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     Habían cancelado las clases de ese viernes por alguna razón, pero fuese lo que fuese, Natalie estaba agradecida ya que pudo recuperar algunas horas de sueño, como siempre tuvo que salir bajo su heroica identidad a patrullar junto a Spiderman desvelándose de más, lograron detener un robo y pelearon con una nueva banda criminal, le dolía un poco el cuerpo, pero ella era Spider-Blade, podía con eso.

     Sacó la mano de las sábanas tanteando su mesa de noche buscando su celular ya que el aparato comenzó a sonar por una llamada entrante, cuando sus dedos llegaron al dispositivo lo puso sobre su oreja.

     —¿Bueno?—respondió adormilada apartando los rizos que caían sobre su rostro, tenía la mejilla marcada por la almohada.

     —¿Ya vienes? Me avisas cuando estés cerca para esperarte.

     Al escuchar la voz de Miles todo el sueño abandonó su cuerpo, abrió los ojos revisando la hora en su reloj y casi cae de cara al por el susto, ya tendría que estar saliendo para la casa del moreno, debían hacer el trabajo de literatura.

     —¡Si! Si ¡Y-ya voy! 

     Se despidió y salió corriendo para el baño a darse la ducha más rápida que había tenido en años, por el departamento se ponía ver a la pelirroja correr de un lado para otro buscando lo que necesitaba, finalmente salió vestida de su habitación con la mochila que siempre utilizaba en su espalda, saltaba mientras se calzaba sus Vans acercándose a la salida donde tomó del perchero una chaqueta para el frío antes de caerse al suelo del pasillo, regresando para cerrar de un portazo.

     Corría por la calles disculpándose constantemente con los transeúntes por chocar con ellos, se había olvidado de las ruedas para sus zapatos y no quería tomar el metro porque seguramente perdería tiempo, daba pequeños brinquitos en su lugar esperando a que el semáforo se pusiera verde, pronto, una idea llegó, cruzó la vereda y entró a un callejón donde sacó la máscara de su traje.

     Blade podía darle un aventón.

★。+゚☆ 🕷 ☆゚+。★

     Acomodó su cabello lo mejor que pudo mientras le mandaba un mensaje a su amigo avisándole que le faltaba una cuadra para llegar, Natalie suspiró aliviada de no haber llegado tarde, caminando con tranquilidad por la acera finalmente levantó la mirada encontrando a un sonriente Miles saludándola.

     Corrió el par de metros que le faltaba y se abrazó al cuello del chico:—¡Miles! Hola, ¿llegué muy tarde?

     Sus mejillas se tiñeron de un ligero rosa luego de notar lo cerca que estaban sus rostros, nerviosos se soltaron tomando así un poco de distancia para ingresar al edificio donde Miles residía, lograron dejar la vergüenza de lado riendo mientras subían las escaleras.

     El chico abrió la puerta permitiéndole a la de rizos entrar primero y cerrar detrás suya, la muchacha quedó maravillada por lo acogedor del departamento, se sentía una vibra familiar, segura, sonrió queriendo estar en la casa de Miles por siempre. Ambos adolescentes pegaron un brinco cuando al girarse se encontraron con una mujer que los miraba con atención y una pequeña sonrisa un tanto fingida.

     —¡Mamá! Nos asustaste—reclamó Miles.

     —No seas dramático—se burló dirigiendo su atención a la chica de rizos rojos—. Tu debes ser Natalie.

     —Así es, es un placer conocerla señora Morales.

     La adolescente extendió su mano para saludar, la matriarca asintió con satisfacción correspondiendo al apretón, no queriendo que perdieran más tiempo en hacer sus deberes Río dejó que los chicos pasaran a la habitación de su hijo, susurrándole al moreno que no se le pasara por la mente cerrar la puerta logrando que se sonrojara.

𝙊𝙣 𝙈𝙮 𝙒𝙖𝙮 ━━𝘔𝘪𝘭𝘦𝘴 𝘔𝘰𝘳𝘢𝘭𝘦𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora