Lo siento

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-Que mal, porque fue tu culpa de todas maneras- le respondí y me giré a mi lugar.

Nuevamente la conversación pudo terminar ahí, pero tal vez sonó como un intento más para refutarse o justificarse conmigo.

-Yo intenté en lo posible no entrometerme con tu mejor amiga, o bueno...tu ex mejor amiga, ni siquiera sé si fueron algo así- dijo a mis espaldas y suspiró.

No tenía ganas de hablar, con él, ni con nadie; sólo recostar mi cabeza y dejar que el tiempo pasase hasta la hora de receso. Pero sucedió, giré mi cabeza y casi entre dientes respondí.

-No te creo- dije seca mientras la cara de confusión de James aparecía en su rostro.

-¿Sabes por qué?- seguí para responderme la pregunta- porque si tanto NO querías entrometerte con ella, te hubieras alejado desde un principio, o tal vez nunca le hubieras respondido en WhatsApp, ni en persona, ni mucho menos haberle confiado nuestros secretos, nuestras anécdotas, ni tu tiempo, pero así eres y nadie puede cambiarte- y me giré bruscamente.

En mis adentros siempre estuve arrepintiéndome de haberle pasado el número de James a Jules, pero sabía que no podía odiarlo, uno no controla el corazón, pero si hubiera sido así me lo hubiera ahorrado todo, hasta ese punto.

-Lo siento- se limitó a decir James.

Me quedé observándolo, tenía la piel blanca, los ojos cafés y las pestañas largas, el cabello era negro, demasiado negro, tanto que destacaban más sus ojos, mientras que sus cejas se mantenían escondidas bajo los largos mechones que de su frente caían. Por otro lado, ya detallándolo más de cerca pude notal algo, una mirada caída, llena de ¿arrepentimiento?

-No jodas- dije - Sabes que ya es tarde para eso, ¿no?

-Lo sé, pero era algo que tenía que decirlo hace mucho tiempo. Me dejaste de hablar y eso...me hizo sentir mucho más culpable, y tienes razón, en primer lugar no me tuve que involucrar con ella si tanto te quería a ti- por fin dijo.

Si pudiera gritarle en ese preciso momento lo hubiera hecho, pero primero, se vería mal, y en segundo lugar, yo no soy así. Pero, tampoco soy una idiota, ni benevolente, ni compasiva en estos casos.

 James... me hizo mucho daño sin siquiera darse cuenta, y yo preferí dejarlo ir como último acto de amor, y no es que no lo amé como muchos piensan, pero ya había luchado por él, y no fue suficiente.

No le hablé a James en todo el día, simplemente lo vi paseando con personas distintas en el trascurso del día, él siempre fue así, de un lado a otro, como aquella brisa que vaga por la tierra. ANYWAYS. La vida sigue, sino pudiste estar con el chico que te gusta, está bien, tampoco es que se vaya a acabar el mundo, para eso tengo a mis amigas, ellas son más que suficientes a diferencia de un chico, tal vez no de la manera romántica, pero de una manera similar, ellas me aman y yo a ellas, y siempre contábamos las unas a las otras en las buenas y las malas. 

Estaba tan sumida en mis cabeza escribiendo mis monólogos en el celular que se me olvidó que estaba caminando junto a ellas en el recreo, entrelazando brazos con todas (parecíamos una cadena humana) cuando sentí un gran golpe seguido de un chorro cayendo sobre mi pecho.

-¡LIZ!- había gritado James.

-¿QUÉ MIERDA?- grité mirándome el uniforme.

Al parecer estaban los chicos jugando fútbol y alguno pateó el balón muy fuerte, tan fuerte que para la mala suerte de Audrey su Coca-Cola tuvo que pagar las consecuencias, y eso no es todo, porque en ese charco también me bañé, toda la Coca-Cola había caído en mi uniforme.

James vino inmediatamente a pedirme disculpas, pero yo era consiente con las demás chicas de aquel colegio que jugar futbol en hora de recreo estaba prohibido POR situaciones parecidas a la que me acababa de suceder. Así que hice lo más normal que hace una chica después que la golpean con un balón. Explotar.

