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LA SELECCIÓN

—Si no te levantas llegaremos tarde —habló Viktor preocupado porque yo ya me había puesto la pijama y estaba tapada hasta la cabeza.

—No es necesario que vaya por lo que no iré —dije dándole la espalda.

—Emma, por favor —pidió el— digamos que eres mí amuleto de la suerte, necesito que vayas.

—¿Que te hace pensar que soy tu amuleto de la suerte? Recién nos conocemos —hablé un poco fastidiada.

—Gracias a ti encontré la Snitch dorada en el Campeonato ¿se te olvida?

—Bien, iré —dije y el sonrió— pero para que no hables más.

—¿Estás de mal humor? —preguntó al escuchar mí tono de voz, estaba cansada y tenía sueño aparte de que no quería ver a nadie.

—Si.

Sin decir nada más, fui al baño para poder ponerme el uniforme e ir al Gran Comedor.

—Lista, ¿vamos? —pregunté más calmada.

—Después de ti —abrió la puerta dejándome pasar primero, como todo un caballero.

Comenzamos a caminar hasta el Gran Comedor, tardamos menos de cinco minutos y una vez que llegamos todo el mundo nos miró, no estábamos llegando tarde pero al parecer llamamos la atención.

Nos tuvimos que ir cada uno a su mesa correspondiente, me fijé en mí mesa y ningún lugar me llamaba la atención. Habían dos lugares libres:

Mattheo, Tom, Draco y Zabini, también los gorilas que siguen a Draco a todos lados.

Regulus, Lorenzo y Theodore.

En el primer lugar, por obvias razones, no me sentaría allí. Por lo que fui directamente al segundo lugar.

—¿Me puedo sentar aquí? —pregunté con un poco de vergüenza.

—Claro —respondió Regulus muy alegre— ¿Conoces a mis amigos? —señaló a Lorenzo y Theodore.

—Conozco a Theodore —respondí su pregunta.

—Mucho gusto, Emma, soy Lorenzo Berkshire —estiró la mano en forma de saludó.

—El gusto es mío —sonreí y tome su mano—. Theodore ¿te peleaste con los Riddle? —pregunté ya que hace mucho que no los veo juntos.

—No, bueno no se —respondió muy tranquilo, como si eso no le importará— tan solo nos alejamos.

—Veo que lo de Mattheo y tu ya es oficial —comenzó Regulus— ya no están juntos.

—No, ya no —confirme, mire a la dirección de Mattheo y para mí sorpresa ya me estaba viendo.

—Puedes juntarte con nosotros —dijo Lorenzo muy tranquilo.

—Exacto —dijo Regulus apoyando su idea, ambos miraron a Theodore y el asintió.

—Buenas noches a todos —habló Dumbledore haciendo que todos lo escucharán—. Hoy, como saben, seleccionaremos a los tres magos que participaran en los desafíos.

Todos aplaudieron, emocionados por saber quién representaría a cada academia.

—Representando a Durmstrang el señor —Dumbledore toma el papel, lo lee y vuelve a hablar— Viktor Krum.

Todos aplaudieron, Viktor fua hasta donde estaba Dumbledore que le indicó a dónde tenía que ir y fue hasta allí.

—Representando a Beauxbatons la señorita Fleur Delacour.

Fleur hizo lo mismo que Viktor, mientras el próximo papel salía del Cáliz, y decía el último participante y que representaría a Hogwarts.

—Y el que representará a Hogwarts será Cedric Diggory.

Cedric saludó a los profes y fue al mismo lugar que habían ido Viktor y Fleur. Apenas se fue, del Cáliz salió otro papel, todo el mundo quedó sorprendido, incluyendome.

—Harry Potter —un silencio apareció en la sala, cuando Harry se levanto se comenzó a escuchar como le decían cosas como: "seguro hizo trampa" "¿Cómo es posible?" "Tramposo" y muchas más.

Paso junto a Dumbledore y los profesores, que no lo miraron de la mejor forma. Nadie dijo más nada, hasta que Dumbledore dijo que nos fuéramos a dormir, ya.

—¿A ustedes les dijo sobre esto? —pregunté una vez me acerqué a Ron y Hermione.

—No... —Hermione no pudo terminar de hablar porque un Ron enojado la tomó del brazo y se la llevó a quien sabe dónde.

Decidí irme a mí habitación, hace rato que yo tenía sueño y por fin iba a poder dormir. Una vez llegue a mí habitación, volví a ponerme la pijama y a tirarme a la cama, pero otra vez me interrumpieron.

No hice caso, más bien hice como si estuviera dormida, esperando que la persona que sea se rinda y se vaya.

—Emma, ¿podemos hablar? —la voz de Mattheo sonó detrás de la puerta, ahora que sabía quién era, menos me iba a levantar— Por favor...

Su voz, su voz era muy suave y representaba todo la tristeza que estaba sintiendo, casi abro, casi. Pero no puedo olvidar la maldita apuesta. No abrí, esperé a que se fuera aunque me arrepentí a los diez minutos.

Luego de un largo rato pensando en las posibilidades que puedieron haber pasado si yo hubiera abierto la puerta, logré dormir.

Estaba corriendo por todo Hogwarts, escapando de algo o alguien, pero mis pies son torpes y tropecé con ellos.

—¿Pensabas que ellos te amarían, te querrían? —preguntó la voz, solo escuchaba la voz pero no veía de dónde provenía—. Niña ingenua, ellos no quieren ni a su propia familia —la voz se comenzó a reír y justo entonces lanzó el hechizo de "Avada Kedavra", antes de que todo se vuelva negro logré ver la mirada de Tom y Mattheo.

Y justo desperté, mire a mí alrededor para ver si seguía en mí habitación y una vez confirme, me dí cuenta que mí compañero temporal de habitación no estaba en ningún lugar, y me pasó por la mente la pregunta: ¿Qué hora es?

¡Otra vez!, otra vez, me volví a dormir y lo peor es que no me dormí diez o quince minutos, no, no, me dormí cincuenta minutos. Bueno, no me voy a estresar, ya no llegaría a la clase de McGonagall,  bueno si, pero tarde.

Por lo que decidí levantarme e irme al lago negro, tal vez ahí pueda olvidarme de esa pesadilla.

En el camino me iba fijando que ningún profesor me viera, ya que si lo hacían iba a tener muchos problemas.

Una vez llegue, me senté en la orilla y mire el lago a mí alrededor, como el agua se movía lentamente, como los árboles danzaban junto al viento.

—¿No piensas hablarme más? —preguntó Tom, sentado a mí lado. No me di cuenta en el momento en el que llego.

—¿Tu sabías? —pregunté está vez yo.

—Si —respondió cabizbajo— pero déjame explicarte, ¿si?



El Principio del Fin ~Mattheo Riddle~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora