Mentía si decía que no lo amaba. Porque la puta madre, nunca había amado a alguien tanto como a él. Y se sentía amado, como nunca se sintió. No sabía qué hacer con tanto. Nunca lo habían amado tanto, no sabía que hacer con eso.
El corazón de Enzo era frágil, el lo sabía. De alguna manera, lo sentía entre sus manos. Lo sentía palpitar con tanta angustia, como si le costará. El corazón de Enzo es frágil, pero solo palpita por él, pero el se encarga de apretarlo cada que puede, de desgarrarlo y se pregunta cuanto aguantara hasta que se rompa. Escucha el palpito desenfrenado del corazón y siente el brillo de los ojos qué solo lo miran a él y se pregunta cuanto faltara para que empiece a odiar.
Cuanto faltara para que, por fin, Enzo se de su lugar que el no es capaz de darle. No es capaz de alejarse sabiendo que lo lastima, pero tampoco sabe cambiar para no lastimarlo más. Enzo merece a alguien mejor que él, pero el no es capaz de mejorar por él. Solo espera que Enzo se cansé de él, porque el no es capaz de cortarle.
Lo amaba, nunca amo a alguien así, ni nunca sintió que nadie lo ame con tanta devoción, con tanta incondicionalidad. Era un cobarde, y no podía aceptar ese sentimiento. Era un conformista, y no podía entregar eso por él, aunque le daría el mundo entero y no haría falta que se lo pidiera. Dejaría la vida por él, pero no su vida actual. El problema no era el futuro incierto de su relación, porque sabía que sería una relación prospera y feliz, porque se amaban.
¿Enzo se seguiría quedando cuando todo deje de ser perfecto? ¿Lo seguiría amando a pesar de todo? ¿Sería suficiente su amor, para llevar una relación?
La respuesta es que sí, y lo sabe. Le da miedo igual, porque ya no son pendejos. Y su estilo de vida es complicada, el entorno de su vida es complicada para su relación. Sabe que Enzo, aunque no se lo pidiera, dejaría todo lo que construyo en su vida para estar con él. Que dejaría el fútbol, su vida actual, solo para estar con él. Pero el no quiere que Enzo deje eso por él, porque el no lo dejaria. Enzo lo sabía, y se lo había dicho.
"Tú primer amor es el fútbol, entiendo que no te entregas a la nada por mí. Yo te puedo esperar"
El ambiente del fútbol es cruel, y no está preparado para que los capitanes de los equipos más importantes de Argentina sean putos. Y no podría dejar a su club con esa imagen, ni quiere que tengan esa imagen de él. Quizás prioriza el que dirán por lo que siente, pero es difícil no hacerlo.
Sería más fácil si no fueran conocidos, si no jugarán al fútbol, si no lo hicieran en River y Boca. Sería todo más sencillo. O bueno, para él. Enzo es tan injusto consigo mismo que esta dispuesto a dejarlo todo por él. Dispuesto a entregar todo por amor. A veces quisiera tener su seguridad y madurez.
El mundo es difícil, el fútbol no está listo para ellos, pero como dice Enzo, tampoco se tienen que entregar. Ahora que recuerda, Enzo jamás le pidió dejar nada, ni tampoco le pidió nada muy raro, solo que lo quiera. El solo le dijo que lo espere, y Enzo, complaciente como siempre, lo hace. Enzo es frágil, y el lo sabe. Solo se encarga de dañarlo más y más.
Lo ama, muchísimo, y no es capaz de dejarlo aunque sepa que lo ama mal, que le hace mal. Siente que espero mucho por esto para cagarla tanto, espero mucho para tenerlo para ser tan cagon, pero Enzo lo entiende, lo respeta. Y eso, esencialmente, le molesta más, que Enzo lo entienda tanto, desearía que no lo haga. Que le reclame algo de una puta vez, que se de su lugar, que le diga, que le pida algo. Que haga algo para no dejarse manejar a su manera.
Lo lastima tanto, que no sabe como Enzo aguanta tanto. Ni sabe porque el se permite lastimarlo tanto. Enzo le entrego su corazón, su vida, su cuerpo, su alma solo por ser él y el sólo le entrego su cuerpo. Y ni siquiera con exclusividad.
Una exclusividad, que si le reclama a Enzo. Una exclusividad que Enzo jamás rompió, pero él no se cansaba de repetirle qué si y reclamarle por cada persona con la que se involucre sin importar la razón. Reclamarme que esta con cualquier persona que conozca, y que los mira igual que lo mira a él. Aunque sabe que es mentira. Enzo lo mira con amor solo a él.
La última vez que se pelearon por eso, recuerda con el enojo y decepción que Enzo lo miro mientras le juraba que no había pasado nada con Esequiel, y se encargo de decirle que si seguía jodiendo con esas cosas, en serio se iba a cojer a alguno, solo para molestarlo. Después de eso, no le reclamo nada, le daba miedo porque sabía que Enzo no estaba con el por falta de opciones.
Enzo podría estar con quien quisiese, tiene para elegir entre todos lo que les plazca, y sabe que no se tendría ni que esforzar para que cualquier persona le de bola. No sabe porque entre tantos lo eligió a él, aunque lo agradece. No podría verlo con alguien más, otra vez. Se muere de celos con cada persona que se le tira a Enzo, aunque este no les de bola. Les molesta como les da la cara para chamuyarselo cuando ven su cuello y ven la inicial qué lo reclama suyo. O las múltiples marcas que, en algún acto de locura, y sin ningún pudor, se encargaba de dejarlas bien marcada y esparcidas por todo su cuello, para que ni siquiera duden de que le pertenece a él.
A Enzo nunca le importo, y no se molestaba ni por taparlas. Las lucia como si fueran un accesorio, y le quedaban tan bien. A veces parecía hasta un acto de rebeldía qué las luzca con tanto desgano, pero se sentía tan bien. Enzo se sentía bien, estar con él se sentía bien.
Estar con Enzo se sentía como escuchar tu canción favorita por primera vez, ver esa película por primera vez o comer tu comida favorita. Se sentía como un sábado a la tarde, sin ningún compromiso, poniendo tu película favorita y escuchando a tu artista favorito. Después de un día agotador, llegar a él y que te reciba con los brazos abiertos, te cocine tu comida favorita y te sirva del vino que te gusta mientras te pone tu canal favorito, y después se dedique a escucharte hablar tan atentamente y con los ojos más soñadores que te verán jamás se sentía como la gloria divina, no tenia con que compararlo. Que después de un día malo, el plan sea el mismo pero que te abrace y te consuele por horas en completo silencio, y te sonría con esa sonrisa de amor que era digna de un cuadro.
Le encantaba esa faceta de Enzo, la de esposo consentidor, amo de casa, que se dedica al marido. Que te despierta llenándote la cara de besos, que te sonría dormido mientras te repite qué sos lo más lindo del mundo, de la suerte que tiene y lo mucho que te quiere. Le costó desprenderse de eso, y adaptarse a la nueva forma de <llegar, cojer, irse>, sabe que a Enzo también, ni siquiera estaba para eso, el no es eso ni esta hecho para eso.
También es culpa suya que se convirtieran en eso, y lo sabe. Agarro el débil corazón de Enzo y lo convirtió en algo parecido a un bloque de concreto que tenia prohibido sentir, hacer, decir. Aunque esos ojos soñadores lo seguían viendo igual cada vez que llegaba y se podía llegar a derretir de amor. Lo amaba tanto, odiaba hacerle tanto daño. Odiaba que Enzo se deje, odiaba no poder soltarlo. Era todo o nada con Enzo, no podía soltarlo y no se iba a conformar con ser solo amigos pero se negaba a mejorar para que Enzo estuviera bien.
Enzo merecía a alguien mejor, y el podía serlo, pero se negaba a cambiar y también se negaba a irse. Todas las noches reflexionaba lo mismo, y todas las noches esperaba que le dieran los huevos para atreverse a cambiar, a mejorar o a dejar ir a Enzo, a no lastimarlo más, pero la verdad era que es un cagon de mierda.
Pero lo ama como nunca amo.
holAAAAAAA q onda, volví!!!! ya tocaba
el estudio me tiene muy mal perdon
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Los infieles [Enzo Pérez x Marcos Rojo]
Fanfic "-𝑆𝑖 𝑡𝑎𝑛𝑡𝑜 𝑙𝑎 𝑎𝑚𝑎𝑠, ¿𝑝𝑜𝑟 𝑞𝑢𝑒́ 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑚𝑖𝑔𝑜? -𝑇𝑒 𝑎𝑠𝑒𝑔𝑢𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 𝑎𝑚𝑜 𝑚𝑎́𝑠 𝑎 𝑣𝑜𝑠" ➣Inspirada en la canción de Romeo Santos (Aventura) con el...