🦋 Un papá para Seongjin [ km; au ]

Broken Hearts ❤️‍🩹 [ pt. 3 ]

No me gustaba para nada el olor que había en aquel hogar.

Suspiré.

Hoseok me había engañado, aquello no olía a rosas. Más bien, parecía olor a algo en mal estado. ¿En serio le gustaba ese aroma en su casa? Ni siquiera necesitaba sahumerios, su aroma de por si era delicioso. ¿Por qué taparlo con esas varillas asquerosas?

Agarré la caja en donde Hoseok guardaba todos los inciensos y me puse a olfatear uno por uno. Necesitaba encontrar alguno que al menos fuera un poco más delicioso, ya que el de rosas era asqueroso.

Llegó un punto en donde todos olían de la misma manera y eso me puso de mal humor. Así que agarré uno al azar y caminé hasta la cocina para tomar el encendedor. Hoseok estaba junto a Nini, ambos dibujando.

Cuando logré prenderlo, sentí como la silla se deslizaba por el piso y a los segundos alguien me arrebató de la mano el sahumerio.

—¡No! —soltó, histérico—. Nunca debes encender un sahumerio con un encendedor, debes hacerlo con fósforos.

Observé como la llama consumía el comienzo de la varilla y la soplé, logrando que el alfa soltara un quejido bastante agudo.

—¡No soples! ¡Se van a mezclar las energías!

—¿Qué? —pregunté, sorprendido e incrédulo—. ¿Se van a mezclar las energías? Por favor, Hoseok. ¡Eso no tiene sentido! Es un palito que tiene olor. ¿Qué mierdas dices? —Se lo arrebaté de las manos—. Deja de creer en esas idioteces, esto no tiene nada de energía.

—¡Hablo en serio! Debes tratarlo como se debe, no queremos energías negativas en este hogar. —Me miró fijamente y tragó saliva de una manera muy audible—. Aunque las malas vibras han llegado a nuestra vida nuevamente, maldita sea, seguro fue esa vez que Jimin manifestó de forma incorrecta.

¿Hablaba de mí o Jaebeom? Decidí creer, por su propio bien, que hablaba de aquel alfa.

Miré al pequeño dibujar y lo señalé con la cabeza.

—¿Sabe de él?

Hoseok abrió sus ojos ampliamente y negó rápidamente ante mi comentario. Colocó el sahumerio en una decoración bastante bonita, era una especie de osito que abrazaba a la varilla.

Suspiré.

En la casa de Hoseok había muchas referencias a los osos y por mi propia salud mental, decidí creer que no eran por mi.

Siempre fuimos su osito.

Fuimos. Ya no.

—No, no sabe nada y no debe saberlo. Jimin no ha tomado ninguna decisión y realmente espero que Jungkook lo haga recapacitar esta noche. —Suspiró y llevó las manos a su cabeza, se veía realmente frustrado y eso no me sorprendía—. No quiero que ese tipo regrese a la vida de ellos.

Miré al pequeño e hice una mueca. No quería que escuchara lo que íbamos a hablar, así que sin decir mucho me encaminé al comedor. Hoseok me siguió y nos sentamos uno al lado del otro en el sofá.

Ambos teníamos las mismas preocupaciones. Siempre había sido así, pensábamos en nuestros amigos por sobretodas las cosas; realmente adorábamos a Jungkook y Jimin, y esperábamos que ambos fueran muy felices.

—¿Jimin se lo va a contar? —pregunté, preocupado.

El alfa asintió y con miedo tomé mi teléfono. No tenía ninguna llamada, ni mensaje; me preocupaba lo que podía llegar a pasar esa noche. Jungkook al escuchar esa noticia, posiblemente, se iba a desanimar y eso le impediría confesarse a Jimin.