NIÑERO DE UN MAFIOSO (YAOI)

CAPITULO 40

~Narra autora~

GUARIDA DE RENJI-SAMA

-Habla de una puta vez y di que diablos necesitas Maurizzio, tengo que salir ya.

-Me llamo Fiorella, un familiar del hombre que hace de su guardaespaldas fue secuestrada, localizala.

-Vere que puedo hacer, por ahora no tengo tiempo- intento salir de la habitación.

-Da la orden de búsqueda- le cortó el paso- te conozco, se que si no haces algo en este instante no lo harás después.

Maldijo para sus adentros mirando a ese viejo italiano que no daba señales de dejarle irse si no hacía lo que le pedía y por más cabreado que estuviera tener un pleito con un aliado ahora no era bueno.

-Aaah*suspiro*, dame los malditos datos.

Le extendió el celular tomando lo de mala gana, miro la pantalla y vio una foto de lo que parecía ser una pareja, su entrecejo se frunció.

-¿Es este el tipo que custodia a tu sobrina?

-Si.

-No parece estar metido en este mundo.

-No, fue recomendado por uno de los jovenes guardaespaldas del pequeño Riki.

-¿Cuál... cuál es su relación con ese hombre?

-Al parecer es el hermano mayor de la mujer y ella es la madre del chico.

-¡Me lleva el maldito infierno!- maldijo a todo pulmon sintiendo dolor de cabeza.

Todos los recuerdos que se había obligado a olvidar lo atacaron de golpe, las palabras que le grito, la forma en que la trato y sobre todo el dolor que vio en sus ojos por su maldita culpa.

Las piezas comenzaban a encajar, las palabras de aquella enfermera resonaron en su cabeza, ella debia saber algo por la forma en que le insistió en buscarla.

Un día antes de mandar todo al demonio, le dijo que la amaba, ella lloró y se colgó de su cuello gritando que ella también lo amaba, eso no debió de ser actuado, pero con todas las pruebas que Imayoshi le dió...

-Imayoshi- apretó los dientes hasta que rechinaron- ese desgraciado deseara no haber nacido.

EN EL REFUGIO KATSUTAKA

El silencio que se creo era más que incómodo, doloroso, los presentes evitaban mirar al chico que estaba recostado en la cama y con los ojos clavados en una persona en particular.

-Ukyo-san... hablé, por favor.

Su voz tembló, sabían que se estaba esforzando por mantener la calma, el mencionado miraba al suelo mordiendose el labio, el momento que evitaba llegó.

-Jun... Satoru... - no quería dejar salir esas palabras aún que todo apuntaba a su muerte en el fondo se rehusaba a admitirlo.

El momento se vio interrumpido por el sonido del celular de Ukyo, lo saco y vio de quien se trataba así que respondió de inmediato.

-Ukyo al habla... si nosotros lo recomendamos... si, así es, es tío de uno de los chicos que trabajan para... si- se giro a ver a Izuki- se lo haré saber.

La tensión empeoró, Ukyo abría y cerraba la boca sin decir nada, lo que asustó a todos y más a Izuki pues se miraban fijamente.

-Uky-chan, ¿qué pasa?

-Era... era Renji-sama, ya se quien es la otra persona que se llevaron secuestrada junto a Kei.

-¡Habla de una vez Secre!