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     Su cuerpo aterrizó fácilmente sobre el puente de Brooklyn luego de hacer una voltereta, la heroína llevó sus enguantados dedos hasta su rostro para liberarse de la máscara que la ayudaba a mantener su identidad en anónimo, giró sobre las puntas de sus Vans rojas terminando por apoyar su peso sobre la pierna izquierda en una pose triunfadora.

     —Tú pagas por las hamburguesas, Morales.

     El nuevo Spiderman había llegado segundos después que Natalie, el chico recargándose sobre sus rodillas también apartó la tela de su cara buscando más aire, su frente estaba sudada por la reciente carrera en la cual tuvo que esforzarse demasiado para seguirle el paso a la pelirroja.

     —¡Lo hiciste apropósito!—al recuperarse señaló acusadoramente a la muchacha frente a él—. ¡Pasaste por esos edificios llenos de tendederos!

     —Debes mejorar tu agilidad y estar más aten-...¡Miles! ¡No! 

     Para evitar que su "amiga" comenzara con sus sermones sobre seguir potenciando su entrenamiento se acercó sin pensarlo mucho tomando la cintura de Natalie para traerla hacia el y movió sus dedos por la zona haciéndole cosquillas, la chica se reía tratando de poner distancia entre los dos antes de orinarse encima, al lograrlo, salió corriendo siendo perseguida por Miles.

     —¡No puedes zafarte así! ¡Ay!—dio un giro esquivando al moreno que terminó tropezándose y arrastrándola al piso, cuando el dolor se esfumó decidió volver a hablar—. Quiero ayudarte para que seas el mejor, lo sabes, ¿no?

     —Lo sé, lo sé y te lo agradezco—sonrió al notar como los ojos de Natalie parecían brillar más con el atardecer iluminándolos y se acomodó para no aplastarla—. Aunque a veces te pongas de mandona.

     Cerró sus ojos con fuerza prediciendo lo que vendría:—¡Oye!—sintió el golpe en su brazo y no pudo aguantar las carcajadas—. Ya. Quítate de encima.

     Se levantaron para tomar asiento al borde de la construcción dejando que sus piernas colgaran en libertad, ahora la chica observaba el panorama metida en su propio mundo sin emitir ruido alguno mientras que a su izquierda el muchacho la miraba en silencio, ya llevaba tres meses y medio salvando a Brooklyn como el nuevo Spiderman, en todo ese tiempo en el cual compartía con la pelirroja empezaba a sentirse cada vez más seguro de que el sentimiento de amistad desaparecía de a poco para darle paso a algo más fuerte.

     Le estaba gustando su amiga y compañera de trabajo. Si...no están viendo mal, Miles Morales tenía un crush con Natalie Osborn.

     —¿Qué ocurre?—habló con suavidad la adolescente sin moverse de su sitio, el muchacho dio un pequeño respingo al darse cuenta de que había sido atrapado mientras admiraba la vista, Natalie volteó al no tener respuesta alguna—. Miles...estás rojo, ¿Te sientes bien? ¿Quieres que regresemos?

     De sus labios solo escapó el aire de una manera algo vergonzosa al tener el dorso enguantado ajeno sobre su frente, la pelirroja estaba revisando si no tenía fiebre o algo por el estilo, finalmente pudo regresar en si cuando notó la preocupada expresión en el rostro de la muchacha sentada junto a el, suspiró juntando el valor necesario para sostener entre sus dedos la mano de Natalie mientras se acercaba más a ella.

     —Estoy bien, no te preocupes—sonrió percibiendo como la calma llegaba a su verdosa mirada otra vez—. Solo...me gusta verte, Cherry.

     Ahora fue su turno en hacerle justicia a su apodo, ya que sus mejillas estaban del mismo color que las cerezas.

     —Y-ya...déjate de decir esas cosas—murmuró volteando el rostro al lado contrario fijando la vista en los autos que iban y venían por el puente.

𝙊𝙣 𝙈𝙮 𝙒𝙖𝙮 ━━𝘔𝘪𝘭𝘦𝘴 𝘔𝘰𝘳𝘢𝘭𝘦𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora