Bōifurendo ; 50

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Conociendo a los padres. Parte 2/4.

Kirishima Gema y Kirishima  Azumi 

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Los chicos regresaban a la academia después de una pijamada en la casa de los Midoriya, invitación hecha por la señora, argumentando que ya era demasiado tarde para andar en la calle, olvidando por completo que su hijo y sus novios estudiaban para ser futuros héroes y que, por ende, sabían cómo defenderse.

Pero ellos no eran tan crueles como para rechazar la oferta de la amable mujer.

— Bueno, eso salió mejor de lo que esperaba — suspiró Izuku llegando a la residencia, aún sin creer que su madre ya tenía ligeras sospechas desde el principio, ¿En verdad era tan transparente?

— Eso lo dices porque no te tocó ser amenazado — dijo Kirishima con el miedo en media garganta — ¿No que la señora Midoriya era un amor de persona? — le cuestionó a Bakugou con un deje de enojo

Recordar las tajantes palabras que era pronunciadas por la peli verde, junto a su sombría mirada, le causaba escalofríos.

— Ah, se me olvidó la parte en el que eran amenazados con la muerte si le hacían el menor daño a su adorado hijo — chasqueó la lengua — La señora Inko puede ser algo protectora con el nerd

— Ahora voy a tener pesadillas con esa mujer — susurró Todoroki con la vista perdida

— Lo siento amores — le dio un beso en la mejilla a cada uno para reconfortarlos — Mi madre es así, amenaza a cualquiera que considera me puede causar daño

— Bueno, dejando eso atrás, siguen mis madres

— ¿Qué no habías dicho que vivían a cinco horas de aquí?

— Por eso vamos a ir desde el viernes en la tarde y regresamos el domingo por la mañana, pero primero tengo que pedirle permiso a Aizawa — se dirigió a la habitación de éste — No me vayan a quedar mal

— ¿Creen que sean igual a la madre de Izuku? Digo, son dos mujeres, ¿Doble amenaza? — Todoroki no creía poder soportar a más madres intimidantes

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El fin de semana había llegado en un abrir y cerrar de ojos; las clases del viernes ya habían acabado de igual manera que los entrenamientos extra clases. Bakugou, Midoriya y Todoroki habían salido disparados a sus habitaciones, alistándose para el largo viaje de cinco horas que les deparaba, además de una pequeña mochila con otro cambio de ropa y cosas personales que les había recomendado Eijiro llevar.

Y no sabían porque era tan insistente en que llevaran jeans, camisa de botones y botas.

Al terminar de prepararse, fueron a la entrada de la residencia donde ya los esperaba el pelirrojo con su mochila.

— ¿Listos? — recibió una afirmación por parte de los tres — Espero que si hayan empacado lo que les recomendé

— Más bien lo que nos ordenaste — contradijo Bakugou — Pero no entiendo por qué necesariamente tiene que ser una camisa de cuadros

— Ya lo sabrán

El camino en autobús había sido largo y agobiante, Kirishima les contaba cada anécdota que se acordaba haber vivido en su hogar para intentar distraerlos; sus ojos brillaron al divisar a lo lejos la parada de autobús, y a su lado, la camioneta roja de su primo quien era el que siempre lo recogía.

Después de arribar y luego de una breve presentación a su primo, Kenzo, llegaron a la humilde morada de Eijiro y su familia. Una casa rústica de dos pisos de color amarillo pastel, con un gran y frondoso árbol en la entrada y un columpio colgando de el.

— ¡Eijiro!

— ¡Mamás!

Para parecer una pequeña casa de no más dos habitaciones, era bastante amplia en su interior, no lo suficiente para perderse, pero tampoco era tan chica como para chocar con los otros.

Las habitaciones ya estaban asignadas, aunque no era necesario si quiera eso, todos acabarían durmiendo en el único cuarto disponible además de la habitación de las señoras Kirishima: la pieza de Eijiro.

Siendo ya noche, las anfitrionas ofrecieron un delicioso y variado banquete como cena, emocionadas de conocer a los "amigos" de su hijo. Ahora todos se encontraban en la sala frente a la chimenea, con sus pijamas ya puestas y una cobija arropando sus cuerpos, un chocolate caliente en mano y una película reproduciéndose en la gran pantalla.

— Ya terminé con los platos — llegó al salón el pelirrojo después de ofrecerse él mismo a esa tarea, sin dejar que nadie le ayudara — Mamás, hay algo importante que quisiera decirles

— ¿Qué pasa cariño?

— Mis amigos en realidad, no son mis amigos — empezó diciendo, algo tembloroso por la respuesta de sus madres — Ello son... — no podía decirlo, sus inseguridades lo carcomían por dentro, pensaba en las mil y un reacciones que podrían tener, ¿Lo aceptarían? ¿Sería rechazado? ¿Qué pasaría después? No se dio cuenta cuando comenzó a llorar

Unos brazos lo rodearon, era Izuku; luego al abrazo se unieron sus otros dos novios, de repente toda duda se esfumó, armándose de valor decidió enfrentar a las dos mujeres que ahora se mostraban confundidas desde su asiento.

— Ellos son mis novios

En la boca de su mamá se formó una "O" para luego cambiar su mueca por una sonrisa, al igual que su otra madre pelinegra.

— Eijiro, hijo mío, ¿Por qué tenías tanto miedo de decírnoslo?

— ¿No te has dado cuenta del tipo de familia que tienes? Seríamos unas hipócritas si te discrimináramos por tu relación de cuatro

— Poliamorosa — corrigió su esposa

— ¿Entonces si nos aceptan?

— Claro que eres aceptado en este hogar, pequeño Eijiro, hagas lo que hagas siempre estaremos con los brazos abiertos para recibirte

Kirishima se zafó del agarre de sus novios para salir corriendo a los brazos de sus mamás, llenándolas de besos hasta empacharlas y apretándolas tanto con sus brazos musculosos que tuvieron que darle unas palmaditas para que se detuviera.

— Pero miren que tarde es — dijo Gema al ver el reloj en la pared — Ya es hora de dormir, mañana tienen que levantarse temprano para hacer sus tareas

— Disculpe, ¿Dijo tareas? — ambas se miraron entre sí, confundidas por la pregunta

— ¿Eijiro no les dijo?

— ¿Decirnos qué? — preguntó Bakugou un tanto enojado, ya sabiendo a donde llegaba aquello, mientras Kirishima tragaba duro

— Cada que viene de visita tiene que ayudar con las tareas del hogar y de la granja, además, como es fin de semana también ayuda a los vecinos con sus pendientes — explicó Azumi — Le preguntamos si ustedes estaban de acuerdo con ayudar y él contestó que si

Los cuellos de los chicos giraron tanto que casi parecían salidos de la película "El exorcista".

— Pensaba que si les decía ya no querrían venir

Así que pasara eso eran las botas y la camisa de cuadros.  

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Bōifurendo [Poliamor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora