Era una noche fría y oscura, la espesa niebla flotaba como un delgado velo sobre el denso bosque, cuando el golpeteo de los cascos del caballo galopando como alma que lleva el diablo, quebró el silencio que reinaba en el lugar. Tratando de evadir a aquel grupo de hombres armados y llenos de furia que nos seguían, nos adentramos en un sendero, que nos conducía a un pequeño claro, para tomar ventaja sobre ellos, me aferraba con todas mis fuerzas a la cintura de mi audaz jinete confiando en su destreza, para alejarnos lo suficiente de esa horda embravecida que lideraba el Capitán Harrison, mi prometido.
Casi habíamos logrado salir del sendero, cuando escucho un estruendo y en cuestión de segundos, un dolor atraviesa mi hombro izquierdo quemando y desgarrando mi carne por dentro, todo se me nubló de repente y entre la poca conciencia, sentía que lentamente mi cuerpo se separaba de mi compañero, cayendo sobre la húmeda hierba, acentuando mucho más mi dolor, aunque mi mayor preocupación es que mi amado logre salvarse; pero es inútil, al percatarse de mi caída vuelve en mi búsqueda, lo veo desmontar de un salto y con pánico en sus ojos gritó- ¡Ania! En ese preciso momento supe que esto no terminaría bien, me levantó en sus brazos y con dificultad, pude ver sus hermosos ojos; pero cuando pretendíamos reanudar nuestra huida, mi alma quedó paralizada con el grito de alto, en la voz del Capitán, en ese instante me arrebataron de los brazos de Alexander, deseaba morir en ese preciso momento, mis lágrimas no cesaban porque en lo profundo de mi alma, temía el peor desenlace. Desde donde estaba era espectadora de un escena aterradora, mi corazón se estremecía de dolor al ver que dos hombres habían tomado a Alexander, impidiendo que pudiera defenderse, mientras Harrison se acercaba con la mirada llena de odio, apuntándole directamente a su pecho mientras le decía:
-¿Creíste que podrías escaparte con ella?
- ¿Creíste que podrías dejarme en ridículo a mi?
-¡Ella me ama! - gritó Alexander- Y pase lo que pase, nada ni nadie, podrá separarnos... nuestro amor es real! ¡Es eterno!- Alexander dijo esto mirándome, con los ojos repletos de amor.
A pesar de lo poco que alumbraban las farolas que traían los hombres del Capitán, podía ver a ese hombre a punto de morir, reafirmando con valentía su amor por mi
- ¡Ella jamás será tuya!- dijo mirándolo a los ojos
-¡Ania, mi amor, te amaré más allá de todo!- gritó para que pudiera oírlo.
-¡Malcolm, acabas de firmar tu sentencia de muerte! - gritó el Capitán
Con mis ojos llenos de lágrimas y la voz en un hilo, suplique por su vida, pero fue en vano, Harrison estaba enceguecido de odio, podía verlo en su mirada oscura, poco a poco empecé a perder la conciencia y entre discusiones escuché un ensordecedor disparo.
Desperté con mi corazón saltando en mi pecho, de mis ojos brotaban lágrimas sin cesar, la angustia y el dolor parecían tan mios, pero al ver a mi mejor amiga Diana a mi lado, me di cuenta que estaba a salvo y que otra vez, todo había sido solo un sueño.
-Ay Em...¿otra vez ese sueño? ...¡Tranquila aquí estoy para defenderte! - dijo divertida
-Si otra vez, y de nuevo parecía...tan real.- dije con un dejo de tristeza
- Ven... vamos a desayunar, tenemos un día muy largo- dijo mientras salía de mi habitación.
Me levanté mientras me desperezaba, me metí al baño para relajarme y quitar esta angustia, al salir de la ducha, sequé mi cabello, me puse unos jeans azules, una blusa blanca, unas cómodas zapatillas blancas y me dirigí a la cocina a probar el desayuno prometido por Diana.
Vivimos en un departamento pequeño, donde hemos compartido muchas cosas, nos hemos apoyado, tanto en los estudios como en la vida cotidiana, y ni hablar de la amorosa, hace un mes terminé con mi novio Daniel, con el que salí durante cuatro años, pero resulta que un día se dio cuenta que necesitaba un poco de espacio según él, fue entonces que descubrí que el muy maldito me estaba engañando hace varios meses, con una compañera de clases, para mi fue muy difícil sobrellevarlo, pero esta hermosa e incondicional amiga loca que tengo nunca me dejo sola, y aquí estamos, hace dos semanas terminamos nuestra carrera en finanzas, yo graduada con excelentes calificaciones y Diana...con algunas distracciones, también obtuvo muy buenos resultados.
Decidí invitar a mi amiga a pasar Navidad y Año Nuevo en casa y ella aceptó encantada. Durante estos años, se ha convertido en parte de mi familia, es esa persona que con solo un abrazo en silencio, puede reconfortarte y con sus locuras logra sacarte una sonrisa fácilmente, es la hermana que la vida me regaló.
