El rostro preocupado de mis padres apareció delante de mí. Recorrí con la mirada todo el lugar, y después de ver las típicas paredes blancas supe dónde me encontraba.
No podía describir con exactitud como me sentía.
—Cariño, que bueno que despiertas. ¿Cómo te sientes? —mencionó mi madre—. Nos diste un gran susto.
En ese instante sentí vergüenza por la gran estupidez que había hecho al meterme en ese lugar. Ellos eran buenos padres y no se merecían que los asustara así.
Iba a pedirles que me perdonaran, pero antes de hacerlo la puerta se abrió.
—¿Ya despertó? —me sorprendí al ver a Lainer afuera.
—Sí, hace un momento —le respondió mi papá y Lainer entró a la habitación.
—Lainer, ¿tú qué haces aquí? —hablé y me dí cuenta de que sentía la garganta seca.
—Él fue quien te trajo al hospital —respondió mi madre esta vez—. Lainer te encontró afuera de ese lugar antes de que... cayeras inconsciente —noté que la voz se le desafinó un poco.
—Gracias a él estás aquí —continuó mi papá.
Pero entonces recordé de golpe el rostro de Lysander. Yo... lo ví caminando, él estaba junto a mí cuando caí a la acera. ¿Cómo podía ser que... ¿Acaso lo imaginé?
—Yo... no lo recuerdo, Lainer. No recuerdo haberte visto.
—Tranquila, es normal que no recuerdes nada.
Negué con la cabeza. No, yo no lo ví a él, yo ví a Lysander.
—¿Me explicas cómo sucedió? Porque por más que trato de recordarlo no puedo.
Lainer desvió la mirada y me dió la impresión de que no sabía que decir.
—Luara, no tiene caso que vuelvas a recordar algo tan... terrible como eso. Lo que importa es que estás bien, gracias a que Lainer te salvó —intervino mi padre.
—Está bien, señor Edel —dijo Lainer—. Puedo explicarle para que se quede más tranquila.
No iba a estar tranquila hasta que alguien me aclarara si lo que ví fue real o mentira.
Papá nos miró a ambos y asintió no muy convencido.
—Bien, nosotros regresamos en un momento. Te quedas con ella, Lainer.
Mis padres salieron de la habitación y quedamos en un intrigante silencio.
Silencio que Lainer rompió al cabo de unos segundos.
—¿Qué es lo que quieres saber exactamente? —preguntó dudoso.
Me senté para estar más cómoda.
—¿Cómo fue que tú me encontraste?
Quería respuestas, mis padres decían que Lainer me encontró, ¿pero por qué yo jamás ví el rostro de él sino el de Lysander?
—Bueno, esa noche yo iba a encontrarme con unos amigos en un lugar. Pasé por una calle cerca del club y te ví caminando por la acera de una manera extraña. Me bajé del auto, me acerqué y te pregunté que si estabas bien, pero sólo dijiste "ayúdame" y te sujeté cuando estabas por caerte —explicó—. Llegué aquí gritando ayuda y después de que ingresaras a urgencias le llamé a tus padres. Lo demás ya te lo imaginarás.
Lo que me contó no se parecía ni de lejos a los fragmentos que recordaba.
—Pero por qué yo no recuerdo ningún auto y tampoco recuerdo tu rostro. Yo juraría que ví a otra persona —dije casi frustrada.
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Enigma ©
Teen FictionEn un aburrido e insignificante pueblo llamado "Redfield", habita una adolescente llamada Luara. Su vida gira en torno a su vecino Lysander, el chico del que ella aseguraba estar enamorada desde hace tres años. El problema era que Luara no tenía n...