Día 28: Tatuaje

175 19 0
                                    

-No es para tanto

-Willy te estaba comiendo con la mirada

Rubius hizo puchero cruzando sus brazos sobre su pecho mientras Samuel cerraba la puerta del departamento. No pudo evitar reír con la imagen, pero al ver que la expresión de Rub cambiaba a una enojada tuvo que disimular.

Sabía que su novio era celoso, se lo había demostrado desde que comenzaron a salir hace siete años. El problema es que nunca se lo podía tomar con seriedad, Rubius tenía esa actitud de niño pequeño que simplemente no lo dejaba ser consciente de que estaba enojado.

-Solo exageras amor- dejo un beso en su frente- Venga, vamos a la cama, muero de sueño

-No quiero ir a la cama- pataleo haciendo berrinche- ¿Porque no me crees cada vez que te digo que alguien coquetea contigo?

-Porque no hay persona en la tierra que no se dé cuenta de lo enamorado que estoy de ti- tomo su cintura apegándolo a él- Además que siempre exageras un poquito lo que ves

-Eso no impide que todos se la pasen mirándote cada que salimos con los chicos- jugo con el cuello de su camisa- ¡Y no exagero! ¡Hasta Willy te coquetea descaradamente!

-Willy lo hace por fastidiarte- acarició su mejilla con su nariz- Sabe que eres muy posesivo y le gusta hacerte enojar

-Menudo bobo

-Y menudo tontito tú qué caes en el juego- se alejó para mirarlo directamente- Soy de tu propiedad Rubén, solo tuyo

Rubius sonrió juntando sus labios con los de él, sintió los brazos de Samuel enrollar su cintura y sin menos lo cargo hasta la habitación para tirarse con él en la cama. El castaño rio cuando sintió las cosquillas subir por su cintura, brazos y cuello, retorciéndose entre las sábanas

-¡Basta! ¡Basta! - lo aparto aun riendo

-¿Ya estás más calmado?- Sam se detuvo viéndolo con una amplia sonrisa

-Un poquito

-Bien, iré a bañarme, estoy sudado- dejo un beso en sus labios antes de apartarse- ¡Ponte el pijama!

-¡No quiero!

Hizo berrinche en la cama ganándose la risa de su novio justo cuando entraba al baño. Rubius suspiro, parándose y yendo al armario que compartían para sacar su pijama.

Abrió los cajones de Samuel buscando una de sus camisetas ya que le gustaba dormir con ellas, pero antes de que lo pudiera cerrar notó un aroma peculiar, algo como rosas o fresas. Levanto las camisetas olisqueando cada una, sintiendo el aroma de detergente, suavizante pero nunca ese aroma tan intenso.

Cuando estaba perdiendo la esperanza de encontrar el causante de ese olor notó que algo sobresalía de la parte de atrás del cajón, obligándolo a meter la mano hasta el fondo. Sacó una bufanda bien doblada color rosa con puntos blancos que parecía apestar a un perfume de fresas que ahora mismo le daba dolor de cabeza.

Arrugó la bufanda en su puño, guardándola en otra parte donde Samuel no pudiera encontrarla. Si conocía a su novio, sería lo suficientemente inteligente para no preguntarle por ella, sería caer muy fácil en la trampa si es que lo estaba engañando

Se acomodo en la cama, tapándose hasta el cuello y dándole la espalda al lugar de Sam, aparentando estar dormido. Cuando escucho la puerta abrirse y luego la luz apagarse supo que su novio había salido de bañarse, y aunque le hubiera gustado abrir los ojos para verlo solo con la toalla, se aguantó hasta sentirlo echarse en su lado de la cama

Unos brazos lo apretaron contra su cuerpo y sus besos se centraron en su espalda hasta subir por su hombro. Rubius tuvo que poner mucha fuerza de voluntad para no caer bajo sus efectos o en todo caso, de voltear y reclamarle sobre la bufanda.

Rubegetta Month 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora