CAPITULO 39

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~Narra autora~

La cabeza de Renji era un caos, odiaba que el maldito de Akayama tuviera razón, matar a quien le había ayudado entre las sombras a deshacerse de esos perros de Honk Kong no reviviría a su hijo.

Miro por la ventana y afuera el cielo brillaba a cada tanto en señal de que se avecinaba una tormenta, vinieron a su mente muchos recuerdos que le carcomian el alma.

La primera vez que conoció a Satoru, pensó que era un mocoso engreído, pues siendo menor de edad participaba en las peleas clandestinas.

Al pasar el tiempo se lo topo y descubrió que había sido echado a la calle por obra de su padrastro, decidió ayudarlo y termino "adoptandolo" sin pensar que llegaría a quererlo como a un hijo.

El día en que por fin dejo de llamarle viejo y comenzó a decirle Oyaji, no lo demostró pero por dentro sintió una alegría inmensa.

Cuando fue al hospital después de que le avisarán que Setsuna había dado a luz, Satoru lo obligó a cargar al pequeño bultito y le dijo, este es Riki, tu nieto.

Sentía dagas atraverarle el pecho, si tan solo el día que descubrió que Satoru quería dejar todo por la seguridad de Riki el hubiera aceptado, seguiría vivo.

Todo era su culpa, lo había obligado a seguir en esto poniéndole como excusa el buscar a su hijo, el cual no estaba seguro de que en verdad existiera, es decir, ¿por qué hasta ahora se enteraba de eso?, ¿por qué no antes?

Miles de preguntas paseaban por su cabeza cuando uno de sus hombres lo saco de sus pensamientos.

-Irie-dono, estamos cerca, esperamos sus órdenes.

-Aparquen lejos de la vista de los ventanales.

Reconocía el lugar, había estado ahí tantas veces después de descubrir la traición de aquella única mujer por la cual pensaba dejar todo y comenzar de nuevo de manera limpia.

-Fuka- susurro.

Fuka Hasana era la dueña de ese lugar, el cual el mismo Renji se lo había entregado a cambio de la compañía que le hizo para sanar su roto corazón.

Si bien ella se entregaba a él para saciar sus ganas, no era solo por el dinero que este le daba, en verdad había llegado a enamorarse de Renji y muchas veces intento hacer que la aceptará pero era en vano, hasta que dejó de verla por bien de ambos.

Bajo del auto y sigilosamente se acercaron al lugar, 2 de los hombres se adentraron para inspeccionar la zona.

Sabía que Imayoshi no sería facil de atrapar, si había permanecido a su lado por tantos años no era por qué supiera preparar buen té.

Al cabo de unos minutos los hombres regresaron, uno de ellos traía algo en sus manos, se lo entrego a Renji para que lo revisara.

Era un sobre grande, lo tomo con cuidado y al abrirlo lo arrojo al suelo. Un alacrán salio y rápido lo aplastaron.

Junto al animal estaban varias fotos y una nota, Renji se inclino para darle vuelta y sus ojos se abrieron de par en par.

Era ella, era la mujer que lo había traicionado, en algunas estaba sola y otras se veia junto a un hombre, parecía que la habían tenido vigilada, una en especial llamo su atención.

En la foto se veía a la mujer sentada en una silla, sus manos y piernas estaban atadas, una mordaza apretaba su boca y sus ojos cubiertos, rechino los dientes conteniendo sus emociones que estaban por hacerle perder el control.

Tomo la nota en sus manos y leyó las pocas líneas escritas, las venas de su frente y manos se saltaron en señal de la furia que sentía.

"Espero que te guste mi presente, lo eh estado guardando para ti todos estos años. Si no quieres ver en las noticias el hallazgo de su cuerpo, ven antes de que salga el sol a esta dirección, SOLO"

NIÑERO DE UN MAFIOSO (YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora