Día 18: Pétalos cayendo

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(Segunda parte del Día 16, leerlo antes)

Cerro la puerta del departamento con las bolsas en mano y sintiendo como un gato gordo comenzaba a sobarse en su pierna. Camino hacia la cocina, dejando las bolsas para luego acuclillarse a acariciar a su mascota

-Hola Wilson ¿qué has estado haciendo toda la tarde además de comer?

-Molestar a Kira, claro está- Sam entro a la cocina

-Tu gata es la que molesta a mi pequeño, le tiene celos- Rub se paró cruzándose de brazos

-¿Que le va a tener celos? Kira es una princesa, no como ese gato que es una pequeña pelota

-¡Más respeto con Wilson!- lo apunto de manera acusatoria- ¡Al menos él tiene una cabeza normal!

-Y un cuerpo anormal- lo atrajo por la cintura dejando un beso en sus labios- Hola chiqui

-Hola- enrollo sus brazos alrededor de su cuello- ¿Me extrañaste?

-Siempre- comenzó a besar su cuello- ¿Qué tal el día?

-El estúpido de mi jefe me dio un juego que no tiene ni la beta, tengo que comenzar todo desde el inicio- rio apartándose del chico- Basta, me haces cosquillas

-Tu jefe es un imbécil, no sé porque no solo renuncias y buscas trabajo en otro lado que si vea lo que vales

-El trabajo no es malo, me encanta- se encogió de hombros

-Por cierto ¿Que trajiste? - miro las bolsas sobre la encimera

-Oh, compré la cena de camino, es del restaurante de carnes que tanto te gusta- Sam lo miro mal- ¿Qué?

-Lo olvidaste

-¿Olvidar que?- un sentimiento de miedo se apoderó de su cuerpo

-Hoy íbamos a cenar fuera, te dije que tengo la reserva desde hace dos semanas

-¡Ay cierto!- golpeó su frente con su mano- ¡Perdón! ¡Perdón! Te juro que se me olvidó

-Y seguro que se te olvidó porque lo hice

-¿Es...nuestro aniversario?

-¡Rubén!- el pelinegro puso los ojos en blanco

-¡Ya sé! ¡Soy el peor novio del mundo! ¡Perdón amor! - lo abrazo hundiendo su cabeza en el pecho de Sam

Llevaban más de tres años siendo pareja, desde que se habían encontrado en esa cena que sus amigos hicieron para tener una cita doble. No se habían separado, incluso por alguna razón sentía que está vez era más fuerte que la primera vez, más real

Samuel fue el que le pidió ser su novio, dos semanas después de que se besaron. Lo hizo en la playa, en su onceava o doceava cita, justo cuando el sol se estaba poniendo y diciendo que está vez no lo dejaría ir, que lo quería en su vida para siempre.

Rubén acepto y no se arrepiente, porque el romance con Sam fue mejor o igual que cuando eran jóvenes. Sus muestras dulces, como se preocupaba por él, como siempre buscaba un minuto del día para verlo, como se alegraba cada vez que lo tenía en sus brazos.

Samuel no era solo un fabuloso novio, sino también un magnífico compañero de piso. El de la idea, está vez, fue Rubén, que luego de un año de novios pensó que el siguiente paso era vivir juntos, por lo que con mucho esfuerzo organizó una cita en la cafetería que siempre iban de jóvenes, pidiéndole con mucha vergüenza y nervios

El pelinegro no dudo en decirle que sí y desde ahí comenzaron a buscar departamentos hasta encontrar el perfecto para ellos. Meses después, Kira y Wilson llegaron a sus vidas, aún con las protestas de los dos hacia el gato del contrario.

Rubegetta Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora