Feeling

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Penelope's POV

Varios días habían pasado desde la primera vez que tuvieron sexo, y desde ese entonces no habían podido parar. Era como una adicción, cada vez se sentía mejor que la anterior, ambos siempre querían más y más.

El pasar tiempo juntos ya no se sentía como un infierno, de hecho ahora incluso lo disfrutaba. Penelope no había logrado descifrar que era, pero algo había cambiado. Lo único que sabía era que a veces se encontraba a si misma contando los minutos para poder reunirse con él.

Y ella era consciente de que estaba mal, pero no le gustaba pensar en eso, solo ponía ese pensamiento a un lado en un mente y se enfocaba en disfrutar del momento. Sin preguntas, sin reproches, simplemente pasándola bien.

Solo pensaba en la definida espalda de Coriolanus y lo bien que se sentía al marcarla con sus uñas, en su mano apretada alrededor de su cuello, en la sensación que le provocaban sus dedos y en como la llevaba a un punto frágil, la volvía vulnerable, tenía el poder de hacer con ella lo que quisiera en esas situaciones. No podía evitar volverse completamente dócil ante él cuando de sexo se trataba. Confiaba plenamente en él en ese ámbito, sabía muy bien como complacerla. Conocía todos sus puntos débiles, había descubierto cosas que ni ella misma sabía que le gustaban.

"¿Estás prestando atención?" Preguntó Coriolanus mientras pasaba la página en el libro en sus manos.

Hoy era su última sesión de tutoría, pues mañana sería la jodida prueba de admisión. Hace un par de días habían terminado con el exhaustivo ensayo y ahora solo estaban repasando los puntos que ya habían estado estudiando. Pero Penelope no lograba concentrarse del todo, su cabeza estaba en otro lugar.

"Si." Mintió sin mirarlo a los ojos.

La verdad es que estaba bastante nerviosa, toda esta presión por hacerlo bien estaba carcomiéndola, ni siquiera había podido dormir bien las noches anteriores. Tenía ansiedad y ahora también insomnio, increíble. No quería pensar en las consecuencias si fracasaba, no podía permitirse fallar. Ahora mismo lo único que la mantenía tranquila y la distraída de su mente, aunque odiara admitirlo, era Coriolanus.

Y es que su tiempo juntos era el único momento de su día dónde no se preocupaba tanto por las cosas.

Últimamente él había estado actuando algo diferente, no como el imbécil insoportable que era anteriormente, sino que era ¿amable? No sabía cómo describirlo, no era exactamente atento con ella pero ya no era insufrible pasar tiempo juntos, no se pasaba insultándola o mirándola mal, simplemente convivían en paz.

Penelope creía estar imaginándoselo, pero le parecía que él usaba cualquier oportunidad que tuviera para estar cerca de ella o tocarla. Como justo ahora, en vez de estar sentado al otro lado de la mesa como solía hacerlo estaba sentado junto a ella, con sus piernas rozándose, y de vez en cuando llevando su mano a ella, o acomodándole el cabello que le estorbaba en el rostro. Pero quizás ella solo estaba sobre pensando y no era más que su imaginación.

Es decir, estaban acostándose, era normal ser un poco más afectuosos ¿no? Después de todo compartían intimidad.

"Entonces repíteme lo que acabo de decir." La miró alzando una ceja, cerrando el libro en sus manos para enfocar su atención en ella.

"Snow, ya hemos estudiado mucho, me duele la cabeza." Se excusó apoyando la frente en el hombro de él.

Coriolanus suspiró rodeándole con sus brazos. "Mírame." Le dijo quitando el cabello de su rostro. Ella alzó la mirada. "Sé que no te duele la cabeza, puedes simplemente decirme que no quieres estudiar más y ya."

Ella bufó acomodándose en su asiento, separándose de él. "Me siento sobre cargada de información."

"Podemos parar de estudiar un rato."

