Día 5: Cine

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(Segunda parte del Día 3, leerlo antes)

Llevaba veinte minutos fuera del portal de su edificio esperando a que el auto que tanto conocía apareciera. Limpio por tercera vez el sudor de sus manos en su pantalón, nervioso por lo que le esperaba en esta salida

Desde que se había encontrado con Samuel esa noche de lluvia dónde le rompieron el corazón, se había creado una linda amistad entre ellos. Con esto vinieron algunas salidas ocasionales como ir a comer, invitarle un café, haciendo que pasará más tiempo con el pelinegro

Al principio Rubius no se pudo creer que un chico como Samuel quisiera tener algún tipo de relación con alguien como él, y seguía pensándolo de vez en cuando, pero esto se iba cuando veía al chico en el lugar en donde habían quedado con una gran sonrisa. Aún con eso, Sam causaba cosas en Rubén que se había prometido no volver a sentir luego de que Mangel le rompiera el corazón.

Pero eso no quitaba la idea del castaño de que el chico era demasiado perfecto como para verlo de forma romántica. Sam era dulce, tierno, trabajador, amable, solidario e inteligente, él...bueno, era todo lo contrario

Sus inseguridades le causaban terror y un leve retorcijón en la panza por pensar que tal vez lo que venía sintiendo por el chico podría arruinar su creciente amistad. No tenía oportunidad con él y si la tuviera seguro solo era para algo de un momento, ya que terminaría aburriéndose de él al instante como todas sus antiguas relaciones.

Es por eso que estaba tan nervioso, porque a diferencia de otras veces, está vez iba con el factor sorpresa ya que Samuel no le había dicho a dónde irían. A eso tenía que aumentarle que por primera vez lo recogería en su casa y que saldrían de noche...como una cita.

Una bocina lo hizo pegar un salto antes de ver el carro de Sam estacionarse frente a él. Se subió al coche, sintiendo el calor de adentro casi al instante comparado con el frío que se sentía afuera.

-Hola

-Hola- Sam le sonrió- ¿Todo bien?

-Sí, todo perfecto ¿y tú?

-Bien, hoy gane el juicio de una madre soltera, su ex tendrá que pagarle años de manutención- comenzó a conducir

-Sé lo merece- Rub sonrió antes de hacer una mueca- ¿Que haremos hoy?

-Pensaba ir al cine, hay una película muy buena en cartelera, pero no he tenido tiempo de verla y tampoco con quién- lo miro en un semáforo en rojo- ¿Me acompañas?

-¿De qué trata?

-Es de terror- se encogió de hombros- Mi hermana no puede ver una sin gritar como loca, su esposo trabaja hasta tarde y a mis amigos no les gusta las películas de terror

-Así que fui tu mejor opción

-Y la única- le dio una media sonrisa- ¿Te gustan las pelis de terror?

-Si...si me gustan

Mentira, las odiaba y no porque el género no fuera entretenido sino porque se asustaba con mucha facilidad. Más de una vez se había ganado reclamos en la sala de cine e incluso Mangel le dijo que prefería verlas en casa para no pasar vergüenza con él.

El resto del camino se dedicaron a hablar de su día, Rubius le contó sobre su horrible día en el trabajo sirviendo a su idiota jefe que siempre le pedía el doble de esfuerzo. Samuel se dedicó a hablarle de su hermana y sobrina, las cuales no sabían quién estaba más insoportable en los últimos meses antes de la llegada del futuro bebé.

Cuando llegaron al cine Samuel le pidió que se adelante mientras el buscaba un lugar para estacionar por lo que Rubius bajo haciendo cola para comprar las entradas. Dos niños se acercaron con varios ramos de flores, cada una traía tres y eran de color amarillas

Rubegetta Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora