🦋 Extra dos: El embarazo.

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Extra dos.
El embarazo.

Busan, Corea del Sur.
2018

Cuando Jimin se quedó embarazado de Seongjin pensé que no tendría oportunidad alguna de lograr algo con él. Para mi sorpresa, el embarazo nos unió más de lo que cualquiera podría haber imaginado.

No solo fui el primero en enterarse de la llegada de Nini al mundo, también fui el primero en compartir cada momento, por más mínimo que fuera, de su existencia. Siempre me consideré un afortunado por ello. No cambiaría por nada del mundo la sensación de leerle a la pancita de Jimin, mientras él hace suaves caricias en su piel. Tampoco el sentir sus primeras pataditas y reírnos juntos mientras tratábamos de descubrir cuál era la razón por la que el cachorrito se sentía molesto.

El embarazo de Jimin nos unió muchísimo, me permitió conocerlo mucho más y él a mí. Además me dio el placer de avanzar fases y quizás eso fue lo más entretenido de todo.

Durante los primeros meses de embarazo, el médico nos explicó que era normal que Jimin tuviera un desequilibrio hormonal. Lo cuál es bastante lógico, comenzando por el hecho de que todo su organismo estaba formando una pequeña vida dentro de él. Al principio no notamos esas alteraciones, él y yo teníamos la teoría de que tal vez era porque Jaebeom no estaba presente en su vida, por ende al carecer de un alfa, sus hormonas estaban reguladas.

En realidad no era eso, si no que Jimin se estaba conteniendo porque él me consideraba a mí su alfa. Sus actitudes pasaban de forma inadvertida, yo también era un adolescente bastante hormonal y a quién voy a engañar, pensaba que todo era una especie de ilusión de parte de mi cabeza. ¡Vamos! ¿Cómo iba a creer que a Jimin le excitaba tenerme cerca de él? ¡Impensable!

Una noche, nuestra relación avanzó varias fases y yo me aferré con todas mis fuerzas a ese momento.

Durante el embarazo, Jimin y yo solíamos pasar mucho tiempo juntos y algunas noches me quedaba junto a él. Por supuesto, eran aquellas en donde su mamá se quedaba trabajando en turnos nocturnos y él se quedaba solo en casa. Las primeras veces, por respeto, dormía en el sofá o en el piso. No quería que el omega pensara que estaba abusando de su confianza. Hasta que una noche, él empezó a pedirme que durmiera en la cama a su lado. Nunca en mi vida fui tan feliz.

De dormir uno en cada punta, pasamos a dormir abrazados. Él entre mis brazos, mientras yo acariciaba suavemente su pancita. Al principio era sobre la ropa, con el paso del tiempo estaba por debajo de su camiseta. Todo nos llevó a lo que ocurrió esa noche.

El invierno ya estaba acabando. Los días más lindos de marzo nos permitían dormir destapados y más a Jimin quién sufría de ataques repentinos de calor. Él solía dormir solo con una camiseta, la cual era lo suficientemente grande para cubrir lo justo y lo necesario. Se recostaba entre mis brazos y, a pesar del calor, me pedía que lo abrazara. Por supuesto, yo no dudaba en hacerlo.

Lo abracé con toda la tranquilidad del mundo y enterré mi nariz en su nuca. Jimin respiraba de manera pesada y su cuerpo estaba tan tenso que no pude evitar preocuparme. Me alejé unos cuantos centímetros y le pregunté, curioso:

—¿Está todo en orden, hyung?

Mi voz demostraba la inquietud que estaba sintiendo en ese preciso instante, principalmente porque al final mis palabras temblaron.

Sentí como Jimin tragaba saliva de forma pesada, luego respiró profundamente y se sentó en la cama. Me miró y preguntó:

—¿Alguna vez has tenido sexo, Jungkookie?

La pregunta me tomó por sorpresa porque no esperaba tal planteamiento. Así que, abrí la boca y no supe qué decir. Hasta ese momento en mi vida, nunca había tocado un omega. Sí, el sexo no era algo recurrente en mi vida y tampoco me desesperaba por tenerlo.

🦋 Un papá para Seongjin [ km; au ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora