Enzo Fernández
Ahora sí comienzo a sentir el cansancio corporal. El partido de ayer más todo lo que pasó anoche me dejaron destruido pero satisfecho, aunque creo que Alana quedó peor que yo. Al abrir los ojos me doy cuenta que sigue profundamente dormida. Bajo la mirada y me doy cuenta de la posición en la que estamos.
Ella acostada boca arriba y yo sobre su cuerpo, con mi cabeza en el hueco de su cuello y mi mano izquierda pasa por debajo de la remera. Le estoy agarrando una teta. No sé en que momento se volvió a poner la tanga porque le había pedido que se quedara en completa desnudez, pero no me voy a quejar. La tela de encaje blanco hace que resalte el color de piel que comienza a dorarse por el sol. Que buena que está.
Me acomodo despacio en la cama, sin despertarla, y agarro el celular para ver la hora. Dentro de todo es temprano y aprovecho que Juli me avisa que no hay nadie en el comedor para ir a buscar comida.
Me levanto de la cama, me visto y salgo sin hacer ruido. Cuando llego a la cocina, le tiro un par de piropos a las cocineras más grandes y me preparan todo lo que les pido y vuelvo a la habitación tratando de no ser visto por nadie.Al ingresar al cuarto, veo que ya se despertó y está sentada en la cama, con la espalda apoyada en el respaldar. Su cara me dice que no está muy contenta y una parte de mí se pregunta si es porque no me encontró durmiendo a su lado. Al estar con una mueca y mirando el celular algo enojada, me da tiempo a admirarla un poco más. Hasta recién despierta tiene una belleza natural inexplicable, no noto ningún tipo de parecido con su hermano y sus padres.
Caigo en cuenta que me quedé tildado con la bandeja del desayuno en las manos y me golpeo mentalmente. Es la primera vez que le traigo a una mina la comida a la cama, ni siquiera con Valentina hice esta virgada. Parezco un trolo y no quiero porque me conozco. La voy a terminar cagando sólo para tratar de equilibrar con mi lado gato.
—Buen día hermosa.— Con uno de mis pies empujo la puerta para cerrarla y ella me mira a los ojos. La cara se le ilumina y sonríe demostrando un pequeño alivio.—¿Pensaste que te había dejado sola?
—Hola...—La voz le sale ronca y es algo que también me gusta. ¿Que onda con esta piba?— Creí que te habías ido.
—Si, pero a buscar el desayuno.
Me acerco a ella y dejo la bandeja sobre sus muslos para luego agarrar su mandíbula y hacer que eleve la cabeza y así encajarle un beso largo. Es un gesto que creo que nos toma por sorpresa a ambos ya que no me esperaba hacerlo y a ella se le tiñen las mejillas de un rojo leve.
—¿Vas a ir al gimnasio hoy?—Me acuesto a su lado, mientras habla, para empezar el mate mientras ella se sienta como indiecito para quedar enfrentada. Solo nos separa la bandeja de comida.
—Nah, no creo. Ya me está pasando factura lo que hicimos ayer. Me duele todo.
Puedo notar como agacha la cabeza algo avergonzada. Es rara porque tiene carácter para todo, es directa en lo que piensa y siente. Nunca la he visto inhibirse ante situaciones o personas, pero cuando se trata de algún comentario con doble sentido o chamuyo de mi parte, si sale su lado tímido. Me gusta ese poder.
—¿Vos? ¿Vas a entrenar hoy o no te da el cuerpo?—Me río cuando pone los ojos en blanco.
—No creo. En un rato hay reunión con el cuerpo técnico y Scaloni me pidió que fuera. Y al ser día de descanso los chicos quieren pasar la tarde en la pile antes que vengan las familias a la noche.
Le paso un mate y puedo ver que si disfruta de la comida, cosa que me pone feliz. Por lo menos me quedo tranquilo de que hoy come bastante en el desayuno, no como otros días.
Nos quedamos un rato así, hablando de todo y de nada al mismo tiempo. Cada tanto tiro algún comentario o chamuyo barato para hacerla reír porque me gusta verla así.
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Nunca Digas Nunca - Enzo Fernández
FanficPara ella, él era sólo un chamuyero. Para él, ella era una agrandada. Algunos dirán que es el típico "ella se enamora primero pero él más fuerte". Ella le enseña lo que es el amor verdadero, pero él le enseña lo que es el engaño y las mentiras. Y a...