XV

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Giselle
Doble Actualización
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¿Cómo debía reaccionar alguien ante el posible asesino que le respira en la nuca?

El pulso me latía muy fuerte y la cabeza me dolía demasiado. Estaba sobre la cama cuando abrí los ojos y las manos me temblaban de forma desmedida. Todo estaba oscuro.

Las lágrimas mojaban mis mejillas y sentía mis músculos contraerse en espasmos leves cada nada.

Me había dado un ataque de pánico, a este punto de mi vida ya sabía cuando era de ansiedad y cuando de pánico. Para mi desgracia sufría de ambos. ¿Quién en mi lugar no los padecería?

La puerta se abre y niego una y otra vez con las sensaciones asfixiantes haciéndome un nudo en la garganta. El sudor me recorría las sienes y el corazón no dejaba de latir enfurecido, mientras veo cómo Matthias entra al cuarto el cual reconozco como suyo.

Su presencia me atormenta demasiado. En mi vida ya no creía en las casualidades y él fue una casualidad demasiado obvia. Se acercó a mí por medio de la empresa y me entregué a él como una tonta. Aún no he encontrado evidencias suficientes para conjeturar el por qué asesinar a todos mis esposos, pero al parecer tiene que ver con Harry.

Paso saliva sintiendo las lágrimas rodar por mis pómulos.

—Toma esto —habla de forma áspera y me tiende una pastilla.

Con recelo alterno la vista del medicamento a sus ojos.

—Tómatela. Ayudará a pasar el ataque —replica en un bufido.

Al ver que me quedo sin habla y sin acción. Su mano libre toma mi mandíbula y abro la boca por inercia. Su presencia no sé si me altera más o me relaja, solo sé que mi pecho cabalga furioso y mi respiración es un desastre, pero aún así estoy viéndole fijamente a los ojos, a la vez que mete de forma tosca la pastilla en mi boca.

Abre una botella de agua con su mano libre y me hace engullir un trago de agua para que pase el medicamento.

Sus ojos chocan con los míos y me ven de forma lacerante. Su mano sigue apretando mi mandíbula y mi cabeza sigue anonadada por todo lo sucedido.

Si él es el asesino ha actuado perfectamente bien su papel. Ha logrado meterse en mi cabeza de una forma hábil y me ha hecho bajar la guardia. Eso ha pasado, he bajado la guardia con él.

¿Pero que lograría un hombre como Matthias con asesinar a mis esposos?

Según el detective la clave de todo soy yo. Sin embargo, a él lo conozco hace solo meses. Jamás antes lo había visto, ni siquiera con Harry.

«Es que él no es el asesino»

Pestañeo viéndole.

Tiene toda la pinta de uno, pero mi subconsciente insiste en que no es él. Pero cómo ya dije, las casualidades en mi vida no existen. Motivo por el cual ya no confío en él.

Su mano me suelta de un momento a otro pero sigue de pie ante mí.

—¿Qué hacías en mi habitación? —cuestiona.

A Dos Meses de tu MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora