huit

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Todo lo que ocurrió después de aquel suceso iba empeorando. Después de aquella noche, los mensajes de Marcos cesaron y así su ilusión de poder estar bien con él otra vez. Seguramente una de las razones porque no le hablaba era porque se habían comido, pero eso ya era aparte. Se sentía más solo aún ahora, antes al menos tenía los mensajes que lo acompañaba, ya ni eso. Le quería hablar, tanteo a hacerlo muchas veces;entraba al chat, escribía un mensaje <<te extraño mucho, mar. perdón>> y salía, borrando el mensaje. Y así sucesivamente, sin nunca mandarlo, solo quedaba lo que había mandado Marcos en todos estos meses (te extraño, jugaste bien, te vi, por qué nos peleamos)

Ya no tenia la compañía silenciosa de Marcos, no tenia nada de él para poder estar bien. Solo a Berna, que el defensor se enfuscaba en decir que tambien era su padre, y que por ende, "su hijito" (al menos así lo saludaba Rojo cada que lo veía), pero ahora no lo tenia a Berna, solo a Madrid. Su perro era su compañero ahora, siempre fiel a él.

En otros temas, todavía no se separaba de Flor. No creía hacerlo este año, la necesitaba porque sin ella seguro terminaba rebalsado de problemas y su cabeza seguro explotaría. Era su cable a tierra, sin ella seguro no podría haber llegado nunca a donde esta, y eso siempre se lo va a agradecer. La ama, no como pareja, pero lo hace. Sigue siendo la madre de sus hijos y su mayor apoyo en todos sus años de carrera.

Separarse, además, significaba un daño para sus hijos que no estaba pronto para afrontar, y el hecho de terminar también significaba dejar de verlos todos los días, porque si terminaban no iban a seguir viviendo juntos, y prefería que vivan con Flor porque si vivían con el no iban a estar necesariamente mucho tiempo juntos, y realmente no podría darles la atención que merecen. Seguían juntos no se amaban ni mucho menos, pero estaban juntos, aunque no necesariamente en una relación, pero como terminar no terminaron.

Flor y sus hijos estuvieron ahí cuando llego el partido contra Santa Fé, nunca se va a cansar de agradecerlo.

En el momento de que ocurrió lo de que tuvo que atajar para River, no supo si se ofreció por el hecho de hacerle ese favor a el club de su vida o por si quería sentirse útil, importante, querido. En medio de la discusión, y del discurso de Gallardo pudo ver la preocupación en sus ojos, así que levantó la mano, con la mirada gacha. "Atajo yo, Marcelo" Susurró, casi como si se tuviera que convencer aún. Lo siguiente a eso fue todo un caos, entre preparación, charlas y preguntas la cabeza le quedó hecho una bomba, así que cuando llego ese día después del entrenamiento del día anterior al partido, se sentó solo en el comedor. Y lloro, muchísimo. Frustrado, enojado, nervioso, y con miedo, demasiado.

Se estaba volviendo medio maricón desde que se peleo con Marcos.

Sus hijos le demostraron la admiracion y amor que nunca creyó merecer, y que nunca recibió. Nunca agradeció tanto algo, no sabía que había hecho sin ellos. Seguro seguir llorando y viendo whatsapp a ver si quizas Marcos le mandaba un mensaje, diciéndole suerte al menos. El mismo día del partido entrenaba temprano, y cuando estaba más o menos en la hora del almuerzo recibió un audio de Eugenia, y no pudo hacer otra cosa que sonreír cuando escucho las voces (y balbuceos) de las hijas de Marcos. Río tanto que quiso llorar, le respondió con un audio también diciéndole lo mucho que las quería, y lo agradecido que estaba por haberle mandando mensaje. Supuso que el mensaje siguiente fue de Eugenia, también lo respondió lo más contento que pudo.

"Suerte, Enzito, sabes bien que Marcos también quiere que te vaya bien aunque no te lo diga."

La jornada siguió su curso "normal", y cuando tocó el césped del monumental sintió que se liberaba de todo. Tenía que concentrarse en River, y sólo en eso. Se fijo por última vez para ver si Marcos le había mandado menaje, cuando vio que no solo se limito a sonreír amargo y apagar su celular. El después fue lo que fue. "Inmenzo" como lo describieron, sintió el amor, el agradecimiento que estaban todos y cada uno de los hinchas de River. Sintió la locura, las notas, posteos. El hincha de River se enloqueció, tanto que incluso firmo tatuajes de ese momento. Lo más importante eran esos ojos del DT con tanta emoción y agradecimiento, se quedó con eso.

Los infieles [Enzo Pérez x Marcos Rojo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora