Cap 11 DERRIBANDO BARRERAS

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Luego de lo que pasó anoche, noté que Alex está un poco distante, preparó el desayuno me trajo mi café al sofá donde he dormido, pero el regresó a la cocina.
-Ania, voy a estar afuera, hay algunas cosas que debo revisar,...¿vas a estar bien?- dijo poniendo excusas para no estar en la casa
-Si tranquilo, estaré bien. - dije un poco decepcionada.
Pasada unas horas regresó, comimos algo que cociné y volvió a salir sin dar muchas explicaciones, en realidad ninguna. Las horas pasan y escucho que hace algunas tareas afuera, pero ya debe estar haciendo mucho frío y no puede seguir allá afuera. Cuando por fin decidió entrar, estaba cubierto de nieve y su ropa estaba algo húmeda.
-¡Mira como estás! Ve a darte un baño caliente, pronto estará lista la comida.- dije tímidamente.
-Huele muy bien,... gracias- dijo en vos baja
-¿Gracias? Yo debo darte las gracias a ti,...y pensé que hacer el guisado de mi abuela era una buena manera.- dije sonriendole
-Claro, dame cinco minutos.
Preparé la mesa para ambos, él apareció y se sentó en su lugar, le serví y sin decir nada comenzó a comer, hasta que por fin decidió decir algo
-Está muy rico, tienes buena mano para la cocina. -dijo sonriendo
-Gracias,...¿Sabes?... si vamos a estar así hasta que nos busquen, esto será muy incómodo, no puedes estar todo el día afuera para evitarme, además... olvídalo. - dije enojada.
-No dime-
-No quiero estar sola,...al menos antes nos hablábamos, nos hacíamos compañía y si sigues afuera con este clima te vas a enfermar- dije y unas lágrimas cayeron de mis ojos, que al notarlo, me levanté y me fui al baño, fue ahí cuando me di cuenta que su indiferencia me dolía, abrí la ducha y me metí, estuve por varios minutos dejando que el agua caliente cayera por mi cuerpo para relajarme, cuando finalmente decidí salir, creí que Alex ya se habría ido a dormir, me envolví en una toalla y al buscar mi ropa en la valija, escuché.
-¿En serio Ania? ¿Vas a pasearte así por la casa?- dijo reclamandome sentado en el sofá junto a la chimenea.
-Pensé que ya te habías ido a tu cuarto, por eso salí asi- dije sosteniendo muy bien mi toalla.
-Me quedé porque pensé en lo que dijiste, y tienes razón, solo somos tu y yo, pero francamente contigo así, no puedo concentrarme.- dijo bufando
-¿No puedes concentrarte? -dije provocándolo- Bueno entonces iré a vestirme así podremos hablar.
Me detiene y siento su mano en mi hombro desnudo, lo que me estremece, volteó y lo miro a los ojos, que están más azules que nunca, sus labios son una tentación irresistible, sobretodo después de haberlos probado, sin darme cuenta muerdo mi labio de solo recordarlo.
-Por favor, ...Ania,...no hagas eso- dice cerrando los ojos.
-¿Eso que?- pregunto
-Morderte el labio como lo estas haciendo-
-¿Porqué?-dije con picardía
Me tomó por la cintura y se acercó peligrosamente a mi, tomó mis mejillas con sus manos y me besó, sus labios me devoraban con ansias, su lengua jugaba dentro de mi boca y yo me aferré a su cuello, para no dejarlo ir, perdíamos la razón poco a poco, nuestros sentidos se abandonaban al placer que sentíamos, cuando el nuevamente se apartó de mi con la respiración entrecortada, acercandome a su cuerpo, pude sentir su excitación contra mi, intentando controlar sus deseos dijo -Ania, por favor, me vuelves loco, si continúas, no podré resistirme.-

-No quiero que te resistas- dije besando sus labios suavemente.

Me tomó en sus brazos, me llevó a la habitación, me recostó lentamente en la cama, dejó un beso suave en mis labios y mirándome a los ojos preguntó
- ¿Estás segura?- asenti acercando su cuerpo al mío, con movimientos suaves se deshizo una a una de las prendas que cubrían su cuerpo, mientras lo observaba, retiró la toalla que me cubria dejando mis pechos a merced de sus caricias, dibujando con sus manos un camino hasta mis caderas, para quedar totalmente desnuda frente a él, sus ojos me recorrían ardiendo de deseo, su boca se encontró con la mía, su lengua jugaba con la mía, sus besos recorrian mi cuello hasta llegar a mis pechos, para saborearlos uno a uno, mientras gemia de placer, los abandona para buscar un condón, mi espalda se arquea, y sedienta de placer le pido
- quiero ser tuya Alex- se coloca el condón y besa la parte interna de mis muslos, subiendo por mi vientre hasta llegar a mi boca, dejando un camino de besos ardientes, sus piernas separan suavemente las mías, para hundirse dentro de mi, abrazo sus caderas con mis piernas, provocando una nueva embestida, gimiendo de placer, pidiendo que no se detenga, mis uñas bajan por su espalda aferradandome a él en cada movimiento, despertando un fuego en mi interior que nunca había sentido, con cada beso o caricia que me da, excita todo mi ser, llevándome a nublar mis sentidos. Busca mi boca apasionadamente, su mirada embriagada de placer encuentra la mía para llegar juntos al punto máximo del placer, tensando cada músculo de nuestros cuerpos, exhalando un gemido al unísono, repleto de gozo, para finalmente desplomarse sobre mi hundiendo su rostro en mi cuello, dejando suaves besos sobre mi. Después de recuperar el aliento, se dirigió al baño y ahí en soledad, tomé conciencia de lo que había pasado entre los dos, al regresar se recuesta a mi lado, rozando su desnudez con la mía, besa mi cuello susurrando.
- creo que me estoy enamorando- lo miro y digo
- Alex, creo que acabamos de traspasar algunas barreras prohibidas.
-No me importa, quiero disfrutar este momento contigo y no pensar en nada más.
Me dormí, abrazada a su cuerpo, y otra vez, viene a mi ese sueño recurrente, donde tratamos de huir, nos atrapan y todo termina trágicamente, me despierto asustada y por supuesto Alex también, abrazandome y tratando de calmarme, pero hasta ese momento no me había dado cuenta que él, se parecía mucho al hombre de mi sueño, me confundía un poco el hecho de haber soñado por tanto tiempo con alguien que después conocí, como si ese sueño hubiera sido una premonición ¿acaso ese también era nuestro destino? no quería pensar en eso ahora, prefería dormir entre sus brazos.

Amar... A Través Del Tiempo (Escribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora