𝙊𝙣 𝙈𝙮 𝙒𝙖𝙮 ━━𝘔𝘪𝘭𝘦𝘴 𝘔𝘰𝘳𝘢𝘭𝘦𝘴

²⁵

     Chelsea estaba siendo víctima de una torrencial lluvia cuando Gwen fue expulsada con violencia del portal anaranjado, la muchacha voló por el aire unos segundos antes de chocar con un contenedor cayendo finalmente al suelo empapado de agua, luego de recuperarse se dispuso a intentar utilizar el reloj que le habían dado en la organización, pero el aparato solo repetía una y otra vez "acceso denegado".

     Sin mucho que hacer comenzó a disparar telarañas encaminándose al único lugar seguro que conocía para poder reorganizar sus ideas manteniendo en su mente la imagen de Natalie siendo retenida por dos spider-people que se la llevaban lejos mientras gritaba su nombre completamente asustada, al llegar, bajó por la pared observando su reflejo en la ventana de su habitación subiendo el vidrio para refugiarse un poco de la lluvia.

     Al momento de girar una de las tuercas de su batería, que era el lugar donde escondía principalmente su traje, se dio cuenta que estaba vació y ya teniendo un presentimiento de lo ocurrido se levantó abriendo con sigilo la puerta observando a su padre dormido en el sofá dándole chance para asomarse un poco más notando sus cosas sobre la mesa ratona, en especial las dos fotografías que había tomado cuando fue a la dimensión 1610, una era con Miles, Natalie y Peter cuando regresaban de Alchemax, en la otra solo estaba la pelirroja comiendo con alegría su rebana de pastel de cerezas.

     La miró unos segundos pasando su dedo pulgar por la mejilla de la chica sintiendo una presión en el pecho al saber que actualmente la pecosa no lucía así de despreocupada, retrocedió con lentitud sin perder a su dormido padre de vista y tomó el borde de la ventana para subirla e irse, pero cuando la luz se encendió disparó una telaraña atrapando a su pingüino de felpa donde ocultaba su radio.

     —¿Qué te hizo el pingüino?—inquiere el capitán viendo como su hija se disponía a irse sin responderle—. Oye, ¿puedes...? ¿No puedes ni mirarme?

     Gwen giró lentamente su cabeza observando a su padre por encima del hombro.

     —¿Qué...? ¿Y ahora qué haces?

     —Te estoy mirando. Eso querías—habla con seriedad para luego quitarse la máscara notando algo en su padre—. Adelgazaste—respiró un poco al escucharlo preguntar dónde estuvo—. Ah pues, matando a todos mis amigos.

     El adulto se alejó de allí luego de la cruel respuesta por parte de su hija, la rubia suspiró con un poco de frustración para pasar sus piernas dentro del departamento otra vez siguiendo a su padre mientras se bajaba la capucha de su traje y al observarlo con su chaqueta listo para irse preguntó que a dónde iba.

     —Eres un buen policía, papá. Usas esa placa porque sabes que sino, alguien indebido la usará—comienza tratando de contener su quebradiza voz—. Pero, tienes que entender que esta máscara es mi placa y también estoy intentado ser buena. Intenté con tantas ganas...usar esto como tú hubieras querido y no lo logré. No lo logré—lanzó la tela que cubría su rostro con rabia sobre la mesa lista para soltar todo lo que la atormentaba con su padre—. ¡Puedo hacer muchas cosas, pero no puedo ayudar a las personas que amo más! ¡Y no pueden saber ni la mitad de lo que soy, entonces estoy...! ¡Estoy completamente sola!—grita pisando con fuerza en suelo mientras caminaba de un lado a otro—. ¡Y ahora, ya ni siquiera sé lo que es correcto! ¡No sé lo que tengo que hacer!—solloza—. ¡Pero lo que si sé es que no puedo perder a otro amigo más!

     —Gwen...—habla el oficial encarando a su hija—. Yo siempre a obedecer las reglas...—la heroína refunfuñó por lo bajo que viera cómo eso había terminado—. ¡Hice un juramento!

     —¡Entonces arréstame, papá! Termina con esto—dijo ya harta de la situación mostrándole sus manos para que la esposara de una buena vez, pero frunció el ceño cuando el hombre le dijo que no podía—. ¿Por qué no?