Crecí en una familia rodeada de tres hermanos mayores, siempre protegida, amada, mi papá es el Presidente de una empresa que lleva más de cinco generaciones en nuestra familia, mamá es una gran cirujana y además siempre está ocupándose de todo en casa, pero en sus ratos libres, se relaja entre sus cuadros y melodías en el piano, que llenan de alegría nuestra casa, mis hermanos los dos mayores están casados, son excelentes abogados y juntos tienen un prestigioso bufete, mi otro hermano, un soltero casi libertino, se dedicó a la medicina como mamá y está haciendo una muy buena carrera, teniendo una gran maestra en casa, y por supuesto no podía olvidarme de mi abuela Helena, la madre de mi padre, una mujer maravillosa, ella es quien a dedicado su tiempo a malcriar a sus nietos, pero por fin después de un año lleno de exámenes y responsabilidades puedo pensar en tomarme unas merecidas vacaciones con mi familia.
Estamos preparando el equipaje, Diana como nunca preparó todo rapidísimo, está tan ansiosa como yo de empezar estas vacaciones y pasar las fiestas juntas será genial. Tomamos un taxi al aeropuerto y mi amiga no para de hacer planes, yo solo tengo en mi mente el momento en que finalmente esté en casa.
Después de unas horas de vuelo, escucho que el Comandante nos anuncia que hemos llegado a nuestro destino, suspiro con alivio y alegría, bajamos del avión y luego de retirar nuestro equipaje, nos encaminamos a la salida cuando veo a lo lejos a una hermosa mujer de cabellos castaños, ojos azules junto a un hombre alto, apuesto, de cabello negro ondulado que ya peina algunos hilos de plata, que le quedan muy bien, ambos agitando su mano, y en ese momento me invade una gran emoción, que me lleva a su encuentro, son ellos mamá y papá vinieron por mi, y me fundó en un inmenso y casi eterno abrazo
-¡Hija que alegría tenerte de regreso! No te imaginas lo ansiosos que estábamos por verte otra vez, después que estuvimos en tu graduación el tiempo pasó tan lento...
-¡Mamá! No veía la hora de llegar, ya quiero ver a todos...y la abuela? ¿No vino?- pregunté
- Ella se quedó preparando algo especial para su niñita mimada- dijo papá mientras me abrazaba nuevamente.
- ¡¡¡Ah!!! Por cierto...ya les había contado que Diana vendría a pasar una temporada con nosotros. -dije señalando a mi amiga.
- ¡Claro que sí! ¡Pero donde están mis modales!-dijo mamá abrazando a mi amiga.
- ¡Nuestra casa es tuya, el tiempo que quieras, bienvenida!- dijo papá
-¡Gracias señor!- respondió Diana
- ¡Por favor! Solo dime Jhon... vamos a casa, deben de estar agotadas.
Al acercarnos cada ves más a casa, podía verse un fino manto blanco cubriendo los jardines y allí estaba, casi al final de la calle, una imponente casa blanca, de techos negros, rodeada de vegetación, el camino empedrado invita a rodear la hermosa fuente que custodia la gran puerta de madera y vidrio labrado, cuando al abrirse me permite ver a mi amada abuela recibiéndome con los brazos abiertos, llenos de amor solo para mi, voy a encontrarme con su cálido abrazo, su dulce mirada azul y sus tiernos besos, que tanto añoro.
-¡Mi bella Ania! ¡Mi pequeña princesa! ¡Por fin estás aquí!- pero entremos que hace mucho frío, te prepare tu pastel favorito de banana y un delicioso chocolate caliente para merendar- ¡Vamos pasen, bienvenida Diana pasa niña, que te vas a congelar! ¡Tom se encargará del equipaje!
Pasamos a la sala y mi hermano Chris, me tomó por sorpresa en sus brazos, me levantó y me hizo girar, casi mareándome
-¡Mi hermanita favorita! ¡Que alegría verte! Se detuvo y me preguntó al oído, pícaramente
-¿Quien es tu hermosa acompañante?
Le di un golpecito en el pecho diciendo: ¡No te pases! Ella es Diana mi mejor amiga,... por supuesto que soy tu hermana favorita,...¡soy tu única hermana!
-Diana, él es mi inmaduro hermano Chris, el doctor- dije restandole importancia a su comentario .
Después de haber disfrutado de una exquisita merienda, le mostré la casa a mi amiga, la acompañé a que se instalara en una habitación al lado de la mía. Durante la cena mi amiga, se veía muy cómoda intercambiando risas y anécdotas con mi familia, divirtiéndose con ellos como si los conociera de siempre.
En los días siguientes, mis hermanos Patrick y Peter, fueron con sus esposas Claire y Kathy, por supuesto que con mis traviesos y divertidos sobrinos Andy, Tom y Nick, a los que por fin voy a poder disfrutar, mimar y consentir; mis cuñadas que no tenían ni idea de lo que pasó con Daniel, no tuvieron mejor idea que preguntar por él, ya que la Navidad pasada la compartió con nosotros, por supuesto que a ellas les conté la verdad, les dije que el desgraciado me había engañado y la verdad eso me rompió el corazón, pero mi hermana de la vida, estaba ahí para acompañarme, darme el apoyo suficiente para dar vuelta la página y mirar hacia adelante. Por eso es que mi alma y mi corazón necesitaban regresar a mi hogar, regresar al amor incondicional de mi familia, para sanar las heridas.
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Amar... A Través Del Tiempo (Escribiendo)
RomanceUn amor marcado por una trágica historia del pasado, destinado a trascender en el tiempo, en contra de todos los obstáculos, luchando con los mandatos familiares, tratando de dejar los odios atrás. ¿Podrán contra todo, para ser felices?