Narrador
¿Quién iba a pensar tal cosa?
No amigos, las casualidades no existen en estos casos.
Aquí todos pueden ser el asesino. Sospechamos de todos hasta que al final es quien menos pensábamos.
—Tenemos un plan. No puedes lanzarte de cabezas al abismo. Esperemos a los dos meses.
—No. Él sabe que lo estaréis esperando, por eso mató a Rosse. Ella supo la verdad y fue a sus otros objetivos...
Entonces él la vio correr hacia al Bugatti y la siguió. No sabía que haría, pero él no iba a dejarla sola. Subió tras ella y rebuscó en los asientos.
Había olvidado decirle a Giselle, pero había dejado un arma bajo el asiento del copiloto. La metió en su saco mientras la peli negra arrancaba el auto.
Él la miraba llorar en silencio. La veía derramar lagrimas aferrada al volante y su pecho se contraía cada vez que la veía hacer eso. Era como si algo se activara dentro de él con cada lágrima salida de sus ojos.
Cuando se había acercado a ella no había sido para esto. Jamás pensó que una mujer, que la mujer de su amigo, el único que había sido sincero y genuino con él iba a hacerle agrietar su muro de hielo. Se aborrecía cada vez que la tocaba, que la penetraba, que la acariciaba. Le ardía el interior cada vez que pensaba en ella cuando su mente se quedaban en blanco. Porque el plan no era ese, el plan había sido encarcelarla. Meterla en prisión porque creía que ella había asesinado a Harry, el plan era odiarla, detestarla. El plan se había ido a la mierda y no se dio cuenta de en qué momento pasó.
Ahora sabía la verdad. Ahora sabía que ella era otra víctima más del asqueroso homicida. E iba a matarlo. Él iba a encargarse de arrancarle el pellejo por todo lo que le hizo. Aún recordaba lo que antes le había dicho Giselle y su sangre ardía en sus venas.
La había violado. La había ultrajado frente a ellos.
Lo mataría. Sin duda lo mataría.
La verja de la casa de los Smith no se abría. Ellos se dieron cuenta y por tanto Giselle aceleró el carro haciendo que se rompiera el metal y permitiéndoles entrar.
Ella sabía que él estaba ahí. Lo había visto entrar cuando ella salió hacía unas horas. Así que corriendo vieron que la puerta principal estaba cerrada, Giselle, seguida de Matthias corrieron a la parte trasera de la casa.
Vieron la puerta ante ellos, pero antes de que los dos se adentraran, el árabe tomó a la peli negra por los hombros y le dijo:
—Déjame entrar solo a mí.
Ella negó rotundamente.
—Sí voy a morir será matando a ese hijo de puta —replicó aunque tenía miedo, no iba a negarlo.
—Giselle...
—Él me lo ha quitado todo. Mi vida ya no tiene sentido y lo voy a matar. Voy a cobrarme cada año de sufrimiento, cada herida interna que aún sangra.
Y cuando se soltó del agarre de Matthias, e intentó entrar, él tiró otra vez de ella e impactó sus labios en los suyos. Metió su lengua en la boca de ella y degusto su sabor. La mordió y la oyó gemir. Sintió sus mejillas humedecerse al parecer porque estaba derramando algunas lágrimas, hasta que se separaron.
Se miraron a los ojos intensamente.
—Quiero que sepas que...
Matthias puso los dedos sobre los labios de ella haciéndola callar.
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A Dos Meses de tu Muerte
RomanceTres matrimonios. Tres cadavéres encontrados a solo dos meses de contraer nupcias con ella. El F.B.I la persigue debido a ser la principal sospechosa y la que lógicamente sería la más beneficiada en la muerte de sus maridos. Ella en todo lo que pue...