𝕯𝖗𝖚𝖓𝖐

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•POV of t/n•

Frustrada, camino a lo largo de la lúgubre sala común de Slytherin sin mirar a los lados. Puedo oír a algunos de mis compañeros de casa charlar, a otros reír y también a un par discutir algo sobre una tarea de encantamientos. Sin embargo no me siento de humor para hablar con nadie y eso debió estar implícito en mi cara porque Pansy, mi mejor amiga, solamente me observo y asintió en forma de saludo, pero no dijo ni pregunto nada. Seguramente atrasaría su interrogatorio para unas horas después y de verdad que lo agradecía.

Arrastrando el pesado bolso cargado con libros, subo las escaleras hacia mi habitación. Al entrar en ella, suspiro con alivio cuando noto que mis compañeras de cuarto no están. No era extraño puesto que era sábado por la noche y gran parte de los estudiantes estarían saliendo a las tres escobas o a alguna otra taberna en Hogsmeade a emborracharse, pues era el único día en que podíamos salir libremente de la escuela por la noche. Varias veces lo había hecho con mis amigos pero este fin de semana no me apetecía. Había estado por horas en la biblioteca estudiando para un examen y estaba agotada, física y mentalmente. Lo único que quería era recostarme en mi cómoda cama y leer alguna de mis novelas favoritas.

Con lentitud me quito la ropa que traigo puesta y la reemplazo por un pantalón de algodón gris. Sin pensarlo y de forma inconsciente tomo una amplia sudadera verde de Slytherin, la cual me colocó. Inhaló el delicioso aroma a perfume caro que esta desprende. Se la había quitado a Draco hacia meses pues era cómoda, calentita y olía tan bien como el. Lucho conmigo misma y se que debería quitármela, arrojarla por allí y ponerme cualquier otra cosa, pero me es imposible. Estaba habituada a dormir con ella casi siempre aunque este, como ahora, jodidamente molesta con ese idiota.

Hacia unas horas habíamos tenido una pelea a causa de un repentino ataque de celos de su parte. Todo porque esta tarde mientras estudiaba en la biblioteca, Ron Weasley se me había acercado para pedirme ayuda con un ensayo de pociones que no lograba terminar. Debido a eso, habíamos estado algunas horas estudiando juntos y cuando Draco nos vio no se lo tomo nada bien. El resultado fue una fuerte pelea que acabó casi a los gritos, luego el me soltó que esta noche saldría con Blaise y Theo, para acabar aconsejándome que no lo espere despierta—pues casi siempre dormíamos juntos en alguna de nuestras habitaciones—ya que llegaría tarde. No creo que haga falta aclarar que mi respuesta no fue la mas amable y la pluma que le arroje por la cabeza es la prueba de ello.

Había estado todo el día de un pésimo humor. Y la verdad es que puede que mi afán por internarme en la biblioteca y no salir a ningún sitio también se deba un poco a aquello. Era extraño estar tantas horas sin estar juntos, no éramos dos empalagosos dependientes pues cada uno hacía sus cosas en el día por su parte, sin embargo si que desayunábamos juntos o tal vez leíamos algo o simplemente caminábamos por los alrededores del lago negro. Lo que toda pareja hacía, la verdad. Lo extrañaba, claro que si, no obstante prefería que me muerda un hipogrifo a admitirlo en voz alta.

Me recuesto sobre la cama y miro al techo. Muevo los pies al compas del sonido de las agujas de mi pequeño reloj, el cual me obsequió mi madre en las pasadas navidades. Bufo molesta al sentir aquella fea angustia en el estomago. La cama se sentía fría y solitaria. Me había habituado tanto a dormir con el estos meses que ya no recordaba otra forma de acomodarme que no sea apoyando mi cabeza sobre su pecho mientras sus fríos dedos rozaban suavemente mi espalda.

Me reprocho a mi misma lo idiota que sueno. Odiaba sentir que me faltaba algo. Había dormido sola los 17 años anteriores. Carajo, aun podia seguir haciéndolo. No lo necesitaba.

Tonto rubio cretino. Salte de mi cabeza.

Abro el libro y me obligo a concentrarme en la lectura para así despejar mi mente y poder dormir. Quería que este día pasara de un vez. Paso una página con mas furia de la necesaria mientras no puedo evitar imaginar la cantidad de chicas que van a acercarse a el. No es que yo fuera un tóxica sin remedio, claro. Sin embargo era plenamente consciente de lo increíblemente guapo que Draco era, cualquier persona con ojos lo notaría. Pese a que confiaba en su fidelidad, no era igual estar allí para espantar yo misma a cualquiera que se le acerque, que tan solo imaginarlo. El idiota era estúpidamente hermoso, la fantasía de cualquiera, chicos o chicas. Y yo amaba y odiaba eso a partes iguales.

𝙾𝚗𝚎 𝚂𝚑𝚘𝚝𝚜// [𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐦𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora