Jealousy, jealousy

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Penelope's POV

Caminó con un brazo enganchado al de Festus hacia el interior del club, él había sido caballeroso con ella en todo momento desde que la recogió en su casa, lo cual la hacía sentirse culpable y arrepentirse de su decisión más y más.

Por más que odiara admitirlo la única razón por la que aceptó tener una cita con él había sido para sacar a Coriolanus de sus pensamientos, y hasta ahora su plan estaba fracasando rotundamente.

Era tan insoportable, pero también era muy atractivo y la había tocado tan bien. Toda esta situación era frustrante, no lograba sacarlo de su mente. Las escenas de la tarde anterior se reproducían constantemente en su cabeza y no sabía como apagarlas, sus manos alrededor de su cuello, como apretaba la mandíbula cuando se enfadaba y su voz exigiéndole. No dejaba de atormentarla.

"¿Estás bien?" Preguntó Festus sentándose a su lado. "Te ves algo distraída."

Estás aquí con Festus, enfócate. Se reprendió mentalmente.

Se aclaró la garganta antes de hablar. "Estoy bien, no pasa nada." Ni tú misma te lo crees, pensó.

"Decía que te traeré algo de tomar, espérame aquí." Dijo él para luego levantarse, desapareciendo entre la multitud.

Penelope se acomodó en el sillón bajando un poco su vestido y pasándose una mano por el cabello, tratando de recomponerse. Todo esto no tenía sentido, debía concentrarse en pasarla bien y olvidarse de todo por un rato. Y con todo se refería a alguien en específico.

Intentó buscar con la mirada a Festus entre la multitud, se levantó de su asiento y caminó un poco tratando de encontrarlo, pero en su lugar sus ojos se toparon con una inconfundible cabellera rubia. Cerró y abrió los ojos rápidamente para confirmar lo que había visto, y efectivamente se trataba de Coriolanus Snow.

¿Qué mierda está haciendo ese idiota aquí? No entendía porqué se empeñaba en molestarla.

Penelope había pasado toda la tarde evitando hablarle e intentando hacer la tutoría más corta para no pasar más tiempo del necesario con él, sabía que lo que había ocurrido entre ellos estaba mal y no debía volver a repetirse. Pero ahora él estaba persiguiéndola, excelente.

Estaba sentado en el bar con sus piernas separadas y su mirada posada fijamente en ella, mientras le daba un trago a su bebida. Penelope podía sentir como si su mirada la estuviera quemando, sus ojos azules se veían oscuros por la falta de luz y eso le daba un toque intimidante. Se preguntó cómo se había enterado de que estaba allí, pero auto-respondió su propia pregunta al ver a su hermano en el asiento de al lado hablando animadamente con el bartender.

Quería matar a Sejanus y huir al mismo tiempo, pero no tuvo tiempo de hacer nada al sentir un brazo sobre sus hombros. "Aquí tienes, linda." Festus extendió un vaso en su dirección.

Ella lo tomó en sus manos y le devolvió la sonrisa. "¿Porqué mejor no vamos a otro lugar?" Propuso, sabía que él la estaba mirando y eso la tenía nerviosa.

"Pero acabamos de llegar..."

"Si, tienes razón." Lo interrumpió. "Iré al baño rápido, ya vuelvo." Le dijo al oído ya que la música estaba muy alta.

Le entregó la bebida de vuelta y comenzó a caminar sin saber realmente a dónde se estaba dirigiendo. Cuando divisó el cartel de entrada a los baños empezó a caminar hacia allá, pero fue interrumpida justo en la entrada. Una mano se posó sobre su hombro obligándola a detener sus pasos. "¿Huyendo de tu cita?"

Penelope cerró los ojos fuertemente, frustrada y luego se volteó para enfrentarlo. "¿Estás persiguiéndome, Snow?"

"¿Ya no puedo venir a tomar unos tragos con mi amigo?" Se excusó. "Lo que yo haga no tiene que ver contigo."

Ella rió, incrédula. "No me des excusas baratas, ni tu mismo te crees eso." Se cruzó de brazos. "Tienes que dejar tu pequeña obsesión conmigo, te hace mal."

Coriolanus apretó la mandíbula, caminando para quedar cerca de ella. "¿Qué haces aquí con Festus?" Preguntó para luego agarrarla por la cintura, pegando sus cuerpos.

Penelope siempre intentaba mantenerse fuerte en frente de él, pero había una parte de ella que era débil y se dejaba llevar. "¿Cuántas veces tengo que repetirte que lo que yo haga no es tu problema?"

"Solo lo haces para provocarme." Contestó él, acariciando lentamente su cintura. Su rostro muy cerca del de ella.

Penelope lo odiaba. Odiaba que le hubiera lavado la cabeza a su hermano, haciéndolo creer que la vida en el Capitolio era lo mejor para él. Odiaba que sus padres lo trataran como si fuera parte de su familia, cuando él nunca sería como ellos. Podía apostar lo que fuera a que no sabía lo que era un problema real, sus únicas preocupaciones se resumían a peinar su cabello y elegir que perfume usar en el día. Todas las personas en el Capitolio eran iguales, uno más falso y superficial que el otro.
Encima de eso Coriolanus siempre tenía una actitud arrogante, pensaba que el mundo giraba a su alrededor y se la pasaba dando órdenes, se creía el mas listo y guapo, y Penelope sabía que despreciaba a las personas de los distritos.

Eran tantas razones, tantos motivos por los cuales no lograba soportarlo. Pero en ese momento no estaba segura de que ninguno importaba, sus manos en su cintura estaban ocupando la mayor parte de su atención.

"Suéltame, Snow." Intentó zafarse de su agarre, con la poca cordura que le quedaba. Pero Coriolanus apretó su agarre.

"¿Para que puedas irte con él?"

"¿Es que acaso estás celoso?" Preguntó con la intención de molestarlo.

Se esperó una risa, un insulto o un comentario ofensivo como respuesta. Pero en su lugar Coriolanus acortó la distancia entre ellos, uniendo sus labios en un demandante beso.

Forbidden | Coriolanus Snow +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora