Sinopsis:
Gold después de viajar para tratar de buscar al chico que le gusta, se encuentra que al llegar a su región, descubre que Silver, el chico al que a estado buscando durante mucho tiempo, se va a casar con otro, llevándolo a una gran depresió...
Había pasado más de un mes y medio de la última vez que pude ver a Silver, lo había buscado nuevamente todo este tiempo, pero lo único que supe fue que su padre había regresado, intenté ir con Lance, pero seguía evadiéndome, las cosas realmente se habían puesto difíciles, pero si es verdad que él está embarazado y espera un bebé mío ¿Qué pasará con su boda con Lance? ¿Acaso la van a suspender? La realidad es que sí es cierto, no voy a dejar que el imbécil de Lance se quede con mi bebé.
Mi cabeza me daba muchas vueltas, pero tampoco es que deba matarme mucho, al final de cuenta las cosas se complicaron por culpa de él mismo, todo podía haber sido tan fácil, pero Silver quiso hacer las cosas de esta manera llevándose a él, a Lance y a mí un gran abismo por su estupidez.
—Realmente lo arruino todo...
Observé con algo de tristeza la taza con aquel líquido milagroso que me había acompañado hasta ahora. En mi vida pensé que me iba a hacer adicto a algo, pero desde que estoy viniendo a casa de Cristal me ha estado dando chocolate caliente, no se si quiere endulzarse cada vez que vengo o quiere que no vuelva a cometer una tontería como antes.
—¿Todavía sigues pensando en él? —Me preguntó Cris con algo de preocupación.
—Si te digo que no estaría mintiéndote, así que sí—bebí todo el contenido en mi taza y luego sentí como ella me dio un golpe en la cabeza.
—Entonces creo que no estás haciendo bien las cosas. Deberías sacárselo de la cabeza, Silver no te escogió a ti, él actuó como un imbécil, así que deja de preocuparte por lo que le pasé. Ya no tenía esta responsabilidad—ella me arrebató la taza de la mano y se fue con ella a la cocina.
—Lo sé, pero si de verdad ese bebé es mío, ¿Qué haré Cris? —le pregunté preocupado.
—Hacerte cargo—ella volvió a acercarse a mí y colocó su mano en mi hombro.
—Gold, eres mi mejor amigo desde que estábamos pequeños, no quiero que sigas sufriendo por alguien que al final jugó contigo, sé que es difícil, pero poco a poco tienes que ir despegándose de él, me lo prometes—la miré con ojos de cachorro para ver si la trataba de persuadir, pero muy en mi interior sé que ella tiene la razón, así que no me queda de otra.
—Lo sé, lo intentaré lo prometo—ella me abrazó.
—Eso quería escuchar, ya veraz que todo saldrá bien...
+
Después de pasar prácticamente toda la tarde con Cristal, me vine a casa a descansar, mis días se sentían mucho más lentos como si no quisieran acabar es algo demasiado agotador. Una vez llegué a casa, dejé mis zapatos en la entrada y al buscar a mi madre me di cuenta de que no estaba, pero me había dejado la cena servida, así que agarré mi plato y subí a mi cuarto a comer allí. Cuando subí al cuarto me encontré con el Alakazam de Silver, de inmediato pasé y cerré la puerta.
—¿Qué haces aquí? —Le pregunté al Pokemon, que me veía angustiada.
Alakazam se me acercó y me entregó una carta para luego desaparecer, de inmediato deje mi plato de comida en el escritorio y abrí el papel para ver lo que tenía adentro, una extraña punzada se alojo en mi pecho de repente y se puso peor al leer el contenido que llevaba aquel papel adentro.
—Oh dios... Silver...
Continuará.
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