Giselle
Tres días.
Tres malditos días en que solo puedo nomás que estrujar hojas garabateadas. No hago nada más que sentarme en mi estudio, en mi pequeño espacio donde los recuerdos no llegan, donde solo somos yo, papel y carboncillos.
Sin embargo no me concentro. No puedo hacerlo porque mi mente está en otro cito. Llegan una y otra vez las horribles posibilidades de fallar con este contrato.
Sin diseños no hay acuerdo.
El nivel de presión en mí es demasiado grande y junto a él van acompañados unos enigmáticos ojos verdes.
Trago grueso mientras exclamo una exhalación y maldigo al hacer una bola de papel el boceto que tengo ante mí. Me recuesto atrás al espaldar de la butaca dejando caer mi cabeza. Llevo tres años sin verme frente a un papel y lo más malo no es el tiempo que pases lejos de el, sino la falta de inspiración.
Mi iPhone suena con una notificación y lo tomo en mis manos.
«Cinco días. Ciento veinte horas exactas para tenerte frente a mí»
Mi pecho se aprieta con la sensación que me invade cada vez que leo sus palabras. No sé cómo diablos logró conseguir mi número pero hace dos puñeteras noches incluyendo la de hoy, que no deja de enviarme este tipo de mensajes.
Realmente no pensé que pidiese específicamente que yo representara los diseños, me justifico por los tragos que bebí a esas alturas. Me tomó por gran sorpresa eso y admito que estoy nerviosa.
«Joder»
¿Quién acaso ni lo estaría?
Semidesnuda frente a un hombre que siquiera conocí ese mismo día y que no sé apenas nada de él. La osadía se marchó junto con él cuando salió de la oficina aquel día. Ahora no dejo de pensar en lo todo ridículo que es esto.
Suspiro con pesadez.
Son las 12am y giro mi vista en dirección al gran ventanal que deja ver el mar oscuro atrás. Me ruedo en dirección a la ventana y me quedo viendo fijo el manto negro que hoy brilla lleno de estrellas por la luna llena y cómo la misma se refleja en el mar.
Exhalo.
Mi sueño está a punto de volverse realidad, tengo en mis manos la posibilidad de llegar a donde siempre quise. Los recuerdos me invaden y nuevamente Harry llega a mi cabeza.
Él fue mi motor por años. Y nadie más que él me inspiró hasta llegar donde estoy hoy. Incluso escogimos el nombre de la marca juntos. Eva, mujer y pecado van juntos en una misma oración. Por eso escogimos ese nombre, Pecado hecho mujer.
La lencería como prenda de seducción comenzó a usarse siglos atrás, y a avanzado a pasos agigantados con el pasar de los años. Cada vez más estética, más favoreciente al cuerpo femenino y más provocativa.
¿Cómo volver loco a un hombre?
Quédate en encajes y lo verás flipar a colores idiotizadamente.
Mis dedos comienzan a moverse solos por el papel, yendo de aquí allá de forma organizada y siguiendo un patrón mental. Me toma varios minutos el boceto hasta que lo termino.
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A Dos Meses de tu Muerte
RomanceTres matrimonios. Tres cadavéres encontrados a solo dos meses de contraer nupcias con ella. El F.B.I la persigue debido a ser la principal sospechosa y la que lógicamente sería la más beneficiada en la muerte de sus maridos. Ella en todo lo que pue...