"¿Solo un rato?" Dijo mirándolo exhausta. Luego tuvo una idea para distraerlo. "Hay cosas más entretenidas que podemos hacer."

Coriolanus la miró alzando las cejas. "¿Ah si?" Preguntó sonriendo. "Muéstrame una."

Penelope no respondió pero simplemente se arrodilló delante de él, mirándole a los ojos. Coriolanus pasó la lengua por su labio inferior mientras la observaba fijamente. "Con que eso es lo que quieres." Dijo sosteniéndola fuerte del cabello, haciéndola echar la cabeza hacia atrás. "Mi polla en tu boca, ¿o no?"

Ella solamente jadeó en respuesta ante el apretón en su cabello. "Respóndeme." Demandó él.

"Si, por favor." Coryo la tomó del rostro acercándola al suyo para besarla fuertemente.

Al alejarse ella colocó sus manos en las rodillas de él mirándolo en la espera de su permiso para tocarlo, había aprendido que a Coriolanus les gustaba dar ordenes y que ella las cumpliera, le gustaba tener el control y a Penelope le encantaba que lo tuviera.

Él asintió viendo como ella llevaba las manos a sus pantalones, desabrochándolos para dejar su polla salir. Apenas lo había despojado de sus prendas empezó a jugar con su miembro con la mano, moviéndola lentamente de arriba abajo, sintiéndolo endurecer bajo su toque.

Coriolanus empezó a respirar entrecortado lo cual hizo a Penelope sonreír, ya sabía como le gustaba. Mantuvo un ritmo con su mano para luego introducir la punta de su polla en su boca, jugando con su lengua alrededor de esta mientras seguía moviendo su mano en lo restante. Lo escuchó gruñir por lo bajo a lo que aumentó la rapidez en sus movimientos.

"Quiero sentir más tu boca." Dijo él en un jadeo, tomándola del cabello y empujando sus caderas, haciendo que su punta tocara la parte de atrás de su garganta.

Penelope se ahogó un poco ante su tamaño por lo que logró sacar un poco de su boca para poder continuar. Sostuvo el restante con su mano y comenzó a mover su cabeza de arriba a abajo por su longitud, acariciandolo con su lengua en el proceso, haciéndolo sentir la calidez de su boca.

Había algo excitante para ella en complacerlo, el hecho simple de verlo agitado, gruñendo, aferrándose a ella y moviendo las caderas en busca de más la hacía sentir bien.

Cambió sus movimientos sacándolo por completo de su boca y volviendo a meterlo hasta el fondo, lo cual hizo a Coriolanus perder el control. Luego de repetir ese movimiento varias veces, él la volvió a tomar del cabello y alzó sus caderas en rápidas embestidas, corriéndose en la garganta de ella.

Penelope lo tragó todo felizmente, le gustaba su sabor, no era amargo ni tampoco dulce, pero agradable. Creía poder probarlo por siempre sin cansarse jamás. Lamió hasta la última gota de su miembro, sacándolo de su boca lentamente, viendo a Coriolanus suspirar mientras despeinaba sus rizos.

Lo observó desde allí, cansado y complacido. Y no pudo contener la sonrisa en sus labios al saber que ella era la causante de esa imagen. Sin evitarlo se abalanzó sobre él dejando un pequeño beso en sus labios, y mordiendo su labio inferior juguetonamente al separarse.

Y fue allí donde se dio cuenta, ¿cuánto más duraría su pequeño juego? Cuando las clases empezaran no creía que tendrían tiempo suficiente para verse, ¿y porqué le importaba? No tenía que importarle, no podía. En algún momento esto iba a terminar pero ella quería que ese momento jamás llegara y que las cosas pudieran quedarse así, estaba más que jodida. Y todo era por él. Estaba empezando a sentir.

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¿Opiniones?

Please diganme que les parece la fic so far,
Im just a girl with anxiety.
Igual un montón de gracias por leer, nunca creí que alguien leería esto 🤍

Forbidden | Coriolanus Snow +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora