Parte 15

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|HARRY|

El cementerio de mis pesadillas.

— ¿Será esta alguna clase de prueba final? —cuestionó Cedric observando el lugar.

Vicky lucía igual que yo, ella también sabía dónde estábamos, incluso diría más que yo.

— Vicky, ¿Dónde estamos?

No respondió. Ella estaba completamente muda, contemplaba una tumba que al observar también me quedé inmóvil.

TOM RIDDLE
1905-1943

— Debemos irnos —murmure con mi mente mandándole órdenes a mi cuerpo para que reaccionara, pero no respondió.

Todo empeoró cuando de una puerta salió Colagusano, mi cicatriz ardió como si tuviese fuego en la cabeza y empecé a gritar.

Vicky seguía sin reaccionar, tenía una expresión de terror que no podía ignorar.

— ¡Harry! —exclamó Cedric acercándose a mí, que ya estaba en el suelo por el dolor— ¿Qué te pasa?

— Váyanse, tomen la copa.

— No nos iremos sin ti.

Colagusano se acercaba y Cedric le apuntó con la varita.

— ¿Quién es y qué quiere?

— Cedric... —susurró Vicky.

— Mata al intruso —dijo una voz que me temía reconocer.

— Avada Kedavra.

Y un rayo verde fue lanzado contra Cedric que cayó al suelo muerto de inmediato.

Vicky soltó un grito de horror y se arrodilló junto a él.

— Cedric, despierta por favor... ¡Despierta! —gritaba alterada mientras lloraba.

En seguida Petigrew me levantó con su varita e hizo que la estatua me aprisionara.

¿Por qué a Vicky no le hacía nada? Y además... ¿Por qué ella tampoco hacía nada para que huyeramos?

|VICKY|

Cedric estaba muerto. No podía creerlo.

— Por favor despierta, por favor —seguía suplicando aunque sabía que no sucedería nada.

— ¡Vicky! ¡Vete! —exclamaba Harry que estaba siendo torturado por Colagusano, quien arrojó algo a un caldero que no pude identificar a simple vista pero sabía perfectamente qué o quién era.

Y entonces tomó la sangre de Harry, el mismo que gritaba y gemía de dolor, para que enseguida el caldero tomara una forma humana, una que nunca quise conocer y la que me hacía tener pesadillas todas las noches.

Tomó aire y se acarició la cabeza. Era él. Soltó algunas risas y se acercó a Colagusano para que le diese su varita. La que en seguida tocó la cicatriz y con eso llamó a todos los mortifagos, incluyendome.

— Amigos míos. He vuelto.

— Lord Voldemort —murmuró Harry aún atrapado.

— Me alegra que todos estemos aquí reunidos, sobre todo con ese invitado tan especial... Harry Potter.

Mi mirada se quedó fija en uno de los mortifagos. Uno que también estaba mirándome y podíamos reconocernos con facilidad, fue el que me había visto crecer.

— Finalmente puedo tocarte —Voldemort acercaba su mano a la cicatriz de Harry y él solo gritaba de dolor.

— ¡Déjalo! —exclamé.

— Vaya... Vaya... Miren quién tenemos aquí.

— No le hagas daño —suplicó Harry intentando soltarse sin éxito.

— ¿Cómo podría hacerle daño si... Oh, ya entiendo —respondió el señor tenebroso dirigiéndose a mí.

Tomó bruscamente mi brazo y me llevó frente a Harry.

— No lo entiendes, ¿verdad, Potter?

— ¿Entender qué?

Voldemort tomó mi cara con fuerza para que mirara a Harry, quien al parecer aún no captaba la situación.

— Supongo que ya la conoces, pero la presentaré a mi manera. Te presento a la popularmente conocida Vicky Lestrange, hija de Bellatrix... Pero miranos con más atención —apretó mis cachetes con más fuerza y lágrimas comenzaron a brotar.

No quería que lo entendiese, pero ya era tarde y sus cables debían estar atandose.

— No lo entiendo... No... Tu padre es...

— Exacto —exclamó Voldemort con esa voz escalofriante para en seguida dejarme caer al suelo—. Su nombre real debería ser Vicky Riddle, hija del más poderoso mago de todos los tiempos. Vicky querida, ¿No le dijiste a Potter la verdad sobre nuestro parentesco?

— Vicky, ¿Es verdad? —preguntó con una lágrima resbalando su rostro.

— Harry, intenté decírtelo...

— Eso ya no importa. Ahora con mi primogénita aquí conmigo podré finalmente derrotar al que debió morir hace muchos años.

La estatua finalmente soltó a Harry que cayó bruscamente junto a mí.

— Harry, lo siento, yo...

— Toma tu varita, Potter, que mi hija y yo acabaremos contigo.

Harry agarró su varita y me miraba de reojo, yo estaba inmóvil viendo como en menos de dos segundos Voldemort tiró su primer hechizo contra Harry.

— ¿Qué pasa, querido Potter? No me quiero imaginar cuánto te va a costar cuando tengas a dos Riddles contra ti... Vicky, ¿Qué esperas?

— No —contesté apuntandole con mi varita—. No haré esto.

Su rostro se transformó, la ira denotó en él y de inmediato me tiró un hechizo a mí que por suerte pude bloquear.

— ¿Crees que naciste con algún propósito además de...

Harry aprovechó para atacar y Voldemort no pudo hacer nada.

— Vicky, hazte del otro lado.

Me alejé unos metros y ambos lanzamos un hechizo, pero mi... Padre también lo hizo, dos rayos chocando contra uno más fuerte.

— Harry... No aguantaré mucho más.

Pero él no estaba poniéndome atención. Hablaba aparentemente solo.

— ¡Harry!

— ¡Préstame atención! Cuando cuente tres correremos al cuerpo de Cedric y tomaremos la copa.

— ¡¿Así nada más?! Vamos a...

— ¡Confía en mí! —dijo mirándome con esos ojos que me ablandaban el corazón y yo asentí con la cabeza.

— Uno... Dos... ¡Tres!

Después de la cuenta lenta corrí junto a Cedric, pero Harry aún no soltaba la varita.

— ¡Harry!

Después de unos segundos la soltó, me dio la mano y con la otra tomó la copa.

Todo volvió a dar vueltas a nuestro alrededor hasta que estuvimos nuevamente en la mitad del torneo, donde al aparecer todos nos vitorearon, pero yo rompí en llanto sabiendo todo lo que había acabado de suceder.

Mi rostro estaba fundido en el pecho de Cedric, susurré que lo sentía muchísimo, debimos habernos ido cuando supimos que no era un buen lugar, también le agradecí porque fue uno de los que nunca me juzgó y siempre estaba con una sonrisa.

Los demás no se tardaron tanto en darse cuenta de lo que en serio estaba sucediendo.

Cedric Diggory había muerto. O aún peor, había sido asesinado.

Su padre llegó corriendo y también se rompió a llorar. Sentí unas manos que me intentaron apartar de Cedric, pero quien hubiese sido hizo contacto con la marca de los mortifagos, la que me causó un ardor tan fuerte que me hizo desmayar al instante.

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⏰ Última actualización: Feb 08 ⏰

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