𝑇𝘩𝑒 𝐻𝑒𝑟𝑜 𝐾𝑛𝑜𝑤𝑛 𝐴𝑠 𝑆𝘩𝑖𝑟𝑜𝑢 𝐸𝑚𝑖𝑦𝑎 (𝑇𝑟𝑎𝑑𝑢𝑐𝑖𝑑𝑜)

Capítulo 7

Shirou se movió con cautela alrededor de las lápidas.

Cuando Aqua se le acercó ese mismo día, queriendo subir de nivel, luchar contra los no-muertos no era lo que tenía en mente.

—Sí, puedes bajarle el tono al drama, Shirou —dijo Aqua. Saltando tranquilamente, el resto del grupo la seguía—. Los no-muertos no saldrán hasta después del anochecer, y además, ¡no será un problema para mí eliminarlos!

Esperaba que Aqua no estuviera sobreestimando sus habilidades o subestimando la amenaza que podría representar un enemigo no-muerto. Shirou tenía una experiencia limitada con los no-muertos, pero escuchó historias. Cuentos de jóvenes apóstoles, masacrando pueblos enteros y eran el tipo de no-muertos menos peligroso. Un Apóstol Ancestro, eran tan peligrosos que nadie podía detenerlos. Hicieron lo que quisieron y gobernaron vastos territorios. En general, Shirou sintió que su enfoque de la situación contenía una cantidad adecuada de drama. Muchas gracias.

Ignorando el parloteo detrás de él, Shirou continuó escaneando sus alrededores. Al ver algunas huellas, Shirou se arrodilló junto a ellas y dejó que sus dedos vagaran sobre la tierra removida.

—Oye hombre, ¿qué ves? —preguntó Kazuma, mirando por encima del hombro de Shirou.

Shirou se aclaró la garganta con una tos incómoda.

—No tengo idea. Sólo recuerdo haber visto gente hacer esto en las películas.

Hubo una pausa.

—Vámonos antes de que los demás se adelanten demasiado.

Aparentemente, Kazuma no sintió la necesidad de reconocer el paso en falso de Shirou.

Podría vivir con eso.

Trazar el resto del cementerio no tomó mucho tiempo y no vieron señales de muertos vivientes.

Shirou llevó a todos a una colina fuera del cementerio y encendió un fuego mientras el sol descendía por el horizonte. Pasaría una buena hora antes de que oscureciera y a todos les vendría bien un refrigerio para mantenerse despiertos. Con una sonrisa en su rostro, Shirou trazó algunos utensilios de cocina.

***

Shirou notó que Megumin lo miraba con una extraña concentración.

Shirou se movió y chocó con Darkness. Había sido extrañamente pegajosa desde que se unió al grupo e insistía en entrenar al menos una vez al día. Shirou obedeció, impresionado por su dedicación pero preocupado por su falta de progreso. Nadie podía negar que Darkness podía recibir un golpe y tenía mucha resistencia, pero su habilidad con la espada resultó tan atroz como siempre.

Shirou se rascó la barbilla.

—Tal vez comencé a ahorrar demasiado pronto.

Megumin continuó mirando.

—Ehh, Megumin, ¿estás bien?

Los ojos de Megumin se estrecharon mientras bajaba el ala de su sombrero.

—¿Por qué no me dijiste que conocías la magia de Explosión? No te he interrogado en toda la semana, pero como tenemos tiempo, quiero saber todo sobre mi rival.

¿Rival?

Por desgracia, la pregunta de Megumin interesó a todos y todos lo miraron con ojos ansiosos.

Shirou se encogió de hombros, un gesto de impotencia que no satisfizo a nadie debido a los ceños fruncidos que le dirigieron.

—No es que quisiera mantenerlo en secreto. El tema nunca surgió.