisible que me ataba a él, apretando mi pecho cada vez más con cada pensamiento que intentaba reprimir.

Quise moverme, huir de esta habitación tan ajena, pero mi cuerpo no me respondía. Estaba débil, más de lo que me gustaría admitir. Sentía que cada centímetro de mí estaba desgarrado, agotado no solo por el esfuerzo físico de mi escape, sino por la lucha interna que había estado librando durante tanto tiempo. Mi mente volvía una y otra vez a la imagen de la batalla, a los gritos de los alfas, al caos... y luego a él. Siempre él. YoonGi, de pie entre la confusión, con su cabello platino cayendo como cascada alrededor de su rostro, esos ojos helados que me atravesaban con una mezcla de desprecio y... algo más que no podía definir.

Apretando los dientes, sentí una ola de frustración arder dentro de mí. ¿Por qué no podía simplemente escapar? ¿Por qué, aun estando lejos de él, el lazo seguía tirando de mí, como si fuera una fuerza inquebrantable? Cada vez que intentaba luchar contra ello, me encontraba de nuevo al borde del colapso, como si el mismo aire me faltara cuando no estaba cerca de él. El vínculo.... Lo odiaba con todo mi ser, pero al mismo tiempo, había una parte de mí que lo temía perder. Como una corriente subterránea, ese instinto omega dentro de mí se retorcía, entrelazado con el deseo y la necesidad, recordándome que, aunque mi mente gritara, mi cuerpo respondía a su alfa.

Me llevé una mano al pecho, presionando con fuerza, como si pudiera arrancar ese tirón, como si pudiera romper el lazo que me ataba a él. Pero, a pesar de mi repulsión y el miedo que sentía, el vínculo seguía allí, inmutable, un recordatorio cruel de mi realidad. Y no importaba cuánto intentara engañarme, no importaba cuántas veces soñara con escapar, al final, siempre volvía a él.

Era su omega.

El sabor amargo de esa verdad se asentó en mi boca, y un escalofrío me recorrió la columna. Mi cuerpo reaccionaba a él de formas que me asustaban. Mi mente se aferraba al odio, pero mi ser completo lo buscaba. Lo deseaba, y eso me aterraba. No podía soportar esa dualidad en mí mismo.

MONARCA | YoonMin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora