Vestido de esmoquin negro, bajo la lluvia, una fresca mañana mientras estaba solo en aquel triste funeral, observando como bajaba aquel ataúd, no pudo evitar sentirse el ser más miserable de la tierra, y no era para menos el era el responsable de que aquel funeral se llevará a cabo. Al llegar a casa, un silencio sepulcral Mokuba se había marchado, sus sirvientes renunciaron e inclusive el más leal de todos, Ronald igual se había ido. Copa tras copa se acabó tres botellas de whisky...
[Flasback
-Eres un hijo de perra Yami está comida sabe a mierda... No sirves para nada!
Seto furioso aventó el plato de comida hacia Yami, para después golpearlo fuertemente.]
Seto lloraba amargamente al entrar, a una habitación en particular. Dónde estaban sus dos hijos adoptivos y su ex esposo Yami, blancos como el algodón, fríos como el hielo, el aliento de vida se había ido de sus cuerpos, delgados y frágiles.
[Eres un estúpido, no sirves para nada...]
-Yami... Perdoname...-
Lloraba amargamente Seto.
(Era un hermoso 27 de marzo, cuando Seto se había obsesionado con un peculiar mesero, al cual lleno de lujos y flores hermosas. Todos los días le escribía para hacer planes para estar juntos, poco a poco Yami fue entregando su corazón a Seto, y finalmente se casaron. Pero lo que no sabía el pobre muchacho era que aquel documento solo sería la entrada al infierno... Los primeros días, todo estaba tranquilo, pero un buen día Seto dejo de ser un ángel disfrazado de mortal, para dejar al descubierto el ser infernal que llevaba dentro.
Yami siempre se despertaba temprano para hacerle un rico desayuno a Seto, como otros días, sin embargo cuando Seto tomo el café quemandose la lengua, tiro la bebida caliente encima de Yami, golpeando su rostro de inigualable belleza, dejando en su pálida mejilla, una marca roja.
Para después irse a su oficina, dejando al pobre Yami, aturdido y asustado. Pensando que tal vez fue su error, acepto aquel castigo... Golpes e insultos no paraban de llegarle, y Yami los aceptaba, diciendo que de verdad era culpa suya. Su comida ya no sabía bien, era demasiado salada, o no tenía sabor y Seto prohibió que alguien le ayudará...
Yami había aprendido por necesidad a maquillar los golpes y a disimular lo inflamado, Seto un buen día decidió que sería bueno tener hijos adoptivos, y adopto a dos, un par de gemelos hermosos, una niña y un niño, con la llegada de esos niños, parecía que el antiguo Seto había vuelto, lo cual hizo que Yami lo volviera a amar como en un principio... Hasta que golpeó a uno de los niños, ya que estaban jugando y tiraron un florero, Luna al darse cuenta de lo que había pasado, trato de limpiar el desastre, y a Seto no le importaba que al intentarlo la pequeña se hubiese cortado, los gritos alertaron a Yami quien agarro a los niños, escondiéndose en el cuarto, Seto furioso salió a la oficina, Yami sabía que no podía escapar de él, pues en una ocasión intento huir de ahí, pero Seto dio con el, y lo obligó a volver a la prisión que tenía por hogar.
Yami sin opción, envenenó a sus hijos y a el mismo, solo así podrían estar tranquilos solo así todo acabaría... Solo así serían libres, Seto volvió en la noche al ver que no había respuesta tumbo la puerta, parecía que los tres dormían, pero al verlos más de cerca vio la cruda realidad...
El veneno no era realmente mortal pero la muerte se apiadó de ellos, besando sus frentes los llevó a la puerta del paraíso, dónde ya no habría dolor, no habría más golpes, no habría más maltrato, ahora solo vivirían felices por toda la eternidad, mientras Seto era carcomido por su conciencia en la infinita soledad.
Dedicado a todas esas personitas que sufren estando en su propia casa, al primer grito, insulto... Corre no esperes a que cambie eso nunca pasará. Por favor cuídense muchísimo.
Se que está historia es demasiado diferente a las que están acostumbrados a leer. 💔Con cariño
Yami Kaiba