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Era muy temprano por la mañana, y como era usual, su humor no era diferente al más bajo de todos

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Era muy temprano por la mañana, y como era usual, su humor no era diferente al más bajo de todos.

Rin se sintió asqueroso, habiendo notado que esa madrugada no se cruzó con la fastidiosa (c/c) ni por un solo momento.
La simple falta de su presencia provocaba un extraño desequilibrio en su rutina diaria. Mientras los demás alumnos continuaban con sus quehaceres, Rin se encontraba inusualmente distraído, su mente vagando hacia pensamientos que no podía explicar.

Incluso había llegado al salón de clases antes que todos, cuando nunca le importó la escuela como para llegar primero.
Pensó que lo era, cuando un chico salió del salón chocando su hombro con el de él. Cruzaron miradas por un instante, fastidiados por el choque, pero el contrario no dijo nada y salió del salón.

Nunca lo había visto en su vida, aseguraba que era un NPC más que no era importante ni siquiera en tenerlo en cuenta. Aunque ni siquiera recordaba su rostro ni un poco como para relacionarlo con alguno de sus irritantes compañeros de clases. El chico desapareció por el pasillo, y el salón quedó vacío nuevamente a excepción de él.

Chasqueó la lengua con fastidio para continuar con su camino a su asiento, con la intención de ponerse los auriculares y dejar que el tiempo pasara y concentrarse en más estrategias para destruir a su hermano mayor.
Sus ojos turquesa notaron el llamativo paquete rojo sobre una mesa unos asientos delante de él, era la única mesa que tenía algo encima, y no había nadie más.

Contó los asientos en su mente y reconoció que era el asiento de (T/A) (T/N). Se aproximó, de alguna manera atraído por la particularidad, al parecer otro estudiante de verdad se había metido en el aula vacía para dejársela a su compañera. Una caja roja de galletas de chocolate descansando sobre la superficie de madera, con una nota pegada a esta.

Mejórate”, escrito con una caligrafía perfecta en cuanto a los kanjis.
El chasqueó la lengua. Solo podía pensar en que era basura.

Regresó a su asiento y se puso los auriculares, subiendo el volumen al máximo, cerró los ojos, permitiendo que el sonido estéreo de la música fuera lo único que ocupara su mente.
No le daba importancia a quienes entraban al salón.
Mientras más se acercaba el horario correspondiente de clases, la gente iba llegando a acomodarse en sus propios lugares. La primera clase era matemáticas, y no podía interesarle menos, de todos modos, los profesores no parecían notar que casi siempre tenía los auriculares puestos.

Aún con los ojos cerrados podía sentir el movimiento a su alrededor. Respiró tranquilo, apoyando su codo sobre la mesa y su mejilla en la mano.
Nadie lo molestaba, ni volteaba a interrumpir al rededor de su burbuja de acero, era como él deseaba que fuera. La mañana era extrañamente tranquila por alguna razón, como si las cosas fueran igual que hace meses atrás en donde su paciencia no fuera probada cada segundo de su vida.

Había gente a su alrededor, con solo abrir los ojos podía comprobarlo, pero a pesar de ello se sentía silencioso.
Sus orbes turquesa se movieron de manera involuntaria, escaneando los rostros de los ya presentes, solo para encontrar a el usual grupo de idiotas escandalosos de su salón de clases rodeando un asiento vacío y mirando aquella caja roja de manera conflictiva, para luego girar a hablar con otras personas mientras señalaba la caja.

« Turquoise » [Itoshi Rin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora