|VICKY|
Salí de la biblioteca tan pronto como pude pero Hermione me detuvo en el pasillo.
— Vicky, necesito tu ayuda, Krum...
— Te ha invitado al baile y has aceptado.
— Si, y no sé...
— Qué ponerte, yo te ayudaré. ¿Después del almuerzo?
— Sí, nos vemos en el baño de Myrtle La Llorona. ¡Gracias, gracias, gracias!
Así la vi alejarse entusiasmada.
— Vicky, es bueno verte —dijo una voz a mis espaldas.
— Cedric, diría lo mismo pero te veo en todas las insignias.
— Puede ser algo molesto, lo admito. Quería preguntarte, ¿ya has descifrado la pista de la siguiente prueba?
— En teoría, algo me dice que debes preparar tu traje de baño.
— ¿Qué? ¿Por qué lo dices? Al abrirlo sólo se oyen unos chillidos insoportables.
— Es sirenio, el lenguaje de las sirenas, intenté aprenderlo hace unos años. No he podido entender muy bien lo que dice, solo he identificado las palabras: Voces, buscar, amar, ¿o cazar? No lo sé, es un lenguaje muy difícil.
— Ya veo, pero debe haber alguna forma de que sea entendible a los que no sabemos nada de sirenio.
— Una vez leí que solo podía ser entendido bajo el agua, pero ir al lago negro puede ser riesgoso, aunque algo me dice que ahí puede ser la próxima prueba.
— No hay que ir allí, en el baño de menesteres puede hacerse.
— No lo sabía, pero ahora ya lo sé... —comenté graciosa, lo siguiente era tomar aire porque lo que iba a pronunciar era más complicado de lo que parecía—. Cedric, quería saber si querías ir al baile de navidad conmigo.
La invitación lo tomó por sorpresa. Sonrió encantador.
— Wow... Emm... Aceptaría encantado, pero ya tengo una cita.
— Oh, lo siento... Yo, tal vez en otra ocasión.
— Si, ojalá hagan un baile de primavera para invitarte antes que nadie.
Sonreímos divertidos.
— Aunque creí que ibas a invitar a Potter.
— ¿Por qué creíste eso?
— Porque no soy tonto, he visto cómo te mira y cómo lo miras. Es gracioso que conecten tan bien, ya sabes, tú siendo hija de una mortifaga tan importante y él hijo de... Bueno, de los enemigos más grande de quién-tú-sabes.
— Divertido, si.
(...)
Toqué la puerta y escuché la voz de la anciana cediendome a pasar.
— Señorita Lestrange, un gusto verla —saludó McGonagall organizando algunos libros.
— Lo mismo digo, profesora.
— Bueno, vamos al grano, tengo un par de cosas que hacer —dijo algo distraída—. Así que, evidentemente, eres animaga, te transformas en un felino, como yo, pero el tamaño es un poco diferente claramente. ¿Puedes convertirte en este momento si te lo pido?
— No lo sé, no me transformo muy seguido.
— A ver, inténtelo.
Dejé mi mochila en el suelo y me quedé mirando a un punto fijo en el suelo. Segundos después sentí mi cuerpo estirar y finalmente vi a la profesora McGonagall un poco más alta que yo.
— Vuelva a su forma natural por favor.
Mis patas se aferraron al suelo con presión y con lentitud pude lograr a mi versión humana.
— Sabes manejarlo al parecer, ¿no es así?
Asentí con algo de terror a lo que diría.
— Pero en momentos de sentimientos fuertes no sabes controlarlo, ¿me equivoco?
— En lo absoluto. Cuando era niña y lloraba terminaba convirtiendome en un león, claro que más pequeño, ya después cuando estaba asustada o me sentía nerviosa.
— Bellatrix no es animaga, así que de su parte no heredaste esta habilidad, ¿pero qué hay de tu padre?
— Tampoco lo era.
Rogué para que no me preguntara quién era mi padre o algo similar. En seguida solo me hizo algunas preguntas de algunos sucesos relacionadas con mis transformaciones anteriores y después me dejó ir.
Ya era hora de ir a la cama, pero me tuve que detener por el ardor que me causó en el antebrazo. Mi tatuaje comenzó a arderme y lo odié más que a nada.
Cerré los ojos y pedí internamente que se detuviese. Las visiones atacaron incesantemente y no pude reconocer ni una más que una audiencia mágica en contra de Karkarov. Donde el realmente afectado era el hijo de Barty Crouch. Barty Crouch Jr.
Finalmente el dolor cesó. El ardor en el brazo me había hecho tirarme al suelo y cuando levanté la mirada vi al profesor Moody frente a mí.
— Ya debería estar usted en la cama.
— Iba en camino.
— ¿Podría hacerme un favor? Regresar este libro a la biblioteca —dijo con su voz casposa y ofreciéndome un libro azul.
— Claro, profesor.
— Es muy bueno, se lo recomiendo. Que descanse, señorita Lestrange.
Y se alejó cojeando.
Leí la portada del libro y pude deducir que era un libro de conjuros. De esos que leías en voz alta.
Esa rama de la magia nunca me interesó realmente, así que procuré entregarlo con rapidez, sin embargo, en el camino una hoja cayó de él, estaba en blanco, pero lo importante era la página en que había quedado.
“Conjuros acuáticos”
Sonreí y arranqué la página del libro para dejarlo con disimulo en la biblioteca.

ESTÁS LEYENDO
Amores Que Salvan
Fanfiction«El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca..., Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Y el Señor Tenebroso lo señalará como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tene...