Capítulo VI

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|Somebody to love - queen|

Toda la vida me sentí algo opacada por Paris. Ella siempre había sido la más social de las dos, la más coqueta, la más bonita, y no quería seguir enumerando, ya que mi autoestima se iría al piso. Cuando ella era adolescente, mis padres la perseguían porque se la vivía metida en problemas, y yo quedaba de lado. Veía su preocupación, mientras mi hermana estaba en una fiesta en donde sabe quién.

Esa era una de las razones por las que no me gustaba meterme en problemas. Tampoco me fascinaba ser el centro de atención, pasar desapercibida me hacía sentir bien. Aunque no quita el hecho de qué siempre me pregunté qué hubiera pasado si viviera la vida como mi hermana...

Esos eran los pensamientos que salían a la luz cuando limpiaba, sacaba mi lado más profundo o esquizofrénico, como lo quieran ver. Mi abuela nos mandó a quedarnos en la casa a organizarla Paris, el abuelo y yo. Ella se iba a encargar de la panadería. Y por muy raro que fuera, mis papás no llegaron el día anterior, enviaron un mensaje diciendo que regresarían al otro día.

Cuando terminé quedé bastante exhausta por limpiar los baños y doblar la ropa, pero preferí no quejarme, hubiera podido ser peor, por lo menos Paris se encargaba del trabajo más pesado, y mi abuelo decidió ambientar con rock en español toda la casa para limpiar el garaje y la cocina.

Después de guardar la última prenda de ropa me tiré en el mueble junto a mi abuelo que ya había terminado sus cosas y estaba leyendo un libro. Solté un suspiro de alivio, exagerando un poco mi cansancio.

-Casi no estás siendo dramática -dijo mi abuelo pasando la página de la obra en sus manos, era "La Odisea".

-Ya has leído ese libro miles de veces -dije cambiando el tema.

-¿Y? Tu ni lees.

-Prefiero escuchar podcasts. -Me golpeó la cabeza con el libro. No me dolió mucho, pero igual me quejé y me llevé la mano a la cabeza.

-¡Au! ¿Y eso por qué?

-Porque no me has contado de ayer. Yo que tenía pensado comprarte un vinilo de la edición limitada de tu álbum favorito de "Queen", pero como no me cuentas nada -dijo con tono cizañero. Yo abrí mis ojos sorprendida. Quería comprarlo desde que empezó el verano, pero no había podido ahorrar el dinero completo, era muy caro y ya se había agotado el tiempo de la venta oficial.

-Abuelo, me tienes que dar ese vinilo. -Le tomé el brazo y mantuve mi mirada fija en sus ojos, pero me ignoró. Se limitó a abrir su libro.

-La oferta expiró. -Siguió leyendo- Como no me cuentas nada...

En su tono se notaba un poco de burla.

-No, no. Yo si te cuento. Me pasó de todo ayer. ¿Podemos hablar en el garaje? -Me sentí algo observada; me daba miedo que en algún momento llegara mi padre y me regañara.

Me vió por el reojo y luego dejó el libro en su regazo

-Tienes mi atención. -Me levanté y me siguió hasta su lugar sagrado-Déjame ponerme cómodo.

Puso jazz en el tocadiscos para ambientar, también se sentó en su mueble que lo cambió de lugar y lo reclinó.

-¿Traigo café también? -Pregunté con sarcasmo. Se encogió de hombros.

Ese maldito verano [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora