²⁷

792 42 3
                                    

OTRA VEZ CASTIGADOS

—Eres Emma Potter, ¿verdad? —asentí en respuesta a su pregunta y en sus ojos apareció un brillo, que no pude descifrar.

—Bienvenido a mi habitación —me corrí de la puerta dejándole el espacio para que el pudiera entrar.

—Tu eres la chica del campeonato, ¿no? —preguntó sentándose en la cama que estaba frente a la mía.

—Si —hice lo mismo que el, nomás que en mi cama.

—Con todo el lío que hubo no pude acercarme para presentarme —estiró su mano en forma de saludo— Viktor Kurm, todo un placer conocerte Emma.

—El placer es mío, Viktor —le sonríe y tome su mano. El la sostuvo unos segundos antes de soltarla y volver a hablar.

Seguimos hablando de cosas sin sentido hasta que se hizo tarde y ambos decidimos ir a nuestras camas a dormir.

Mattheo:

Tom y yo compartíamos habitación por lo que ningún idiota de Durmstrang, pero Emma si tendría que compartirla.

—¿Estás de mal humor? —preguntó mi hermano al ver mi cara. Tan solo lo mire en respuesta y el comprendió todo.

Obvio que yo estaba de mal humor, ¿cómo no estarlo? Si Emma estaba con el idiota de Krum. Lo se porque casualmente iba pasando por el pasillo de su habitación y vi como hablaban.

—Deberían hablar —dijo como si estuviera pensando en voz alta.

—Tom —llamé para que me mirara— yo quiero hablar con ella pero no me escucha y todo por la culpa del idiota de Draco.

—¿Por qué hiciste esa apuesta, Mattheo? —preguntó muy serio. A decir verdad, yo también me hacía esa pregunta, varias veces.

—No lo sé —admití—. Nunca pensé que me podría enamorar de Emma.

—¿De verdad la amas, Matt?

—Sí, y mucho —mire hacia la dirección contraría, estás conversaciones con mi hermano siempre se terminaban volviendo incomodas— y no pararé hasta que vuelva a ser mía.

_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_

Emma:

Desperté de muy buen humor, sin preocupaciones y sin problemas, pero esa paz no duró mucho tiempo ya que me dí cuenta que me dormí, Snape va a castigarme.

Desperté como pude a Viktor para luego enterarme que el no iría a esta clase, porque tiene que hablar con Igor y sus compañeros, no sé, no le pedí detalles.

Dejé de distraerme con cosas que no debía y centré toda mi atención en terminar de colocarme el uniforme, no me iba a arreglar demasiado, no tenía tiempo. Ya estaba yendo media hora tarde y no podía retrasarme más.

Toda esa paz y tranquilidad de hace unos minutos desapareció y fue remplazado por el estrés y el presentimiento que algo pasaría.

Corrí como desesperada por todo Hogwarts, encontrándome con varias miradas de chicas y chicos de los colegios visitantes, no me importo en absoluto. ¿Por qué la clase de pociones estaba tan lejos? Y lo peor de todo, que apresar de mi esfuerzo, llegué 45 minutos tarde.

—Adelanté —escuché la voz de Snape, dejándome entrar a la clase. Puede que esté de buen humor y no me castigue tanto—. Señorita Potter, ¿le parecen horas de llegar? —no, está de mal humor, pierdo toda esperanza de que algún día Severus Snape este de buen humor.

—Lo lamento mucho, Profesor Snape, no escuché el despertador —admití avergonzada.

—Siéntese junto al señor Mattheo —lo que me faltaba— y como ambos llegaron tarde compartirán su castigo, los espero luego de las clases.

No dije nada más y, a regañadientes, me senté junto a la persona que estaba evitando a toda costa.

—Esto me recuerda a tu tercer día de clases del año pasado —yo también recordaba eso, si no hubiera recordado lo de la apuesta le hubiera sonreído.

No contesté y permanecí con la mirada al frente pero el no se quería quedar callado y siguió hablando.

—Me enteré que compartes habitación con Krum —dijo cambiando totalmente su tono de voz.

—Sí ¿y? —pregunté intentando sonar despreocupada.

—Nada, tan solo quería confirmar.

Seguimos atendiendo a la clase hasta que por fin terminó. Ya no aguantaba en mal humor de Snape.

Caminé tranquila por los pasillos de Hogwarts, las siguientes clases habían sido canseladas por lo que tenía la tarde libre. Bueno no.

Snape al ver que no teníamos clase, nos llamó para adelantar nuestro castigo, al parecer a él tampoco le gustaba estar hasta tarde con nosotros.

—Siéntese Potter, al parecer su compañero llegará tarde —dijo Snape empezando a escribir en la pizarra.

Estuvo 15 explicando una poción que a mí me salía muy mal, al parecer esto iba a ser unas clases extras, me sirve.

—Perdón por llegar tarde, profesor —dijo Mattheo agitado, parece que corrió para llegar aquí.

—No explicaré otra vez, pídale a Potter que le expliqué —se giró para sentarse en su escritorio.

Se sentó a mi lado y me miró esperando que yo empezará a explicarle y no tuve de otra que hacerlo.

—Y así me explicó Snape —termine mí explicación, si soy sincera yo tampoco me entendí pero al menos intenté.

—Y estoy seguro que no me explicarás otra vez ¿no?

—No, arreglate como puedas.

El término de hacer la poción mucho antes que yo, y yo apenas iba por el tercer ingrediente.

—Muy bien Riddle —Snape felicitó a Mattheo una vez reviso su poción— podría ayudar a su compañera.

—Yo con mucho gusto —sonrió— ¿Me dejarás ayudarte?

Quería decir que no, pero cuánto más tarde en hacer esto más me quedaría aquí por lo que acepté su ayuda.

—Corta esa hoja en cuatro y luego tiralos al caldero —me ordenó, señalando las hojas de color marrón que estaban frente a mí.

—Vuelvo en 10 minutos —nos avisó Snape— no se van hasta que yo diga, si terminan esperan que yo vuelva para irse.

Una vez se fue, nosotros seguimos haciendo la poción. Estaba muy nerviosa e incómoda, hace meses que no estábamos solos en un lugar.

—Muy bien, mini Potter —el sonrió y me miró esperando una respuesta como las de antes, pero no sé la daré.

—No me llames así, Mattheo —me alejé de el, ya que se estaba acercando demasiado y si no me alejaba ahora después sería imposible.

Y por suerte, entró Snape. Le mostré la poción que habíamos hecho, está vez me felicitó a mí y nos dejó irnos.

Me fui de ahí lo más rápido que pude, ni siquiera esperé por si Snape tenía algo más que decirnos, tan solo me fui y me encerré en mí habitación.

Pero lamentablemente no podía quedarme ahí hasta el día siguiente, porque hoy eligirán a los tres magos que competirán este año por la gloria eterna y yo no podía faltar.


El Principio del Fin ~Mattheo Riddle~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora