Lluvia

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Estaba acostada en mi cuarto mirando el blanco techo, estaban apareciendo unas pequeñas telarañas en las esquinas y mientras notaba eso trataba de no pensar en lo que había pasado ayer, ni a James ni a Liam les dirigí la palabra. James trató de hablar conmigo, tal vez para contarme lo que había escuchado, aunque ninguno de ellos dos se dieron cuenta de mi presencia, no quise hablar de ello; y ¿Liam? Bueno, él me ignoró. Todo el maldito día ni me miró, ni me buscó, simplemente nada.

Me tocaría encontrar por mi cuenta quién habría sido la victima, sólo yo podría saber qué realmente sucedió, no con la versión de Liam ni la de James, son versiones que pueden estar modificadas y no pueden ser la misma verdad, así que pondría manos a la obra, encendiendo el modo FBI.


- - -

Nada.

No había nada, tampoco me sorprendía, la gente con plata era así, hacían algo y podrían cubrirlo con dinero, harían lo que fuera por su reputación, pero eso no quita que lo hayan cometido. Ya no me quedaba nada, no había pista alguna que revelara aquello que hizo Liam, tal vez con ayuda de Coral, y me pregunté si era prudente escribirle, hablar como si nada con él hasta el día que me lo soltara.

Me acobardé, preferí hablar con James, tenía varios mensajes de él en bandeja, así que entré de lo más normal al chat.

-Hola JE JE- yo.

-POR QUÉ CARAJOS NO RESPONDES MIS MENSAJES- James.

-Y qué estoy haciendo?- Yo.

-Tu sabes a qué me refiero- James.

-Necesitaba espacio, mi hermano- Yo.

-Y eso?- James.

-Para procesar muchas cosas- Yo.

-Salgamos- James.

-QUÉ?- Yo.

-¿Dónde vives?- James.

-En los edificios blancos de Prairie Avenue- Yo.

-Ya bajo y te espero- Yo.

-En diez minutos llego- James.


- - -

Las gotas caían como si extrañaran el suelo, y era hermoso verlas bajo un paraguas rebotar contra las demás en el firmamento, el trasparente paraguas me daba una visión más amplia de la llovizna, y creo que me había enamorado el invierno, aunque siempre sería team otoño.

James llegó caminando, con un paraguas negro sostenido por su mano derecha, me saludó con una sonrisa y se detuvo en frente de mi. 

-Vamos por un café, aún hay mucho de qué hablar- me dijo.

Yo solo asentí y le seguí el paso, eran unas cuantas cuadras a la cafetería cercana.

Llegamos, dejamos los paraguas en la canasta para estos, pedimos dos americanos, pagamos y nos sentamos en unas sillas dando vista a la ventana del local y ahí retomamos la conversación.

-Podemos seguir hablando de Liam- sugerí.

-No sé si quiera seguir con ese tema, aún hay muchas cosas que no te he contado, y siento que no debo- miró las gotas a través del vidrio.

-Lo sé, no tienes que omitir nada- dije en seco.

-Ya lo sé todo- Lo miré.

-¿Qué sabes qué?- me miró confuso.

-Liam...mató a alguien, no?- dije en voz baja.

James abrió los ojos como platos, como si de golpe un tigre le hubiera mordido el culo, y me dio risa, pero a la vez, vergüenza.

Until We Are TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora