Un gato peculiar

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Se imaginan despertar un día y ser un gato? Bueno pues eso fue lo que me pasó a mí, me mire en el espejo y era un gato negro, al verme el abuelo me corrió a escobazos maldito viejo decrépito como se atreve a tratarme a mi de esa forma, juro por Ra que lo mandaré al asilo de ancianos... Asustado y adolorido corrí lo más rápido que me daban mis piernitas, pero era horrible, no podía ver el nombre de las calles, todo era más grande que yo y entré en pánico, cuando de pronto alguien me tomó del pellejo, me dolió y de pronto vi a Mokuba.

-Gracias a Ra... Mokuba ayúdame soy yo Atem... Por favor!-
-Awww que tierno eres, parece que te agrado, vendrás a casa conmigo...-
-Bueno no está nada mal pero Mokuba, si no mal recuerdo tienes perros no?-
-Mi hermano no debe verte así que guarda silencio si?-

Bien entiendo, me cayó o seré gato morido en menos de tres minutos, como era de esperarse me llevo a su habitación y me dejó encerrado, dicen que la curiosidad mató al gato y era verdad ese lugar era enorme, con muchas cosas que ver y explorar, cuando Mokuba llegó y vio mis pequeños destrozos se hecho a reír, bueno sabía que era pequeño pero tener el cuerpo de un cachorro era otro nivel, me trajo comida, una cama, unos juguetes y se dispuso a jugar conmigo, cuando menos lo esperamos Seto había entrado a la habitación.

-Y esa cosa?-
-Es hermoso verdad? Su nombre es Noir...-
-Pfff que original...-
-Quieres cargarlo?-
-Estas loco? Me llenará de pelos y... Te aseguro que no está vacunado.-
-Lo encontré en la calle, hermano estaba sufriendo mucho.-
-Ven hay que llevarlo al veterinario, hay que ponerle vacunas y darle un baño...-

Bueno ya sabía que era de esperarse que lo hicieran pero igual no les dejé la tarea fácil, no fue sino hasta que Seto me inmovilizó, sus manos eran enormes y no podía safarme, recibí tres inyecciones, y horas más tarde recibí mi primer baño gracias a Mokuba por que Seto tuvo que volver a la corporación, había calentado el agua y aquella sensación era agradable, me puso del shampoo de Seto, me seco con una toalla, y termino de hacerlo con una secadora de cabello, me puso un collar y pude bajar a la sala con el, solamente había estado ahí por uno que otro duelo pero recibir las atenciones de un rey, no estaba nada más, me compraron un arenero y bueno fuera de las vacunas todo estaba bien, Seto me tomo en sus manos mientras me acicalaba, lo mire confundido, me sento en sus piernas y me acaricio.

Era raro pero no se sentía nada mal, y comencé a ronronear sin embargo no todo era miel sobre ojuelas, ya que como tenían perros, tenía que evitarlos a toda costa, aceptar la realidad de que ahora yo les pertenecía no era del todo mala, había ocasiones en las que Seto venís tan agotado que me acostaba sobre el y el ni en cuenta.

Sin embargo siempre que podía lo buscaba, Seto era muy dulce y siempre me daba jamoncito y pescadito, aparte de que cuando me acunaba en sus brazos y ver esa sonrisa que solo me dedicaba a mi, ni siquiera a Mokuba le sonreía así.

Aproveche aquella ocasión para acercarme a sus labios, no sabía si era como gato solo quería estar cerca de él, el olor a hierbabuena y menta que desprendía su boca era agradable, así que lo bese. El abrió los ojos y me miró con una sonrisa.

-¿Por qué me despiertas?-

Lo miré sintiéndome culpable.

-Hermano sigue sin haber noticias de Yami, ni una carta, no hay nada es como si se lo hubiera tragado la tierra...-
-Lo sé, pero me sorprende que ninguno de sus amigos diera el reporte de que está desaparecido...-
-Es verdad fue al día siguiente de que encontré a Noir, cuando al salir de la escuela fuiste a levantar el extravío de Yami.-
-Es por eso que odio que Yami tenga a esos perros como amigos, el lo da todo por ellos y ellos se la pasan en Mister burger...
-Tienes razón pero que podemos hacer?-
-Seguir esperando Mokuba, esperar a que el aparezca.-
-Hermano... Hace cuánto que estás enamorado de Yami.-
-Mokuba no digas estupideces...-
-Fuiste el primero que noto cuando sufrió un mareo en las clases de deportes, cuando viste que había olvidado su almuerzo le dejaste uno en su escritorio, supiste cuando tenía fiebre y lo llevaste a la enfermería o bueno hiciste que Joey lo llevará a la enfermería.-
-Te odio...-
-Desde cuando te gusta?-
-Mmm desde que lo conocí... Pero si dices algo eres rata muerta...-

Wow de lo que se entera uno, osea Seto siente algo por mi, Mokuba lo sabe y mis amigos no mueven un dedo por mi... Vaya pues ni modo que se le va a ser, oh Seto si supieras que lo sé todo, y que estoy más cerca que nunca de tí.

En una ocasión Seto estaba jugando con Mokuba, yo me senté en las piernas de Seto, y con mi manita le decía que carta jugar, lo cual le pareció chistoso pero en meno de te cinco turnos le había ganado a Mokuba.

-Creo que eres el gatito de la suerte...-
-Prestamelo.-
-Neh se queda conmigo... Crees que si lo tengo conmigo cuando rete a Yami le gané?-

Bromeo Seto, me pare en dos patitas y con mi pequeña lengua le daba besitos en su mejilla. Si supieras que estoy a tu lado Seto, sus enormes mano me tomaron con cuidado y me coloco en el suelo, acarició mi cabeza y se fue a la corporación con Mokuba, me acosté en el sofá, cuando un aroma desagradable me despertó, y ahí frente a mi estaba Brutus uno de los perros de Seto, de inmediato me fui corriendo de ahí, corrí a todo lo que me daban mis cortas patitas, llegue al primer cuarto que vi abierto, no sabía donde estaba, y no había tiempo de explorar, como pude me subí al ropero, por fortuna Ronald lo saco del cuarto, cuando estuve a salvo salte con tan mala suerte que me había lastimado mi patita y lloré por el dolor pero nadie me hacía caso, poco después me quedé dormido en la almohada, por el aroma sabía que era de Seto, cuando abrí los ojos estaba en el hospital. Pero está vez como humano, no sabía si había sido un sueño o era real hasta que sentí en mi cuello el collar que me había puesto Mokuba...

Fin?

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