Bōifurendo [Poliamor]

Bōifurendo ; 49

Conociendo a los padres. Parte 1/4.

Midoriya Inko.

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Era viernes por la tarde, y aquella extraña relación poliamorosa se encontraba en la habitación de Eijiro intentando matar el tiempo entre los cuatro, Izuku y Katsuki jugaban videojuegos en la nueva consola que el pelirrojo había recibido por una tía en el extranjero, Shoto redactaba una carta que le enviaría a su madre ante la imposibilidad de ir a visitarla aquel fin de semana y Eijiro chateando con sus madres.

— No lo soporto más — gruñó bajo Kirishima tirando su celular al suelo, para luego recogerlo alarmado esperando que la pantalla no tuviera ningún rasguño

— ¿Qué te pasa pelos de mierda? — preguntó el rubio sin quitar la mirada de la pantalla

— Sentiría más tu preocupación si siquiera me miraras a los ojos

— Te pregunté qué te pasaba, si me preocupo por ti

Midoriya puso pausa al juego tras asegurarse que no habría peligro asechándolos una vez que reanudaran la partida, recibiendo un bufido por parte de Bakugou; Todoroki de igual forma dejó su escritura de lado, al igual que sus lentes para lectura de cristal redondo que lo hacían lucir más condenadamente sexy de lo que ya era.

— ¿Qué pasa, bebé? — el bicolor lo rodeó con uno de sus brazos, intentando reconfortar el mal que habitaba en la cabecita de su novio

— Es solo que no creo poder ocultar más mi relación, con los tres chicos más lindos que haya conocido, a mis madres — suspiró frotando con desesperación su rostro — Cada que hablamos o que les mando mensaje, me gustaría hablar de ustedes, contarles lo maravillosos que son conmigo y lo feliz que estoy de tenerlos a mi lado

— Siento lo mismo — habló Izuku — Yo también quisiese decirle a mi madre que ahora no solo tengo uno, si no tres novios que amo con todo mi corazón

— Yo no tengo prisa en que los viejos sepan que ahora no solo tengo a Deku por novio

— Yo no quiero presentarlos ante mi familia — tras ver los rostros de cachorro deprimido de Kirishima y Midoriya tuvo que añadir — No es que me den vergüenza o algo por el estilo, solo no quiero que mi padre los conozca, no le daré la satisfacción de ser yo quien deje mi orgullo

— Entendemos, no tienes una buena relación con tu padre

— Pero yo si quiero presentarlos ante mi madre, claro, si ustedes están de acuerdo

— Yo quiero conocer a la señora Midoriya — Todoroki apoyó la idea

— ¡Bien! Aprovechemos que nos invitó a mí y a Kacchan a una cena este fin de semana

— Espera, ¿No es un poco apresurado?

— No creo, le avisaré que habrá otros dos invitados

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El día en que irían a la casa de los Midoriya había llegado, y Kirishima junto con Todoroki no podían estar más que nerviosos.

Eijiro se había empezado a alistar tres horas antes de lo acordado, queriendo que su peinado quedara perfecto al igual que su ropa y causar una buena impresión en la madre de Izuku.

Shoto, por su parte, hacía el mismo ritual que siempre, solo que esta vez le ponía el máximo de atención a los detalles, colocando la cantidad correcta de gel en su cabello, cuidando que ningún pelo se le escapara; rociando pulcramente su colonia por la extensión de su cuerpo, y quitándole las pelusas a su suéter azul marino.

Los chicos se encontraban tan tensos que les causo gracia a sus otros dos novios.

— ¿Qué pasa si no le agradamos a tu mamá? — preguntó angustiado el pelirrojo

— Tranquilos, la señora Inko es un amor de persona, no le hace daño ni a una mosca

— Quiero regresar — Todoroki intentó retroceder, sin embargo, Bakugou lo sostuvo fuerte de su muñeca haciéndole imposible moverse

— Muy tarde mitad-mitad, ya hemos llegado

La puerta del departamento se abrió dejando ver a una alegre señora de no más treinta y cinco años, bajita, rellenita y compartía los característicos rasgos de su novio: pecas y cabello verde, además de sus ojos esmeralda, radiantes cual la piedra preciosa.

— ¡Bakugou! — saludó entusiasta con un fuerte abrazo, siguiendo con su hijo — Me alegra verlos otra vez, la escuela los está consumiendo tanto que se tiene que pedir desde el mes pasado una simple cena

Los dos hombres atrás se querían morir de la vergüenza, ideando un plan para escapar de la situación sin quedar mal ante la madre de Izuku.

— ¿Qué tenemos aquí? — era tarde, sus figuras ya habían aparecido dentro del radar de la señora — Un par de apuestos jóvenes, un placer, mi nombre es Midoriya Inko, pero pueden solo llamarme señora Inko

— Buenas noches señora Inko, mi nombre es Kirishima Eijiro, encantado de conocerla

— Mi nombre es Todoroki Shoto, un placer — tomó la mano de la peli verde plantando un casto beso en sus nudillos, dejando a todos en shock

— Pero que agradables muchachos — soltó una risita — Pasen, que la comida se enfría

Entre charlas y preguntas por parte de la mayor, terminaron con la deliciosa cena que Inko había preparado con tanto esmero para recibir a su querido hijo y al novio de éste, sin olvidar a los compañeros que había invitado por igual.

Ahora, la pequeña mujer se encontraba lavando los platos sucios, mientras en la sala charlaban los cuatro jóvenes debatiendo si era buena idea la locura que estaban por cometer.

— ¿A qué le temes tonto-shima? Fue tu idea desde un inicio presentarnos ante nuestros padres, ¿No que muy ansioso por que nos conocieran?

— Yo solo decía a mis madres, no estaba en mi mente tener que decírselo a sus padres

— O a todos o a ninguno Shima

— ¿Qué tanto murmuran ustedes? — entró Inko a la sala — Podré estar vieja, pero tengo buen oído

— Mamá, tengo algo que decirte

— ¿Me dirás que estos dos jóvenes y guapos hombres también son tus novios? — los cuatro quedaron mudos de la conmoción ante la declaración de la mujer

— Si, ¿Cómo lo sabías?

— No soy ciega, además, una madre conoce a su hijo como la palma de su mano, vi cómo te le quedabas viendo a Kirishima-kun, de la misma forma que sonreías cada que Todoroki-kun hablaba, es lo mismo que haces con Katsuki

— ¿Y no te da sorpresa?

— Es un poco confuso, sí, pero si eres feliz con ellos tres — se encogió de hombros — Solo me queda rezar por su felicidad; también estoy muy feliz de que hayas conseguido hombres tan apuestos Izuku, creo que tienes el mismo encanto que tu madre

— ¡Mamá! — gritó avergonzado con las mejillas rojas, al igual que sus tres novios sentados en el sillón 

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