Amar... A Través Del Tiempo (Escribiendo)

Cap 15 REGRESO A CASA

Los débiles rayos del sol se colaban por las cortinas, acariciando mi rostro con su suave calidez, anunciando que hoy era el día, sentí su mano recorriendo tiernamente mi mejilla y al abrir los ojos me encontré con ese brillo azul, que en estos últimos días eran lo primero que veía al despertar, amo la manera en que me mira, como tratando de guardar en su memoria cada imagen de mi, lo miro y le sonrió

-Podría decir que Sr. Malcolm me está acosando.-

-Y yo podría decir, que me tienes bajo algún hechizo.- dijo sonriendo

-¿Que va a decir tu padre?-pregunté -Su mayor orgullo, el gran Alexander Malcolm, en las redes de la única mujer Winston.

-Tarde o temprano, lo tendrá que asumir, no puede manejar mi vida... y menos hacer negocios con mi libertad, porque eso es mi compromiso con Jennifer, un negocio más del Sr.Malcolm.

-¿Y ella lo acepta?-

-Para ella, la posición y las influencias lo son todo. Sabes que ni siquiera conoce este refugio de paz para mí, porque no es un lugar para una dama de su posición, ¿entiendes? Solo quiere ir a fiestas importantes, a lugares muy concurridos, donde puedan verla conmigo.

Me acerco a su pecho, me rodea con sus brazos como si no quisiera soltarme, ni dejarme escapar, aunque sinceramente no lo hubiera hecho, ese instante era tan nuestro, que me quedaría así para siempre. Al cabo de un rato suena su teléfono y vemos que es Alan.

-¡Hola! Si, entiendo. Estaremos listos... gracias amigo.- Cortó y con resignación me dijo:

-En una hora salen para acá, las condiciones para que nos busquen son óptimas, así es que volveremos a casa.

-¿Y que va a pasar ahora?... Entre nosotros digo...-pregunté curiosa

-Voy a hablar con Jennifer y mi padre, ese compromiso ya no tiene ningún sentido - me abrazó -lo voy a resolver, lo único que quiero es estar contigo y obviamente tendré que hablar con tu familia.

-No quiero que te presiones, ya tienes suficiente con tu familia, vayamos despacio de todos modos tenemos mucho tiempo para estar juntos.

Esas horas pasaron entre besos, risas y caricias, hasta que escuchamos los gritos de Alan, llamando a Alex y entró como un torbellino a la cabaña, para descubrirnos sentados en el sofá de la sala, se acercó rápidamente para envolver en un abrazo eufórico a su gran amigo

-Estaba muy preocupado, créeme que realmente me preguntaba como iban a ser estos días encerrados, solo los dos, pero veo que sobrevivieron a la convivencia. ¿Y como está tu pierna?-me pregunto dirigiendo su mirada a mi pierna.

-Bastante mejor, a pesar de nuestras diferencias, Alex se comportó de maravilla, cambió mis vendas, trato muy bien la herida y hasta tuvo que ayudarme.- dije llenando de elogios a su amigo.

-Vaya, no me hubiera imaginado que el Sr. Malcolm, tenía conocimientos de medicina-dijo riendo

-¿Te crees muy gracioso, no? Además era lo menos que podía hacer, yo la metí en este lío, y por suerte su hermano me guió para realizar las curaciones de la herida, él si es médico.

-Si ya lo sé, justamente ellos nos esperan en el pueblo, sabiendo que hoy los buscábamos, Chris quería estar para asegurarse de estuvieras bien. También están tu madre y tu abuela, bueno debemos irnos antes que la niebla vuelva a descender, el helicóptero nos espera.- dijo Alan encaminadose a la puerta.

Me giré y di una última mirada a aquella cabaña, que en los últimos días se había convertido en nuestro refugio, y en cada rincón de ella habían quedado grabados todos los momentos que compartimos, allí nació algo maravilloso, para lo que ninguno de los dos estábamos preparados, pero algo muy adentro de mi corazón me decía, que por alguna razón nuestras almas estaban destinadas a estar juntas, cuando su mano en mi hombro y un susurro me volvió a la realidad.

-Ania,...Todo va a estar bien, te lo prometo, no te vas a librar de mi- dijo mientras dejaba un tierno beso en mi mejilla y sonreí ilusionada.

Cuando salí y me dirigí al helicóptero que nos esperaba, Alan nos observaba con una expresión de asombro, picardía y complicidad, a lo que añadió

-¿Creo que me perdí de algunas cosas, no?

Alex lo escucho y lo silenció con la mirada

-Esta bien, olvídense de mi comentario entrometido y mejor vámonos, que sus familias están ansiosos por verlos.

Al llegar, parte de mi familia estaba ahí, cuando baje se abalanzaron sobre mi llenándome de abrazos y preguntas que me aturdían, sin darme cuenta estaba en la camioneta de Chris, que revisaba mi pierna con la supervisión de mamá.

-Está sanando muy bien, no hay infección, pero tendrás una marca por un tiempo... por lo que veo Malcolm hizo un buen trabajo.- dijo Chris.

- Si, y se portó como un caballero, a pesar de mi actitud un tanto grosera- aseguré

-Yo se lo advertí- bromeo Chris- Pobre hombre, convivir contigo, se ganó el cielo.

-No te burles, para mi no fue fácil, ni siquiera lo conocía y de repente era la única persona a la que podía acudir... ¿donde fue mamá y la abuela?

-Están con él... era necesario darle las gracias personalmente.

De repente abrieron la puerta y eran ellas

-Hija alguien quiere despedirse... se amable por favor- dijo mamá.

-¿Creíste que me iría sin despedirme? Su voz me tranquilizó y me lleno de alegría.

-No, sólo pensé que estarías feliz de librarte de mi- dije irónicamente

-Pues no señorita... le decía a su madre y su abuela... que fue un placer cuidar de la joya más valiosa de su familia... espero verla pronto...en la empresa por supuesto- dijo mirándome con esos ojos en los que me perdía, tomó mi mano y la besó, provocando un sinfín de sensaciones en mi.

Lo miré y sonreí conteniendo las inmensas ganas de tomar su rostro entre mis manos y asaltar sus labios con una pasión desenfrenada.

Al recordar que en el asiento delantero estaba mi abuela mirando muy atentamente nuestra escena, le hice un gesto a él para que no cometa ninguna indiscreción, al tiempo que mi abuela se aclaraba la garganta, diciendo

-Bueno, bueno, será mejor que nos dirijamos a casa, creo que ambos necesitan descansar de estos días tan agitados- dijo

Este último comentario hizo que me sonrojara, de inmediato. Nos separamos y cada uno emprendió el regreso a casa.