-JAMES QUE CARAJOS TE PASA?!!¿QUE VERGA TE SUCEDE?!¿ERES TAN DESPRECIABLE, TANTAS MALDITAS PERSONAS A QUIEN GOLPEAR Y ESCOGES A AUDREY! ¡ACASO NO TIENES OJOS?!¡IDIOTA!

-Pero cálmate Liz- me decía Audrey susurrando, más preocupada por recoger la botella de su gaseosa favorita que por mi uniforme sucio.

-NO ME DIGAS QUE ME CALME, SI TE HUBIERA CAIDO  LA GASEOSA A TI POR CULPA DE ESTE ASQUEROSO Y  CASANOVA DE HOMBRE NO ESTUVIERAS ASÍ!!- creo que estaba perdiendo el control.

-Liz- me tapó la boca con sus grandes manos.

-MUMEMREMTE-dije entre ahogos.

James me tomó del hombro izquierdo y me llevó a un rincón apartados de las miradas chismosas a nuestro alrededor. Él aún tenía su mano derecha en mi boca, así que con todo el rencor lo mordí.

-Ya- se miró la mano- lo siento.

-Recuerdas que eso estaba prohibido, andas de suerte que no te vio la coordinadora-

-¿Por qué reaccionaste así?¿me detestas?-

-Creo que sí- pausé- No eres del tipo de persona que me gusta asociarme, ni como compañero, ni amigo.

-Está bien- dijo recaído- si quieres que salga de tu vida, eso haré.

Turner me había soltado, tal vez le dolió mucho lo antipática que fui con él hace un momento, pero fue así, tampoco actué de la manera correcta, sólo...no lo quería más en mi vida.

-Perdóname- en serio me costaba aceptar mis errores, pero tenía que hacerlo- solo que el golpe me sacó de casillas.

-Y .. eso significa?- preguntó.

-No sé que respuesta esperas, pero solo sé algo, no te quiero como antes, por todo lo que pasó y puede sonar inmaduro porque sucedió hace dos años, y ya es pasado, haz tu vida sin involucrarme, no quiero odiarte, porque no puedo odiarte, no me sale odiarte, ni porque me apuñalaras te odiaría, sabes que yo no soy así.

-Lo sé, eres alguien generosa y con un gran corazón, pero en serio, no quería hacerte daño.

-Solo quiero hacerte una pregunta.

-Dime- respondió.

-Explícame ¿Qué pasó con ella? o ¿Qué pasó conmigo?- arrastré por fin esas palabras.

-No lo sé- casi sentí una punzada en el pecho, pero sabía que pasaría- contigo me sentía bien, vivo, y sabías lo que sentía, cada vez que me sujetabas mi mano o cada vez que te acercabas, lo sabías- pausó- joder, ella simplemente se interpuso. Yo se lo dije. No quería perderte, Liz.

Listo, él podía decirme lo que quisiera, porque sé que en el fondo le creía, siempre caía, y no me gustaba, era simplemente así. Algo en esa persona que sabes que pueda ser mentira hace que le creas hasta lo más irreal. Ese, era él, porque lo seguía queriendo, pese a todo lo que le había dicho en su cara, aún quería ser parte de su vida, como él de la mía, no sé si era mutuo, solo era así.

Inmersa en mí (como de costumbre) se limitó a compartir el calor de ambos cuerpos.

Él me había abrazado. 

Yo no era alguien que amara tanto el contacto físico como elemento rutinario; pero siendo sincera, hace tiempo esperaba ese abrazo, de ÉL, porque ciertamente era como un "lo siento", como una reconciliación de dos almas que una vez se quisieron pero por cosas del destino no pudieron ser. Sin embargo, sé que en cualquier momento encontraré mi media naranja, el Romeo de mi Julieta, el Jake de mi Anna, el Edward de mi Bella, porque sí, el amor predestinado puede demorar, tal vez piensen que nunca llegará, pero no es así, tal vez ya llegó y yo no lo sepa, solo es cuestión de tiempo y de saber con quién verdaderamente conectar.




Until We Are TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora