Once.

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⚠️ ADVERTENCIA ⚠️

Este capítulo tiene contenido +18, si decides leerlo es bajo tu responsabilidad.

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El beso pasó de ser un beso tierno y lleno de amor a subir poco a poco la intensidad. Las ganas que sentíamos el uno por el otro, la necesidad de sentirnos mutuamente se palpaba en el ambiente. Las manos de Tom recorrían mi cuerpo como si de una necesidad de saber que estaba ahí se tratase.

—¿Quieres subir? —pregunté jadeante en un intento de coger aire al separarnos.

—Por favor... —jadeó suplicante.

Abrí la puerta del portal de mi edificio y caminamos hacia el ascensor de este, con Tom abrazado a mis espaldas, dejando un rastro de besos húmedos en mi cuello. En cuanto el ascensor abrió sus puertas y nos encontrábamos dentro, este volvió a capturar mis labios en un movimiento desesperado.

La temperatura en ese ascensor subía como la espuma, nuestras lenguas se entrelazaban entre sí y mis manos recorrían su cuello y espalda un tanto desesperadas también. Tom agarró fuerte mi trasero acercándome más a él pudiendo notar así la gran erección que se encerraba en sus pantalones. Solté un jadeo al sentir el gran bulto.

Caminamos hasta la puerta de mi apartamento sin dejar de besarnos en todo el trayecto, sin separar nuestras bocas ni un milímetro. Abrí la puerta de este como pude, y una vez dentro nos dirigimos hacia mí habitación de la misma manera que habíamos llegado hasta allí. Los dos estábamos bastante excitados y necesitados el uno del otro.

Había que recuperar el tiempo perdido.

Cerramos la puerta de mi habitación una vez dentro y comenzamos a desvestirnos el uno al otro. Cada prenda que quitábamos acababa tirada en alguna parte del suelo de aquella habitación. Aquella que iba a ser presente del reencuentro más esperado. El reencuentro de dos corazones que a pesar de las distancia y el tiempo no habían podido olvidarse el uno al otro.

Tom me tumbó encima de la cama, colocándose encima de mí en un sin fin de besos y emociones, acariciando cada centímetro de mi piel.

—No te haces una idea de la cantidad de noches que soñé con este momento... —susurró para dejar un corto beso sobre mis labios y comenzar a dejar un rastro de besos sobre mi abdomen.

Bajó besando lentamente cada parte de mí hasta llegar al límite de mi ropa interior y, con una lentitud matadora se deshizo de mis bragas. Observó mi feminidad durante unos segundos con una sonrisa en su rostro la cual me hizo ruborizarme.

Colocó sus manos a cada lado de mis caderas y en un rápido movimiento me acercó hacia él que se encontraba de rodillas la borde de la cama. Su lengua dio un suave toque sobre mi parte más sensible y un jadeo se escapó de mi boca. Con la mayor delicadeza del mundo comenzó a besar mi parte íntima, haciendo movimientos circulares sobre mi clítoris provocando un millón de descargas en mi cuerpo. Arqueé mi espalda ante el placer que sentía en ese momento, soltando leves gemidos demostrándole como me gustaba sentir su tacto de nuevo ahí abajo.

Tom chupó su dedo índice y corazón, llenando estos de saliva para facilitar la entrada en mi cavidad. Con una sonrisa ladina introdujo sus dedos dentro de mí y comenzó a moverlos en un ritmo lento pero matador.

—Dios... —gemí con mis ojos cerrados.

Volvió a pasar su lengua por mi clítoris mientras sus dedos entraban y salían dentro de mí. Después de tanto tiempo volver a sentir a Tom provocaba en mí un placer que era indescriptible, pero necesitaba sentirlo dentro. Sentirle a él. Solamente a él.

Something about us ; Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora