El chico de los unicornios

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Mi nombre es Yami tengo 16 años, fui adoptado por mis tíos ya que mis padres fallecieron cuando tenía tres meses, ambos trabajaban en una farmacia, la cual fue atacada por unas malas personas. Al morir ellos quedé bajo el cuidado de mis tíos, Mai y Joey, ellos eran grandes empresarios pero siempre fueron muy humildes, el dinero nunca hizo que perdieran el piso, y así nos educaron a mi y a mis hermanos, Yusei y Jaden.

Yusei siempre tenía problemas conmigo desde niños, esto debido a que pues nos gustaban cosas diferentes, a él le gustaba jugar con armas y pelear y yo más bien era de jugar con peluches y era más pacífico.

Cuando cumplí los 10 años despertó en mi un poderoso interés en los unicornios... Y fue gracias a eso que conocí al que sería el dueño de mi corazón Seto Kaiba un chico de 15 años al que le encantaban los dragones, el me dijo dónde podía conseguir más piezas para mí colección.

Al poco tiempo nos hicimos muy cercanos y meses después ya éramos pareja. Nunca eh tenido desarrollado el sentido de orientación, por lo cual siempre era muy fácil que me perdiera incluso estando en la escuela.

Con el tiempo ese nulo sentido de orientación sería mi perdición... Nunca me eh sentido atractivo y tenía un problemita en mis dientes que me hacían usar brackets.

Para mí mis tíos eran mis padres, yo no sabía que me habían adoptado y me enteré gracias a Yusei pero en vez de sentirme mal me sentí muy dichoso, y les agradecí lo que habían hecho por mí y ya que estábamos haciendo confesiones les dije de mis gustos hacia los chicos.

Mis primos se burlaron de mi pero mis tíos me apoyaban. Mi vida hera muy linda, tenía una familia que me amaba, un novio que me adoraba, siempre tenía todo lo que alguien de mi edad pudiera desear.

Hasta ese fatídico día...

Todo marchaba con normalidad...

Era un jueves, la alarma sonó, me desperté, me di un baño, me puse mi uniforme, baje, tome el desayuno, me despedí con un besito de mis papás y me fui en limusina a mi escuela, las clases transcurrieron con normalidad, pero a la salida paso lo que nunca un grupo de chicos me invitaron a salir, a mi el bichito raro...

Gustoso accedí, fuimos a una pizzería, fui al baño y al volver me termine mi soda, poco después nos fuimos en transporte público hacia algún lugar, pero de repente sentí mucho sueño.

Cuando desperte mi mochila y todas mis cosas no estaban... Y estaba en medio de la calle, estaba realmente asustado hasta que una chica fue a ayudarme, su nombre era Tea. Me llevo a su casa y fue muy amable conmigo, yo solo quería irme a mi casita.

Tenía mucho miedo no conocía donde estaba ni siquiera me sabía el número de mi casa o el de alguien para que fuera por mí.

Tea me ofreció de comer y accedí, es de mala educación rechazar cuando alguien te invite.

-Oh entonces eres rico...-
-Yo no mis padres si y mi novio igual...-
-Entonces si te secuestran pagarían mucho por ti no?-
-Por favor no me secuestres... Solo quiero volver a mí casita, con mis papis van a estar muy preocupados... Por favor no me hagas daño... Además tengo que ir al dentista porque mis brackets se están cayendo...-

Ella solo se rió después de platicar un rato mi preocupación aumento cuando se estaba oscureciendo. Sin embargo para mí sorpresa la tía de Tea, Martha era mi cocinera, al verme me abrazó y me dijo que mis padres y mi novio estaban vueltos locos buscándome, cuando le conté lo que pasó.

Suspiro pesadamente y me llevo a mi hogar en su camioneta, al llegar mis padres les dieron dinero por regresarme sano y salvo, abrace a mi novio que me lleno de besos y abrazos... De saber que serían los últimos los hubiera disfrutado un poco más.

Subí a mi cuarto, me di un baño, me puse mi pijama de unicornio y salí al balcón a ver las estrellas...

Cuando de las sombras apareció Yusei con una pistola en la mano.

-Por favor... No lo hagas somos familia.-

Supliqué pero el me miró con odió.

-Mi padre desea dejarte la corporación a tí... A tí que no eres hijo legítimo de él, yo soy el que merece esa empresa... Y no voy a ser pariente de un jodido maricon como tú...-

Apretó el gatillo, no pude huir... No pude gritar... Lo único que pude pensar fue en que nunca más volvería a ver a Seto...

Perdía la visión hasta que solo vi obscuridad... Completa obscuridad...






Entonces sonó la alarma y desperté...

Pequeña historia basada en un sueño que tuve jajajaja.



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