Teen Wolf One Shot

29. Scott McCall

♥︎Insecurities♡︎

Angelina Sallow

Estaba sentada en mi cama, leyendo un libro que me dejó mi mejor amiga, Kira. Tenía la calefacción encendida por el frío que hacía y, aún así, tenía algo de frío. Miré a la puerta cuando vi como se abría y sonreí al ver a Scott, mi novio, entrar.

—Hola, Scott —sonreí, dejé el libro en la mesilla de noche y abrí mis brazos para que me abrazara.

—Hola, amor —sonreí cuando me abrazó y me cogió—. ¿Qué tal estás? Llevas una semana muy ajetreada.

Scott me sentó en su regazo y yo envolví su cuello. Lo miré a los ojos cuando me preguntó, tenía razón, llevaba una semana llena de exámenes y había estado muy estresada.

—Bueno, he estado peor —suspiré y recosté mi cabeza en su hombro.

Mi respiración se relajó al sentir como acariciaba mi espalda. Besé su cuello con cariño y desice el nudo de su bufanda, la dejé a un lado y escondí mi rostro en el hueco de su cuello.

—Te he echado de menos —susurré, con todos los exámenes no lo pude ver ni cinco minutos.

—Y yo —sentí como bajaba sus manos y las dejaba en mis muslos.

Me tensé ante su toque, suspiré y sonreí, intentando ocultarle mi incomodidad al tocar mis muslos.

—¿Qué pasa? —me preguntó con curiosidad.

—Nada, qué iba a pasar —reí, alejé mi cara de su cuello y lo miré, sonriendo.

—Angie, huelo tu incomodidad —suspiré, ser novia de un hombre lobo tenía muchas desventajas, como no poder mentirle.

—No es nada... Importante —suspiré.

—Te he incomodado —dijo con un toque de preocupación en su voz—. Quiero saber por qué. ¿He hecho algo que no te guste?

Su tono culpable hizo que mi corazón se quebrara y agarré sus mejillas, intentando reconfortarle.

—No hiciste nada... Tú no —susurré.

—¿Entonces?

Mordí mi labio inferior y lo miré, desvíe mi mirada y miré un punto aleatorio en el suelo.

—Tú sabes que he estado con otro chico antes de salir contigo —murmuré, sin mirarle—. Él... Siempre me decía que mis muslos...

Sentí como se tensaba y suspiré.

—Decía que eran demasiado grandes y... Ahora no me... No me gustan mucho —le expliqué.

—¿Grandes? —lo miró y frunció el ceño—. Grande era su gilipollez —reí al escucharlo y sonreí con ternura—. No son grandes, son preciosos.

Sonrió y me besó, acaricié sus mejillas y sonreí.

—Eres el mejor —susurré.

—Oh, vamos, lo sé, pero no por decir eso, es la verdad —apretó mis muslos y mordí levemente mi labio—. Me encantan, amo apretarlos y besarlos.

Besé sus labios por sus palabras reconfortantes, realmente Scott era el mejor novio del mundo.

—Y me gusta morderlos —susurró, lo cual consiguió que un escalofrío subiera por mi espina dorsal—. Y dejar marcas que solo yo puedo ver...

—¡Scott! —di un leve golpe en su pecho, avergonzada.