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Se conocían desde hace mucho tiempo, desde que ambos compartieron el plantel en Estudiantes. Su amistad se forjó de inmediato, conectando al instante. Tal vez fue la necesidad de tener compañía en cada concentración, alguien con quien charlar, lo que los unió. Compartieron habitación siempre, y esa constante compañía, al menos durante el tiempo que estuvieron juntos, consolidó la hermosa relación que tenían.

Su verdadera historia empezó en aquel 2009, más específicamente en los festejos por la obtención de la Copa Libertadores. Estaban en el hotel, cantando, gritando, bailando y tomando. Disfrutaban lo poco que les quedaba en aquella hermosa ciudad. Enzo podía describir ese momento como un festejo doble porque había nacido su hijo, pero no podía evitar que la felicidad por el nacimiento de su primer hijo se viera opacada por ganar la Libertadores.

Marcos podría definir ese momento como el mejor de su vida. Con 19 años era campeón de la Libertadores, no había siquiera cumplido un papel importante, pero el título de campeón no se lo quitaba nadie. Estaba feliz, demasiado feliz.

A pesar de compartir la celebración, Enzo no estaba tan efusivo como los demás. No se movía frenéticamente; prefería disfrutar tranquilo, ya sea tomando vimo en algún rincón o dando pasos cortos al ritmo de la música. Su atención estaba centrada en Marcos, destacando con una alegría y belleza especiales. Enzo no podía evitar pensar en lo hermoso que era Marcos bailando.

Simplemente se encontraba ahí, viendo.Y justo en ese momento, al mirar, un alma resaltaba entre todas las demás. Era como si brillara más que todas, que se viera más feliz, más lindo. "Más lindo", eso era lo que pensaba Enzo viendo a Marcos bailar entre el quilombo de los demás. Toda su atención estaba puesta en él, en cómo bailaba, en qué hacía, cómo sonreía, y si le sonreía a todos igual que a él.

Cada tanto se miraban y sonreían, Marcos medio que lo invitaba con ellos, pero Enzo no hacía más que negarse. Marcos en serio quería compartir con él, al menos un momento, pero sabía que no le gustaban tanto esas cosas. Así que decidió invitarlo a pasar un rato juntos a un lugar más alejado.

enzurri👴

viejoo
venís un rato conmigo al balcón?
00:56

Ahí voy, marquitos
00:57

Sonrió al celular y se dirigió al balcón, tardando por momentos debido a que conversaba con algunos o aceptaba alguna bebida de este y aquel. Por un momento, se olvidó de a dónde iba y se quedó conversando con el capitán de alguna cosa de poca importancia. Mientras le pasaban un vaso con bebida de dudosa procedencia, le llegó un mensaje de Enzo. Cuando recibió el mensaje, recordó su plan original.

enzurri👴

Morocho, para hoy o para mañana?
01:10

persoon, ya ya voy
01:10

Aceleró el paso y encontró a Enzo en el balcón, con el celular en una mano y un vaso en la otra. Marcos se acercó sigilosamente, abrió la puerta con cuidado y lo sorprendió abrazándolo por la cintura, gritándole "bu" al oído. Enzo, sobresaltado, se volteó empujándolo un poco, escuchando la escandalosa risa del otro en consecuencia.

-Marcos, so' bruto bobo. Casi me sacas el corazón, nene- Marcos rió más y contagió a Enzo, lo que hizo que este también se riera. Estuvieron así unos minutos hasta que se callaron ambos. En ese momento fue cuando habló el más chico.

-Sos re anti, viejo. Somos campeones de América, ¿qué haces parado ahí como un viejo asqueroso?- Se apoyó en la baranda y Enzo hizo lo mismo mientras se reía bajito - Entiendo que tenés tus años y que no tenés la energía de un pibe, pero ponéle voluntad.

Los infieles [Enzo Pérez x Marcos Rojo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora