Ailén

¿Y la Cigüeña cuándo llegó?

―¿Qué es lo que dicen? no comprendo nada, tengo tanta sed que parece que un desierto se apoderó de mi boca, el dolor es demasiado, siento tanta agonía como no creí nunca tener, necesito abrir los ojos, decirles que paren el dolor, por más que trato de moverme no veo la forma de salir de este letargo.

―Espero que con esto sea suficiente, al menos por unas horas, esperemos que cuando se pase el efecto yo esté seguro de haber descifrado el contenido de estas plantas extrañas.

―Estoy seguro que así será.

― Ekland... Josh... Quiero que salgan de mi garganta todos los sonidos que están en mi cabeza, pero solamente logro articular esas dos palabras,

―Ailén... tranquila hermana, todo va a estar a bien lo prometo. ¡No!... No te quites la aguja, recuéstate y trata de dormir un poco más.

Me arde todo por dentro, quiero saber qué está pasando, pero en verdad necesito descansar más, no tengo fuerzas y...

―¿Crees que será suficiente con un vial?

―Sí, eso creo. Al menos ya reaccionó y duerme tranquila. o parece que duerme, esperemos que sí, en unas horas lo veremos.

Mi cama, se siente tan suave, al abrir los ojos al fin observo mi entorno, sí, estoy en casa, es mi cuarto, así que me dispongo a levantarme, me duele la espalda, es muy probable que por estar acostada sabrá Dios cuanto tiempo, recuerdo vagamente una sonda y suero, pero ya no lo tengo, algo me enfermó de eso no tengo dudas. Escuche muchas conversaciones a medias, gritos, y palabrotas, además no estoy segura, pero creo que ese joven príncipe también estuvo aquí conmigo, sé que lo vi, estoy segura. El agua está muy deliciosa, apesto, ni yo me aguanto el olor del sudor, pero el agua es tan reconfortante al enjabonarme me percato que mi vientre está muy inflamado, demasiado a decir verdad, y está duro al tacto, esto no es normal, tendré que ver a un médico ya que desde que esa horrible planta me cortó me siento muy rara. Como era de esperarse ningún jean me cerro por mi estómago inflamado, pero una playera holgada y una licra son suficientes por ahora, viendo mi rostro en el espejo veo que las facciones se me han afilado, me veo más madura, menos cara de niña como hace unas semanas, mis ojos brillan más que nunca, y me gusta esta mujer que se refleja, no lo sé, me gusta y mucho, me pongo un poco de sombra y rímel, un poco de labial nude, solo para quitar el color blanquecino que tienen, supongo que por no haber bebido agua, al salir de la habitación me sorprendo al ver a Josh y Ekland viendo el televisor y a... ¿Cómo se llamaba? no lo recuerdo, el Príncipe ese buenmozo de Andhakor, Dios, no recuerdo su nombre pero en definitiva no sé qué hace en mi casa. Al verme deja caer el frasco del café al suelo, creo que lo asusté... Los despistados frente al televisor lo voltean a ver con cara de (no hagas ruido) pero él solamente me observa pálido como si hubiese visto un fantasma, veo que tanto Josh como mi sol se levantan y vienen a mi encuentro, Josh me abraza como si no nos hubiésemos visto en años, y Ekland nos observa con ganas de quitar del medio a Josh para abrazarme. es muy chistoso a decir verdad.

―Gracias a Dios como te sientes... ― No puedo explicar la cara de asombro de Josh así, que solamente le respondo que estoy bien que no se altere. de inmediato y con mucha impaciencia Ekland me abraza y me da un beso suave en la frente, y yo estoy perpleja de todo lo que estos hombres dicen.

Me acompaña a uno de los bancos que tiene la isla, y me ayuda a sentarme, me ven como quien ve un fantasma y yo, ya tuve suficiente.

―Me pueden decir ¿Qué es lo que les pasa a ambos? quiten esas caras, estoy bien...

―Gracias a los cielos dorados. ― dice el Príncipe de Andhakor quien al fin pudo articula palabra, cuando mis ojos se posan en los suyos se sonroja, a decir verdad, no sé qué hace en mi casa, pero supongo que también estaba preocupado por mi salud. ―Yo... no... mmm... Lamento mucho lo sucedido, a ciencia cierta no sé cómo disculparme por el comportamiento de mi hermana, esa niña mal educada ya obtuvo lo que merecía y no volverá a molestarla Alteza. Por favor acepte mis sinceras disculpas, y también vuelvo a solicitar las tuyas hermano, sabes muy bien que no puedo pagarte suficiente por tu gentiliza y el que ella siga con vida después de lo que hizo, gracias...

― Lo importante es que mi mujer ya esté bien y nuestro legado se salvara también. No sé que haría de lo contrario, lo sabes, esto fue muy grave.

―Le sé hermano.

―Basta, por favor, quiere alguien explicarme que es lo que se supone que pasó. y usted, no tiene que disculparse por cosas que otros hagan así sea su familia, cada quién debe asumir las consecuencias de sus actos, de lo contrario no hay aprendizaje

―Alteza, estoy tan feliz de verla bien y recuperada.

Al darse cuenta Josh que estaba a punto de estallar, me abrazó, y me dijo que me calmara y respirara profundo de lo contrario le haría daño al bebé.