Cap 3: Incómodo.

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Estaba a punto de vomitar al llegar al lago, todo mi estómago comenzó a darme vuelta y combinado con los nervios, se volvió una mezcla perfecta para dejar todo lo que he comido en el lago. Miré con sumo atención el Lago de la Furia. Las cosas cambiaron en su totalidad, todo se volvió más bonito, los pokemones se veían alegres y los últimos brillos del sol hicieron que el agua del lago brillara.

—Sígueme—ella me guió hasta un lugar muy alejado del lago.

Seguí caminando hasta llegar a un lugar de esa ruta que jamás había estado, el lugar estaba rodeado de muchos árboles y hongos luminosos. Los Mareep brillaban, Crystal me llevó hasta un pequeño lago, un lago con agua cristalina, un lago en el cual se encuentra una de las personas que más amo en esta vida.

Le pedí a Crystal que me dejara a solas con él, ella asintió y se retiró (no como yo quería) pero por lo menos a una distancia en el cual pueda hablar con Silver sin ningún problema. Con mucho miedo me acerqué a él, las manos me tiemblan y ese nervio se hacía más presente, a tal punto de que la boca se me seco antes de que llegara con él.

Sin darme cuenta lo abracé, rodee mis brazos por su cintura y me a pagué a él, coloqué mi mano cabeza en su hombro.

—Nunca esperé volver a verte—su cuerpo comenzó a temblar, colocó sus manos en mis brazos que rodean su cintura.

Apreté más el agarre y pegue más mi cuerpo a su espalda.

— ¿Qué-qué haces aquí? —me preguntó.

—Quería verte—le susurré al oído.

—Gold esto no está bien. No, nosotros somos...

—No lo digas. ¿Eso desde cuánto nos importa? —lo dejé libre. Él de inmediato se dio la vuelta para verme. — Te escondiste durante mucho tiempo, ¿sabes cuánto te busqué? Tú solo...—suspire cansado y frustrado. — Solo te fuiste y no te importó lo que teníamos—en su rostro se formó una sonrisa que me cayó de la patada.

—Éramos niños y yo tenía muchas cosas en mente. Desaparecer no fue algo que planee, las cosas se dieron de ese modo y lo siento si no te avise, pero tu yo no éramos nada y no creo que lo seamos—eso fue un golpe muy fuerte y muy crudo para mí. Mirarlo, verlo, escucharlo me lastimo demasiado, pero hay algo en mi me dice que sus palabras son vacías que hay algo más que él no me quiere decir.

—Yo te amo—él se quedó en silencio y me miró horrorizado, como si hubiera dicho la peor cosas que sus oídos pudieron escuchar.

—Gold... tú, tú no sabes lo que dices, estás demasiado confundido—le sonreí, me acerqué a él con cuidado, para que no retrocediera.

—Sé que esto es algo cliché. Pero si yo estuviera confundido, ¿Haría algo así? —Lo agarré de la muñeca, lo atraje hacia mí y lo bese.

Él intentó retroceder, pero no lo deje, esta vez pasé mi brazo libre por su cintura, atrayéndolo más a mí, sin oportunidad de escaparse, hasta que por fin dejó de luchar y de resistirse para corresponder a mí beso. Sentí muchos fuegos artificiales al besarlo, él por instinto al dejar de resistirse me atrajo más hacia él y me sentí abrumado al ver que el chico, fuerte, frío y distante que conocí, se volvió más mentiroso, tímido y temeroso.

Nos separamos, él de repente al verme a los ojos, ver como nuestras mejillas estaban rojas y que de nuestros labios corría algo de saliva, comenzó a llorar desconsoladamente. Me sentí demasiado abrumado al verlo así, así que decidí soltarlo, él de inmediato se agacho y cubrió su cara con sus piernas.

— ¿Por qué estas así? —le pregunté.

—Gold—él levantó su mirada— Me voy a casar...

Continuará...

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Nota Final: Comenten, quiero leer sus comentarios y más sobre la última parte.

Te quiero solo a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora