Theo Raeken (CELO)

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[Especial en celo]

♥︎Be Careful♡︎

Ioana Mironescu

Estaba cansada. Muy cansada. Por fin había terminado el trabajo de literatura, era un tríptico de un libro que nos liemos, bastante bueno la verdad.

Me levanté y anduve arrastrando mis pies como un zombie hasta la mesilla para coger mi teléfono el cual estaba sonando.

—¿Si?

Ioana, tienes que escucharme atentamente —me sorprendí al oír a Lydia tan preocupada, por lo que la hice caso y me senté en mi cama—. Ten cuidado con los de la manada. Con cualquiera.

—¿Qué? ¿Por qué?

Por lo que nos ha dicho Deaton, han entrado en celo y van a buscar a sus parejas.

—Aaah, ¿cómo los perros?

Si, algo así.

—Vale, pero... ¿Eso a mi por qué me preocuparía? Yo no estoy con ninguno de la manada.

Lo sé, lo sé, pero no hace falta que estés con alguno —me preocupé al escucharla—. Tú por si acaso aléjate. Si alguno de la manada va a tu casa alejate lo máximo de él y, si por algún casual, llega a ti solo acariciarle la cabeza, solo eso.

—Vale, vale y..., cuánto dura el celo —pregunté curiosa.

Entre cinco a siete días.

—¿¡Cuánto!?

«Me estás diciendo que, si llega a entrar alguien a mi casa, tenía que estar acariciandole la cabeza cinco días.» Pensé.

—Es broma, ¿verdad?

Me temo que no —una risitas nerviosa se escuchó—. Yo no lo he elegido.

—Vale, nos vemos mañana, chao.

Adios. Ten cuidado —gritó antes de colgar.

Después de colgar oí un ruido en el salón, realmente me asusté, mis padres no estaban y no había invitado a nadie.

Cogí mi palo de lacrosse y bajé temerosa las escaleras.

—¡Theo! Me asustaste, tonto —dejé el palo apoyado en la pared y me acerqué a él. Estaba sentado en el sofá comiendo una manzana que seguramente cogió de la cocina.

Me preocupé al verle, ¿él también estaba en celo? No era un hombre lobo de verdad, pero no tenía ni idea.

—Lo siento.

Theo llevaba ya casi un mes durmiendo en mi casa, me dio pena cuando le vi en su camioneta y, aunque había hecho cosas muy malas, estaba cambiando.

—La próxima vez llama a la puerta —le pedí.

—Vale, vale —me sonrió—. ¿Quieres ver algo? —cogió el mando y encendió la televisión.

—Está bien, pero vayamos a mi cuarto mejor.

—¿Por?

—Porque allí tengo una cama, estaremos más cómodos y no hace tanto frío —dije obvia.

—Normal que tengas frío con ese mini pantalón y esa camisetita —se rió.

—Anda, vamos —cogí su mano y le guié a mi cuarto—. Vamos a ver el corredor del laberinto aunque no quieras —aseguré.

Teen Wolf One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora