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     —¿Ah, si? Pues hice que cientos de tus spider's salieran de tu casa club—informa el chico—. Y ahora...voy a hacer esto—colocó su mano libre sobre el hombro de Miguel absorbiendo la energía de su traje—. Todo el mundo siempre quiere decirme cómo debe ser mi historia. Nah, lo haré a mi manera...

     La energía fue redirigida por la habilidad del veneno de Miles haciendo que el Spiderman con garras saliera volando lejos suya, el chico disparó lo más rápido posible una gruesa línea de seda en dirección del cuerpo de la pelirroja comenzando a jalarla en su dirección nuevamente hasta tenerla entre sus brazos.

     —¿Natalie?...Nattie, hey...—pasaba su mano por la mejilla llena de pecas viendo que no reaccionaba, pero seguía respirando débilmente.

     Su mirada ámbar recorrió su rasguñado rostro hasta encontrarse con las marcas de las garras de Miguel en su cuello, todo lo que el hombre les había dicho ese día regresó a su mente junto a lo que se enteró de la vida de la muchacha inconsciente en su regazo, la presión en su pecho se hizo más fuerte al recordar la grabación de cuando la dejó llorando en medio de su habitación sin decirle nada o al momento de ver el video de su abuela lastimándola y después verla sentada frente a la lápida de Peter.

     Ella siempre estaba ahí, para él, May, incluso para sus padres y la ciudad, mostrando su radiante sonrisa; incluso a pesar de que ella no tenía nada que ver en todo ese asunto y que estuviera molesta con él, allí la tenía, apoyándolo para salvar a su padre.

     Pero Natalie no tenía a nadie, era su propio consuelo, no había alguien que le tendiera la mano al momento de caer obligándola a sacudirse la tierra y levantándose sola, porque haciendo una rápida retrospección pudo darse cuenta que ni siquiera él fue capaz de entregarle lo mismo que la pelirroja siempre le daba, apoyo.

     —Perdóname, Nattie—murmuró en dirección de la dormida chica acariciando como podía los rizos rojos que volaban por la velocidad del tren—. Por todo...tú no mereces esto, y no te dejaré morir...—sus ojos se cristalizaron un poco ante la idea de perderla de esa forma—. No importa si no quieres verme más, es lo justo por hacerte daño...—luego de un rápido debate mental, se acercó para juntar unos segundos sus labios con los de la pecosa por última vez—. Me conformo sabiendo que te veré viva desde lejos.

     Suspiró juntando las manos de Osborn con seda para pasarlas por su cuello, la sujetó firmemente de la cintura mientras se levantaba bajo la atenta mirada de Gwen, Peter y Jessica, aún sintiendo decepción de que sus cercanos le ocultaran la verdad se despidió dejándose caer lejos del tren, segundos después utilizó su habilidad para hacerlos a ambos invisibles.

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     Abrió los ojos lentamente tratando de distinguir el lugar en el que se encontraba, haciendo un esfuerzo extra al darse cuenta que el alrededor carecía de una buena iluminación, con algo de incomodidad pasó un poco de saliva para humedecer su reseca boca antes de que sus mejillas fueran apretadas por un preocupado Miles.

     —Estoy bien...estoy bien...—susurraba luego de que la punzada de dolor en su cuello disminuyera luego de erguir la cabeza—. ¿Dónde estamos?

     —En el cuartel, tengo un plan para regresar a casa—informa manteniendo el mismo tono sigiloso de la muchacha.

     Con ayuda del moreno logró sentarse adecuadamente sobre la gruesa viga aérea del techo que los mantenía ocultos de Margo Kess que parecía estar muy entretenida viendo que tipo de cabello le quedaba mejor a su avatar para un cambio de imagen, las verdosas orbes miraban con un poco de recelo la máquina "Vete a casa" del lugar escuchando con atención el plan que Miles le susurraba en la oreja.

𝙊𝙣 𝙈𝙮 𝙒𝙖𝙮 ━━𝘔𝘪𝘭𝘦𝘴 𝘔𝘰𝘳𝘢𝘭𝘦𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora