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Red Hood se hallaba sentado en un sitial de respaldo alto en el extremo opuesto de la sala. Cerca de él había un hombre viejo a quien habia visto antes en compañia del líder. Estaba en pie muy cerca del comandante, como si ambos estuvieran conversando. El fuego humeaba bastante, caldeando la estancia y haciendo que el aire fuera demasiado pesado. Tapices de colores intensos cubrían las paredes y los siervos se afanaban en bruñir las viejas armas a fin de que se conservaran su esplendor, totalmente contrario a la pinta que tiene la carpa donde descansaba con los demás jovenes. Damian pasó entre ellos y se arrodilló a los pies de Red Hood.


— He venido a pedirte perdón, hermano.

— ¿Cómo? — Jason alzó una ceja — Bueno, habla.


Observó el rostro de Red Hood desde su posición; parecía frío y poco complacido por mi presencia. De pronto le asaltó el miedo. Habiamos irrumpido en el salón de audiencias. Damian ni siquiera había llamado. Simplemente entraron sin ningún permiso y en estos momentos Jon se estaba lamentando no haberlo considerado segundos antes de pasar a la carpa.

— He apartado a Jonathan de la instrucción.

Su nombre sonó tan extraño en los labios ajenos que apenas si fue capaz de reconocerlo, pero no se sentía disgustado, sonaba bastante bien. Había olvidado su propio nombre en este lugar, nunca nadie lo llamaba por su nombre. El hombre adulto frunció el entrecejo y preguntó:

— ¿A quién?

Cryboy. — Repuso Damian.


Ese era él. Se había ganado el apodo luego de pasarse una semana deshidratado por llorar demasiado, principalmente porque se estaba aferrando a la idea de que todo fuera una mentira. Ahora sonaba tan vergonzoso que fuera conocido por un apodo tan patetico. Antes no sabía lo que significaba, despúes de todo, no conocía el dialecto extranjero. Pensaba que se trataba de algún apodo como "prisionero" pero Damian fue capaz de traducirlo perfectamente.


— Ah, sí. El chico al que queria azotar el maestro de armas.


— Sí, pero no es culpa suya. Me olvidé de decirte que lo quiero como compañero.


Utilizó la palabra therapōn. Un hermano de armas consagrado a un príncipe por lazos de sangre, juramento y amor. En la guerra, esos hombres formaban la guardia de honor del líder y en la paz eran sus consejeros más cercanos. Era un puesto de la más alta estima y la otra razón por la cual los muchachos se acercaban al hermano de Red Hood: esperaban ser uno de los elegidos.


— Ven aquí, Jonathan.

La alfombra era espesa bajo sus pies. Jon se arrodilló ligeramente por detrás de Damian. Sentia el peso de la mirada regia encima suyo.


— Durante muchos años te he propuesto compañeros y tú lo has rechazado a todos, Damian. ¿Por qué has elegido a este chico?

Jonathan también se estaba formulando la misma pregunta. No tenía nada que ofrecerle al hermano del líder, su posición ahí era tan similar a la suya cuando era príncipe. Entonces, ¿por qué ese altruismo tan grando con él? Jason y Jonathan aguardaron la respuesta con intéres.

 

— Es sorprendente.

Eso definitivamente los habían tomado por sorpresa. Jon alzó el rostro ligeramente y crispó un poco el gesto. Si pensaba eso de verdad, debía de ser el único. Estaba seguro que nadie más ahí pensaba igual, ni siquiera el maestro de armas que tanto se frustraba al explicarle, y por otro lado, Jonathan se frustraba al no entenderle.

La canción de Damian [Jondami/Damijon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora